Sigue a Dios sin Saber a Donde

Génesis 12:1-6

1 “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 

2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 

3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 

4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 

5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.

6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.

 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.”

Abraham es importante en la cultura musulmana, judía y como cristianos lo llamamos el padre de la fe. Dios dijo: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Gracias a ese paso de fe que empezó Abraham tenemos a nuestro Redentor, a nuestro Señor Jesucristo. 

A través de la palabra de Dios veremos que hizo Abraham, sus errores y sus aciertos como seguidor de Dios.

El seguir a Dios sin saber a dónde, es obedecer, es vivir como un extrajero y vivir en la prueba. Vemos que Abraham y su padre Taré venían de Ur de los Caldeos, en Hechos, cuando Esteban estaba hablando, dijo que venía de Mesopotamia y en esa cultura antigua había idolatría. En Génesis 11 habla sobre la torre de Babel, de cómo el hombre no obedeció a lo que Dios dijo desde el principio. Un principio que Dios puso en su palabra era que tenía que multiplicarse y esparcirse, y vemos que empezaron a tomar un solo lugar para no ser esparcidos, no querían obedecer a Dios. Podemos ver que Dios mandó la confusión de lenguas y se fueron a otras partes y por eso tenemos diferentes idiomas a nivel mundial.

Genesis 11:31 dice: Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán. Salieron de Ur, de Mesopotamia a un lugar donde ellos no conocían. Pero en el versículo 1 del capítulo 12 dice: Pero Jehová había dicho a Abram: Dios estaba hablando directamente a Abram como líder del hogar. A nosotros hombres, Dios nos ha puesto como líderes en nuestros hogares y necesitamos aprender esto y el ser un líder para que podamos ver la bendición no en nuestra vida, sino en las futuras generaciones. Debemos obedecer a Dios sin saber a veces que Dios nos va a mostrar a futuro. Era muy difícil para Abram, él no conocía y de repente Dios le dice: Quiero que te vayas de tu tierra y parentela.

Una de la cosas para seguir a Dios es obedecer, es un principio bíblico, lo vemos desde el principio y también lo vemos cuando hemos sido salvos por la gracia del Señor Jesucristo, debemos reconocer que somos pecadores, creer que Jesús murió en la cruz del calvario por nuestros pecados para darnos vida eterna, es algo que Dios nos ha puesto para obedecer “no es por obras para que nadie se gloríe”; no es por la ley, ni por guardar los mandamientos y empezamos nuestro camino en obedecía, es nuestro primer paso. Si todavía no has tomado la decisión de seguir a Cristo, te animo que obedezcas la palabra de Dios. Entrega tu vida a Cristo y vas a empezar a caminar con Dios.

Una de las cosas que Dios muestra en su Palabra es que cuando obedecemos habrá bendición. Dice la Palabra de Dios:haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Como seres humanos nos gusta que Dios nos bendiga, pero no queremos obedecer. Queremos la bendición, pero no la responsabilidad que Dios no ha dado. Necesitamos el poder de Dios, y caminar con Dios es aparentemente complicado. Cuando una persona ciega quiere caminar va a tropezar, pero cuando una persona le ayuda, ella tiene que agarrarse y tomarse de la mano de esa persona, así es confiar en Dios. Va a haber momentos donde la persona le dice a la persona ciega “espérate.” Así es nuestra vida cristiana, va a haber un momento donde Dios nos va a parar y es algo difícil, pero la bendición que tenemos es que Dios es justo, fiel y verdadero. Nosotros somos infieles pero él permanece fiel.

Para que Abraham obedeciera a Dios es que él dejó sus comodidades. Dios le dijo: “Vete de tu tierra.” Él tenía un lugar seguro, donde lo conocían, iba a seguir a Dios sin saber a dónde, sin saber si iba a haber un techo, lluvia, un buen pasto, no sabía, él obedeció a Dios dejando su comodidad y muchas veces para seguir a Dios tenemos que dejar nuestra comodidad, pero no la queremos dejar. Nos acostumbramos a estar cómodos. Queremos ver la bendición en nuestra vida, con nuestros hijos, en nuestro matrimonio, pero queremos estar cómodos. La carne quiere estar agusto y contenta, pero Dios dice: tienes que obedecer. Uno tiene que dejar las costumbres y cuando comenzamos a caminar con Cristo tenemos que dejar nuestras costumbres, pero no queremos.

Te animo a que obedezcas y camines con Dios, va a ser un poco difícil, pero Dios te va a ayudar. La Biblia dice: Y haré de ti una nación grande. Muchos soñamos con ser famosos, los jóvenes quieren ser youtubers, pero el que hace grande es Dios, pero dejemos nuestra comodidad.  Para ver la grandeza de Dios, necesitamos obedecer a Dios. 

Muchas veces vamos a dejar familia y nos han dicho: “Eres un cristiano hipócrita”, “no te voy a dar herencia”, “ya no eres mi hijo” porque a muchos nos dijeron: “Católico naciste, católico te vas a morir.” Pero hemos dejado eso por amor a Cristo, eso es una bendición que tenemos. Jesucristo dijo “El que quiere seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” Obedezcamos a Dios.

Dice Génesis 12:2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Abram salió a un lugar donde no sabia que le iba a esperar. Dios le dijo: Yo te voy a ir mostrando en cuanto tú me sigas. La vida cristiana es así, caminar sabiendo que tenemos un futuro glorioso en el cielo, pero no nos muestra que va a pasar mañana o en un año, pero Dios sí nos ha prometido que tenemos salvación y vida eterna a través de Cristo. 

Lamentablemente, muchas veces cometemos el error de pensar que la bendición de Dios es para quedarnosla. Si Dios nos está bendiciendo es para bendecir a otros, pero, ¿por qué no lo hacemos? porque somos egoístas. Es mejor dar que recibir. Si Dios nos va a bendecir cuando estemos caminando con Él, es para que ayudemos a otros, no necesariamente tiene que ser dinero, muchas veces es con consejo espiritual, orar por el hermano, por la familia, por la iglesia, pero nos queremos quedar con la bendición, somos egoístas. Dios sabe nuestro corazón, si nos bendice es para que soltemos las manos y para que siga dando bendición.

Abram no vio las grandes bendiciones, no vio la tierra prometida, pero nosotros queremos caminar con Dios y queremos ver las bendiciones ya. Decimos: “Dios, no te veo, ya no voy a la iglesia, no cambiaste a mis hijos y yo sigo igual.” Pero Abram siguió a Dios sin ver la bendición porque él entendió que tenía un Dios fiel que lo que decía lo cumplía. Él entendió que la bendición era para sus futuras generaciones. Pero nosotros ya tenemos cinco años de cristianos y ya nos andamos desmayando.

Dios le dijo que de él iban a ser benditas las naciones, pero él no tenía hijos, su esposa no podía tener hijo; tenía 75 años cuando Dios le dijo que tendría uno, pasaron 25 años para que tuviera su hijo, ¿Cuántos años tenemos nosotros y ya queremos tirar la toalla?

Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. Otras de las cosas que Abram hizo, es que no solamente obedeció, sino que también vivió errante, como un extrajnero, él no se acostumbró a un solo lugar y tenemos que aprender esto: No te acomodes a este mundo. No somos de este mundo, somos peregrinos y extranjeros, nuestra ciudadanía está en los cielos, pero empezamos a hacer herencias, y a tener comodidades carros y casas y como dicen: “Nadie sabe para quién trabaja” Cristo viene pronto ¿y todo eso para quien será?

Como papás nos acostumbramos a dar lo mejor a nuestros hijos y está bien, pero lo mejor que les podemos dar es el amor y temor a Dios, pero no pensamos así y les damos estudio (y no estoy en contra) pero de ¿qué sirve que tenga un doctorado si no tiene la bendición de Dios?

Abram vivió como extranjero y dice la Palabra de Dios que él empezó a salir con su esposa y su sobrino, Dios quiere que seamos una familia como dijo Josué: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”

Dice el versículo 6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.Vemos que Abram empezó a obedecer y ha de haber pensado “Dios tiene una tierra para mí y la voy a habitar, no ha de haber nadie, será facilito” pero ¿quienes estaban ahí? Los cananeos, o sea que van haber dificultades y cuando empezamos en las cosas de Dios habrá gente que nos van a causar problemas, pero el versículo 7 dice: apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. ¿No crees que se desanimó Abram? Pero se le apareció Jehová y le dijo: “No te preocupes, yo te voy a dar esta tierra, yo te voy a ayudar.” Abram no vio a su descendencia ahí, Dios le prometió, pero él siguió.

Dios nos promete bendiciones en nuestra vida, pero no las vemos y vemos el problema y decimos: “Estaba mejor en el mundo, nadie me decía nada. Nada más conocí a Cristo y problemas y problemas” Pero la diferencia es que Dios está con nosotros. Si Dios está con nosotros, ¿Quién contra nosotros? 

Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.” Abram hizo un altar, tuvo comunión con Dios, no se desanimó; sigamos en comunión con Dios, pero la perdemos cuando vemos las situaciones difíciles. No perdamos la comunión con Dios, sigamos adelante, Él está con nosotros, lo prometió en su Palabra, Dios está con nosotros hasta el fin del mundo

En el versículo 8 dice: Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. Tenemos que aprender esto, si vienen situaciones difíciles  tenemos que seguir agarrados de Dios, hacer altar a Dios y de ahí seguir adelante porque él siguió adelante y en el tiempo que siguió adelante, se detuvo un poco, hizo una pausa y en esa pausa volvió a edificar para fortalecerse. Muchas veces Dios pone pausas en nuestra vida porque nos quiere fortalecer porque Él sabe lo que va a venir a futuro, nosotros no lo sabemos, Él sabía que venía el hambre. Dice el versículo 9 Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.” Muchas veces tomamos decisiones incorrectas, pero Dios le permitió fortalecerse. Si no estás en situaciones difíciles, fortalécete, agárrate bien, no dejes de venir a la iglesia

El versículo 10 nos dice: Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Ahí estaba el problema. Van a venir situaciones difíciles a nuestra vida y ahí vamos a conocer de qué estamos hechos. Abraham tomó una decisión que muchas veces hemos tomado. Empezó bien, como muchos cristianos que están en su primer amor “Vamos a ganar almas, a leer la Biblia, vamos a orar, vamos a la iglesia”, pero luego vienen los problemas y empezamos a no ver las bendiciones. Así fue Abram, dejó de poner su fe y confianza en Dios y por dejarlo, vinieron las dificultades.Y muchas veces vamos a dejar de confiar en Dios, vamos a decir: “¿Para qué voy a la iglesia? Tengo deudas, mejor voy a meterle tiempo extra”, y confiamos en el hombre. Abram empezó a confiar en los egipcios. Dejó de poner su fe y confianza en Dios y la puso en donde pensaba que había provisión y muchos pensamos de esa manera “Ay si me voy a Estados Unidos…” Actuamos como Abram, tomamos decisiones alocadas y nos llevamos a la familia. Abram le dijo a Sarai: “Di que eres mi hermana, porque si no me van a matar.” y nos llevamos entre los pies a nuestra esposa porque dejamos de confiar en Dios, empezamos a ver las circunstancias “Yo creo que Dios no me puede ayudar.” Pero Él sí puede hacer milagros, no ha perdido su poder; nosotros hemos dejado de confiar de Dios y depender de Su poder. No cometamos el error de Abram.

Abram comenzó a ver las situaciones difíciles y dijo: “Pues nomas no veo claro” como muchos cristianos: “Pues estoy viniendo a la iglesia, y no veo claro. Tú no cumples Dios.” Pensamos que la bendición de Dios es el dinero, y no es cierto. La bendición de Dios es que estés bien con tu esposa, con tus hijos, ¿De qué sirve que tengas dinero, buen carro y buena casa y que tu esposo ande de mujeriego? ¿De qué sirve que tus hijos tengan dinero si están haciendo cosas inmorales y perversas? De verdad, duele, pero es cierto, nos enfocamos en el dinero, decimos: “Si tengo dinero es que Dios está conmigo.” ¿De qué sirve que tengas una casa muy bonita si están cada rato como perros y gatos peleandose? La mejor bendición es que Dios tiene a nuestra familia y si no tienes dinero, no importa. ¿De qué sirve que tengas dinero si estás enfermo y lo estás pagando al hospital? La mejor bendición es que estés con tu familia y tengas salud.

Génesis 12:11-16 dice:

11 “Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 

12 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 

13 Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 

15 También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. 

16 E hizo bien a Abram por causa de ella;

En pocas palabras, la vendió. Mira las consecuencias por no confiar en Dios, la regamos como tienes idea. Nos llevamos entre los pies a nuestra familia. Primero dejó de confiar en Dios, mintió y luego la vendió porque ¿qué le dieron? Ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, camellos. He visto a muchos hermanos que dejan de confiar en Dios y buscan las cosas de este mundo y da tristeza y ¿cómo está su familia? destruida, por simplemente tomar decisiones alocadamente y no buscar a Dios. Por eso Cristo dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas esas cosas serán añadidas.” Si Él quiere te va a añadir, pero si no, no te amargues: “¡Ay! ¿Por qué al hermano le va bien y a mí no,si el hermano es bien pecador? Tú también eres pecador y yo también. No nos juzguemos. Dios a cada quien nos va a dar lo que Él crea conveniente porque David dijo:  No me des riqueza para que el día de mañana me olvide de ti o pobreza para que te maldiga.” Él sabe porque no nos da más, Él sabe nuestro corazón y cómo vivimos.

Génesis 12:17-20 dice:

17 “Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. 

18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 

19 ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. 

20 Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía.

¡Ahí vemos la gracia de Dios! Eso es lo que me alienta: La gracia de Dios, porque cometemos errores y merecemos castigo. Abram merecía un castigo por lo que había hecho pero Dios obró en Faraón.

Muchas veces fallamos pero lo malo que hicimos Dios lo convierte para bien y por eso debemos seguir más a Dios porque creo que todos hemos fallado, pero gracias a Dios que tienes esposa, familia, salud y trabajo. 

¿Por qué no venimos  a Dios y le decimos: “Señor, he cometido muchos errores, pero quiero arreglar cuentas contigo, quiero acercarme a ti.” No sé la situación que estás pasando pero ve a Dios y dile que has fallado, pero has visto Su mano porque aun tienes vida porque mientras hay vida hay esperanza.