La Fe Verdadera

Hebreos 11:1-6

1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 

3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 

5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 

6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

La fe se describe como la certeza y convicción, incluye una confianza total en Dios, Él es aquel que controla la historia y nuestro destino profético, aquel que constituyó el tiempo y el espacio, creó el mundo de la nada y todo fue de inmediato por su palabra, creemos que Él es creador del universo, el autor de nuestro destino eterno.

La fe afecta todas las áreas de nuestra vida, el entretenimiento, nuestra manera de vestir, de hablar, las amistades, cómo resolver conflictos, cómo tomar decisiones en nuestras vidas, la vida espiritual, nuestro servicio a Dios, todo es afectado por nuestra fe. 

1. Una fe que no salva, no es fe

La fe verdadera salva, una fe que no salva, no es fe. Podemos ver en Hebreos 11:7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Y el 31 dice:Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. El versículo 28 dice: Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. 

La verdadera fe es la que salva. Todo mundo tiene fe hoy en día, algunos tienen fe en algún ídolo hasta han ido con los brujos, todos tenemos fe, pero la fe que salva, solamente se encuentra en la personas de Cristo. No hay salvación fuera de Cristo. Si usted quiere tener vida eterna tiene que poner su fe en la obra redentora que Cristo hizo por nosotros. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la  verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí. El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no vendrá a condenación mas ha pasado de muerte a vida.” 

Muchos creen que por venir a la iglesia son salvos, pero tienen que poner su fe en Cristo. Si Cristo viniera hoy, ¿estaría 100% seguro de ir al cielo? 

Muchos se burlan del evangelio de Cristo, muchos no creen que haya venido a este mundo, que haya muerto por sus pecados, resucitado para darnos vida eterna es como en los días de Noé, dice la palabra de Dios que hacían fiesta y todo tipo de actividades y no se estaban preocupando por su salvación. El día que Dios mandó el diluvio, Noé y su familia subieron al arca y Dios cerró la puerta y llovió sobre esta tierra, ahí sí creyeron, pero era demasiado tarde. La mejor decisión que usted debe tomar es saber que su nombre está escrito en el libro de la vida.

Noé creyó y Dios lo libró, Rahab la ramera no pereció con los demás habiendo recibido a los espías en paz. El pueblo de Israel celebró la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Esa noche pasó el ángel de la muerte y el pueblo de Dios tuvo que matar a una cordero y poner la sangre en el dintel de la puerta y cuando el ángel veía la sangre no se detenía ahí. Solo la sangre nos limpia de todo pecado.La fe verdadera es una fe que salva. No es una fe ciega, al ahí se va, es una fe segura en Cristo.

2. Una fe que no deja, no es fe 

Alguien que ha creído en Cristo, debe vivir una nueva vida en Cristo. 2 Corintios 5:17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” ¿Cuánta gente dice: “Oh tengo grande fe en Dios, pero no puedo dejar las tradiciones,” Eso no es una fe verdadera, solo se está engañando así mismo. Una fe verdadera es una fe que deja todo atrás y sigue una nueva vida en Cristo.

Hebreos 11:8-10 dice: “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Abraham dejó Ur de los caldeos y Dios le dijo que dejara su parentela y salió sin saber a dónde iba, pero siguió al Señor, dejó Ur de los caldeos, ¿qué está dejando usted por Cristo? 

Abraham dejó todo sin saber a dónde iba, pero dice la Biblia que se mantuvo firme en su fe. El pueblo de Israel dejó Egipto, dice Hebreos 11:29 “Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.” Egipto simboliza el mundo, dejó el mundo y siguió a Dios a donde Él les estaba guiando. ¿Ya ha dejado el mundo atrás? ¿Está siguiendo a cristo? Qué triste que queremos vestirnos como el mundo se viste, hablar como el mundo, seguir los sueños que el mundo sigue, por eso no puede dejar el trabajo el domingo ¿y dónde queda su fe? Dicen: “Mucha iglesia me hace daño”, pero mucha iglesia le hace mucha bendición

El pueblo de Israel dejó a Egipto. Moisés dejó riquezas y deleites, Hebreos 11:23-26 dice: “Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.” Él dejó deleites temporales. Qué triste que muchos de nosotros no estamos dispuestos a dejar todo por Cristo, nos gusta lo que el mundo ofrece, algunos están más animados por su equipo de fútbol, ¿cómo está tu ánimo por el Señor?

“He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás. La vida vieja ya he dejado, no vuelvo atrás.” Pero muchas de las veces no la dejamos y vemos cualquier detallito en la iglesia y ya nos desanimamos. “Es que regañaron a mi bebé.” “Es que la hermana ya no me saludó.” “Ya no siento el mismo espíritu.” Usted no viene a sentir sino a creer y obedecer. Si quiere sentir algo, ponga sus dedos en el enchufe. Tenemos cristianos tan desechables, tan aguados, tan frágiles, no sirven para nada, dicen que quieren enfrentar al mundo, pero no están dispuestos a dejar nada. ¿Qué vamos a dejar por Cristo?

El apóstol Pablo dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” ¿Qué estamos dispuestos a dejar por Cristo? ¿Todavía sigues escuchando música mundana? Sus mejores amigos deberían ser los cristianos más espirituales que usted. La fe verdadera es aquella que deja todo atrás y sigue a Cristo. 

3. Una fe que no es generosa, no es fe

Una fe verdadera es aquella que enseña a dar con generosidad. Hebreos 11:4 y 17 dice: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.” 17 “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,” Una fe que no es generosa no es fe porque está dudando, no está seguro. Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín. Abel dio a Dios lo mejor que tenía. Dios le dijo a Abraham que le diera a su único hijo, a Isaac, Dios fue específico, Abraham no pensó: “Ahí está Ismael, también es mi hijo.” Él obedeció a Dios.

2 Tesalonicenses 3:10-12 dice:“Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.” Dios va a bendecir una vida generosa. Abel ofreció lo mejor a Dios, y también Abraham. Qué importante es que tengamos una vida generosa, que no seamos flojos en nuestra generosidad para con los necesitados. Mateo 10:8 dice: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. ” Dice Hechos 20:33-35 “Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.”

El regalo jamás merecido es la salvación que Dios nos ha dado. Dios dio lo mejor para nosotros, ¡cómo necesitamos aprender a dar con generosidad! Pasa el canasto de la ofrenda y tenemos un cambio, y ahí está la limosna, por eso usted está así. Dios jamás le va a bendecir. Dios no es limosnero, ahora si es lo único que usted tiene qué bendición, pero no creo que solo tenga cinco pesos porque cuando sale de la iglesia va a la primera tienda y gasta 40 o 50 pesos por una coca de tres litros y no se ofende, ¿cómo está nuestro corazón en la obra del Señor? No tenemos fe, por eso no damos.

Dice Proverbios 3:9-10 “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.” Si usted tiene empresa, negocio,o recibe un salario, el 10% es del Señor.

2 Corintios 8:1-3 dice: “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas,” ¿Cómo estaban estos hermanos? En grande prueba de tribulación, pero abundaron en riquezas de su generosidad. Estos cristianos eran pobres, pero generosos. Dice 2 Corintios 9:6-7 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” Qué bendición es dar, una vida generosa, una vida de obediencia al Señor, dar hasta que nos duela dar, dar todo al Señor, todo es de él. Muchos se han engañado y piensan que con su esfuerzo, sabiduría han adquirido lo que tienen, pero Dios les ha dado la vida, la salud, el trabajo, las fuerzas. Por eso deberíamos tener un corazón generoso, vea qué triste es cuando no hay ese corazón en Malaquías 1:13-14 “Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.”

Tenga cuidado cuando empieza algo así en su corazón. He visto a través de los años a cristianos que dicen: “Conseguí un buen trabajo pero ya no voy a ofrendar ni diezmar ni servir a Dios” y tienen dinero, un buen trabajo, pero a veces no tienen un buen matrimonio, a veces se enferman de más. Cuando alguien deja de ofrendar, Dios trae a alguien más que ofrenda más porque la obra es del Señor. No predico para ofender, sino para que la bendición de Dios esté en su vida.

Qué bendición es cuando aprendemos a ser generosos. Dice Mateo 6:19-20 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.” Cristo nos está enseñando que no hagamos tesoros en la tierra, todo lo que tenemos aquí se va a quedar, lo único que permanece para siempre es lo que invirtamos para la eternidad. Una fe que no es generosa, no es fe. Todo lo que hacemos para Dios es por fe. 

Cuando usted da, ofrenda y hace para el Señor, hágalo por fe, obedezca al Señor, crea lo que dice en su palabra. Hechos 2:41-46 dice: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.  Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.”

Estaban apoyando la obra de Dios con sus bienes, y no decían porque ya di tanto, lo hacían con generosidad.

4. Una fe que no se prueba, que no padece, no es fe. 

Dice Hebreos 11:35-37 dice: “Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; ”

¿Usted ha pasado por pruebas? Estos cristianos fueron atormentados, vituperados, azotados, fueron a prisión por su fe en el Señor. Qué triste que no estamos dispuestos a padecer por Cristo, en la primera prueba luego, luego desmayamos. No podemos soportar alguna lucha en la vida cristiana, “Si así es la vida cristiana, mejor no le sigo”, “No sabía que iban a hablar mal de mí”, “Si esto es así, mejor no sigo adelante.” ¿Cómo está su fe? Una fe que no se prueba no es fe.

Dice Santiago 1:1-2 “ Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,”

La vida cristiana es una lucha, el enemigo es el diablo y él va a tratar de alejarnos de Dios de hacernos dudar que Dios nos ama, es lo que hizo con Job. El diablo le dijo a Dios: “Pruébalo, él te sigue porque le has dado todo, quitale eso y veras si no blasfema contra ti.” Y Job pasó unas pruebas tremendas, murieron sus diez hijos, y cuando les trajeron las noticias, el diablo pensaba ahora si va a blasfemar, pero se humilló y dio gracias y no pecó Job.

Usted no puede sufrir, soportar una ofensa porque ya dice: “Voy a dejar la vida cristiana” “Es que aquí predican muy duro.” Si estuviera cuando Jesús estaba enseñando se hubiera desmayado, porque él dijo “generación de víboras” pero dicen: “Estoy luchando las pruebas de Cristo” ni se pueden levantar en la mañana para leer la Biblia. Esto es serio e importante. 

¿Cómo está nuestro ánimo? Dice la palabra del Señor: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,” Obviamente ninguna prueba le va a dar mucha alegría pero debe haber algo en su corazón y que diga: “Voy a salir adelante con esto.” Si hay un hijo rebelde, si hay una esposa tremenda, si hay un esposo rebelde y cruel, Dios va a tratar con ellos.

Sigue diciendo “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” Moisés, antes de liberar el pueblo de Dios mató a un egipcio, pasaron 40 años y Dios preparó su corazón, no había otro hombre tan manso como Moisés. Deje que las pruebas le hagan más paciente, más fiel al Señor. “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Le falta sabiduría, pídala a Dios. Estos cristianos padecieron, pero se mantuvieron firmes.

5. Una fe que no da victoria, no es fe. 

Hebreos 11:32 dice: ”¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;” No se intimidaron, se fortalecieron en Dios. Una fe que no da victoria, no es fe. Usted no puede conquistar un ejército grande con 300 soldados, pero Gedeón tuvo victoria; Goliat se burlaba del pueblo de Israel, y David peleó con él, ¿había alguna esperanza para vencer a Goliat? Ninguna. Aquel hombre era alto, hombre de batalla, pero David le dijo “Yo voy en nombre de Jehová de los ejércitos.” David tomó su honda y lo mató.

¿Por qué vive derrotado y desanimado? Dios quiere darle más victoria, quiere que venza “Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.” (Salmos 84:7). No fuimos rescatados para ser destruidos sino para tener victoria en nuestra vida.

Dice la Biblia: “que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. ”

¿Anda desanimado y débil? ¿El diablo le ha arrastrado? Saque fuerzas de ahí. No hay una vida más bendecida que la vida cristiana. Crea en Dios, tenga victoria en su vida.

6. La fe que no bendice no es fe. 

Hebreos 11:20 dice “Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. ” ¿Qué espera usted para su familia, para el futuro de la iglesia? ¿Bendición o maldición? Yo creo que bendición. Qué tremenda bendición dejaría a sus hijos por su testimonio, por su fe en el Señor, que sus hijos, nietos, bisnietos vivan con esa bendición en el Señor. “Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.” Jacob bendijo a los hijos de José. y luego José a los Israelitas, dice el versículo 22 “Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.” José bendijo al pueblo de Dios. José les dijo: “Dios los va a visitar. cuando salgan de aquí llevan también mis huesos” y bendijo la vida de esos hombres.

¿Cómo está su vida? ¿Es una vida de bendición? Los que se acercan a usted ¿son bendecidos? ¿Saben cuando usted ora Dios contesta? La fe que no bendice no es fe. Algo especial debe haber en nosotros como hijos de Dios. 

Le animo a que si no ha aceptado a Cristo, lo reciba en su corazón, deje que Dios a través del Espíritu Santo, por medio de Jesucristo, perdone sus pecados. Una vez que usted reciba a Cristo empiece a vivir la vida cristiana.

¿Cómo está su fe? Diga al Señor: “Si tú no me bendices, yo no me muevo de aquí hasta que vea la bendición en mi vida. Quiero dejar todo atrás, vicios, malas palabras, amistades incorrectas, quiero ver a Cristo bendecir mi vida y mi familia.”