La promesa de Fe

Pastor Arturo Muñoz

2 Corintios 9:1-15

“Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba;

2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.

3 Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados;

4 no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.

5 Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra.

6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

9 como está escrito:

Repartió, dio a los pobres;

Su justicia permanece para siempre.

10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,

11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios;

13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;

14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!”

Vemos el versículo dos; y Pablo está escribiendo no a la iglesia de Acaya, no a la iglesia de Macedonia sino a la iglesia de Corinto, y está diciendo que el celo de ustedes, el deseo de poder participar en estas ofrendas para los santos ha animado a muchas iglesias pero les dice que sea algo que esté preparado, otra vez lo dice en el versículo tres, entonces dice otra vez Pablo que nuestro gloriarnos no sea en vano, cada uno de nosotros debemos tener una buena voluntad, lo que inicia el poder dar a la obra misionera es tener una buena voluntad, lo que inicia el poder dar a la obra misionera es que cada uno de nosotros tengamos una carga y una buena voluntad, una buena voluntad es un buen deseo.

Yo creo que es deseo de cada uno de nosotros que el mundo sea salvo, debería de ser, es un buen deseo de cada uno de nosotros que misioneros vayan, es un buen deseo de cada uno de nosotros que la gente escuche allá en Sudamérica, allá en África, en Europa, en Asia, en Australia, aún en nuestro propio país.

Es una buena voluntad y un buen deseo en un día sábado decir *Mañana me gustaría ir a la iglesia* pero si no vienes a la iglesia de nada sirvió solamente tener un buen deseo.

Pablo dice que *su buena voluntad de ustedes me glorío, y hablo con las iglesias del ánimo que ustedes tienen e iglesias en Macedonia y en Acaya y en otros lados están emocionados porque ustedes han hecho algo, pero cuando envíe a los hermanos no me vayan a quedar mal, estén preparados* De tal manera que para la promesa de fe se necesita preparación, se necesita una preparación espiritual para poder decidir cada uno de nosotros cuánto vamos a poder contribuir a la obra misionera, es una preparación donde Pablo les está diciendo *yo no les voy a decir, no los voy a forzar a ustedes*

Ni la salvación ni nuestras ofrendas son de manera forzada; la salvación Dios dice *aquí está el cielo, aquí está el infierno; aquí está mi hijo Jesucristo que murió por ti, si tu lo aceptas tienes vida eterna, si tú lo rechazas tienes el infierno*.

Dios no me fuerza a hacer algo, es algo voluntario, Pablo dice “no como de exigencia nuestra” esa preparación debe ser una preparación espiritual. Orar al Señor y decirle “¿cuánto es lo que tú quieres para que yo de a la promesa de fe a los misioneros?” estar preparados espiritualmente, orar a Dios.

Pero sí hay algo que Pablo dice que quizás hay alguien allí que tiene una buena voluntad y dice *bueno, voy a dar $3* porque con $3 ya está participando, pero Pablo le recuerda que ya ue ustedes tuvieron esa buena voluntad y van a dar el paso de acción, de hacerlo, no solamente de palabra, sino hacerlo; les quiero recordar algo, que ustedes pueden dar 3 o pueden dar $100. Dios va a bendecir los $3 pero ¿sabes qué? El que siembra escasamente segará escasamente; entonces Pablo dice *si tú siembras $3 está bien, pero es poquito*

  1. “cada uno de vosotros dé como propuso en su corazón”

Entonces esta contribución, esta participación, esta generosidad, esta promesa de fe que cada uno de nosotros puede participar, debe ser una promesa de fe que esté preparada, tiene que estar preparada espiritualmente hablando, preparada en cuestión de lo que está diciendo Pablo, que no siembres escasamente, sino siembra generosamente.

2 Corintios 9:5

“Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”

Está hablando de sembrar una semilla, ¿cómo nosotros podemos sembrar a través del dinero?

Pablo está hablando a cerca de un donativo, de un dinero.

2 Corintios 8:19-21 “y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra buena voluntad;

20 evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos, procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres”

Lo que nosotros queremos hacer ahora para el Señor queremos hacerlo bien, queremos hacerlo de una manera honrada; *este dinero vamos hacerlo llegar a los misioneros, a aquellos santos que lo necesitan* y de la misma manera, la iglesia, nuestra iglesia se compromete para que el dinero que está entrando para lo misioneros llegue a los misioneros; es algo que debe de ser preparado espiritualmente, es algo que debe de ser constante, “generosamente”, de manera generosa; aquí entra un principio muy importante: Podemos nosotros esperar cosechar lo que hemos sembrado.

Si yo siembro maíz no voy a cosechar trigo, si yo siembro trigo no voy a cosechar maíz, pero puedo esperar cosechar lo que he sembrado, la semilla que he puesto allí, si es una semilla de limón no van a salir plátanos; como cristianos de la misma manera vamos a esperar cosechar lo que hemos sembrado. Si sembramos envidias, si sembramos malicias, si sembramos discordia, si sembramos dolor, si sembramos injusticia ¿qué voy yo a cosechar? Todas esas cosas.

De la misma manera si yo siembro, bondad, amor, lo que yo siembre es lo que voy a esperar cosechar, ese es el primer principio aquí en el versículo 6.

2. Puedo yo esperar cosechar más de lo que he sembrado.

si siembro un solo granito de limón, cuando crezca ese árbol no va a sólo arrojar un granito de limón, cuando alguien siembra no dice que solamente se va a multiplicar a dos, el que siembra sabe que con esa semilla va a esperar a cosechar más de lo que ha sembrado.

Entonces si yo participo en la promesa de fe, yo sé que esos $50 a la semana, esos $100 a la semana, lo que Dios me va a dar de regreso no van a ser $50 o $100, va a ser más.

De tal manera que se va a transformar, se va a multiplicar, voy a esperar cosechar más de lo que yo siembro. Cuando tú vas y siembras $10 en la tortillería sólo vas a cosechar lo que son $10 de un kilo de tortillas, si tu vas y siembras $300 en la zapatería te van a dar un par de zapatos y si regresas en tres meses diciendo que se te acabaron los zapatos *¿me puede dar otros?* te van a decir que no *solamente le tocaban un par de zapatos por $300*.

No vas a poder regresar cada 3 mese y recibir más zapatos, y recibir más zapatos por un año completo, no, lo que tú des así vas a recibir.

En la obra de Dios vas a recibir más de lo que tú des; de tal manera que una semilla puede hacer mucho más.

3. Podemos nosotros cosechar en proporción de lo que hemos sembrado

Esto quiere decir que el sembrador no solamente siembra una semilla, el sembrador no solamente siembra un zurco lleno de semillas, sino él sabe que lo que más pueda sembrar va a cosechar en proporción de lo que él haya sembrado. Si siembro solamente una hectárea, voy a cosechar en proporción de esa vasta hectárea, pero si tengo posibilidad y tengo 10 hectáreas, el sembrador va a decidir sembrar 10 hectáreas.

No solamente en proporción, porque si siembro una semilla sé que voy a cosechar más, pero sé que estoy haciendo acá, voy a dar otro paso, voy a dar otro paso y lo voy hacer acá, de tal manera que entre más vaya, entre más sea constante en la  obra de Dios, voy a cosechar en proporción de lo que yo esté sembrando

4. Vamos a cosechar después de haber sembrado

El problema muchas veces es que somos impacientes, Hebreos 12 nos dice que corramos pacientemente esta carrera; debemos de ser pacientes, queremos las cosas al momento.

Queremos que nuestra esposa nos obedezca ya, queremos tener las cosas al instante y no nos damos cuenta que cuando nosotros sembramos debemos esperar, orar; yo hago mi parte de sembrar y yo confío en Dios para que él mande la lluvia, no es solamente yo, no es solamente Dios, yo hago mi parte y Dios hace su parte pero tengo que esperar.

No está bien decirle al Señor *tu dame y ya cuando me des te doy algo* “No, es que Pastor ahorita tengo un trabajo donde gano $100 a la semana, pero Pastor cuando yo gane $1000 a la semana sí voy a dar; ahorita no porque Dios no va a querer que sólo le de $2 o $3”

Dios ve al dador alegre, Dios ve la proporción en que tú das.

Cuando vinieron estos hombres ricos y dieron sus bolsas de oro y viene una viuda pobre que sólo dio dos blancas, ¿qué dijo el Señor Jesús? *esta dió más que todos estos*; porque es en proporción de lo que yo doy al Señor. De tal manera que si yo le digo al Señor “Señor tú dame” no, Dios espera de nosotros que primero nosotros le demos a Él y Dios despué me va a dar a mí, debemos esperar cosechar después de que hemos sembrado.

2 Corintios 9:10-11

“Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. ”

Cuando nosotros estamos dando a la obra misionera nosotros estamos dando semilla al que siembra, le estamos diciendo *aquí hay provisión, aquí hay, nosotros te vamos a dar para que vayas y siembres*; la sementera es el sembradío, el campo y también Dios quiere bendecirnos en todo, yo nunca he visto a alguien que sea generoso y al mismo tiempo se esté quejando y no he visto a alguien que se la pasa quejando todo el tiempo que sea generoso.

Tu ves la bendición de Dios y no hay razón para quejarte porque tú eres generoso y Dios te bendice más, o eres quejumbroso y murmuras por todos lados y ni siquiera puedes dar y como no puedes dar te sigues quejando todavía, te sigues quejando, murmurando y no eres agradecido para con Dios; Dios multiplica, bendice más y enriquece al que da.

Esta promesa de fe debe de ser, por fe.

2 Corintios 8:1-2

“Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia;
2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.”

Eran las iglesias que estaban allí, una de ellas era Filipos, otra era Tesalónica.

Estas iglesias eran iglesias pobres pero aprendieron a dar a la obra misionera, y Dios los bendijo, eran pobres y no solamente era una pobreza, sino una pobreza extrema. Hermano quizás pensarías que estamos en extrema pobreza; pero si fueras a lugares como Venezuela, como Siria, como Etiopía en donde realmente no hay que comer, miles y miles de refugiados, miles y miles de personas que están muriendo de hambre, donde hay una gran necesidad; aún en nuestro país, te vas a la sierra y allá comen mejor que nosotros.

Tú te deleitas en unos “Baby Reeb´s” costillitas, y allá también tienen unas costillitas y sabe mejor la salsa. Allá en la sierra tienen más y mejor, hermanos vivimos en un país bendecido, no estamos pobres tenemos mucha bendición, y porque tenemos bendición dice la palabra de Dios “de gracia recibisteis, dad de gracia” y si nosotros como iglesia podemos ayudar a 10-20-30 misioneros o más porque Dios nos ha bendecido, que Dios pueda usar nuestra iglesia para poder ser parte, para poder alcanzar este mundo para Cristo. Dios no necesita tu dinero, Filipenses 4:19 nos dice que todo es de Él, de Dios es todo, Dios lo tiene todo.

Dios no necesita nada de nosotros, más aún así Él usa nuestro dinero para que nosotros demos a la obra misionera y él nos bendiga.

2 Corintios 8:3

“Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas,”

Cuando yo doy a la obra misionera debemos de dar según nuestras fuerzas, pero también dice que podemos dar más allá a veces de lo que podemos dar, no debo de decir, voy hacer mi presupuesto al Señor, pero tampoco debe ser una locura, debe de ser algo sensato, decirle al Señor “Señor yo no sé cómo le voy hacer pero yo tengo un amor y pasión por los misioneros, por las almas y yo voy a dar más allá de mis fuerzas”

Carlos S. tenía una herencia de $30.000 libras esterlinas y él dijo, lo voy a dar todo.

Mandó $5.000 para acá, $5.000 para allá, eso sí fué más allá de sus fuerzas; es como si tú hubieras recibido una herencia de $30.000 dólares y quizás dice *Me voy a ir China y Dios va a proveer de mí* Yo no sé si yo lo pudiera hacer, ¿Pero  sabes cuál es la recompensa? La recompensa es mucho más de lo que tú y yo podemos esperar de parte de Dios.

Cuando yo tenía 13-14 años comencé a dar mi diezmo, y antes de poder comenzar cada uno de nosotros nuestra promesa de fe, el primer paso es dar tu diezmo; si tú nunca has dado tu diezmo ni siquiera te preocupes por dar promesa de fe, da tu diezmo, porque el diezmo es obedecer al Señor.

No trabajaba pero mis papás me daban algo de dinero, pero la que más me daba era mi abuela, mi abuela me daba mi domingo y cuando me daba mi domingo yo iba daba mi diezmo, Dios veía que yo daba mi diezmo y el siguiente domingo mi abuela me daba mi diezmo; pero cuando yo gastaba mi diezmo, de alguna manera mi abuela la siguiente semana ya no me daba mi domingo. Yo decía ¿Cómo se enteró Dios? Dios se entera y sabe todo, entonces daba mi diezmo y Dios me bendecía y así fue.

Como a los 15 años comencé a dar mi promesa de fe, recuerdo que yo comencé con $5 a la semana, ¿Por qué es promesa de fe? Porque yo no sabía si realmente la siguiente semana yo iba a tener para dar mis otros $5, no tenía un trabajo fijo, pero era por fe, porque yo estaba confiando en el Señor que yo le iba a dar a Él primero mi diezmo y después mi promesa de fe.

Esa promesa de fe cada año fue aumentando, aumentando más y más, llevo 20 años dando mi promesa de fe y cada año hemos podido incrementar más nuestra promesa de fe ¿Y sabes qué hemos visto? Hemos visto cómo Dios bendice, si tu das generosamente, Dios te va a bendecir generosamente.

2 Corintios 8:4

“pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.”

El dar nuestra promesa de fe es un privilegio, un honor dar a estos misioneros; no solamente conocerlos, muchos de ellos tú nunca sabes cuándo va a venir un Elliot y va a morir allá en Ecuador, cuándo va a venir un misionero que no vas a ver más; es un honor es un privilegio poder participar y decir a los misioneros *vamos apoyarlos para que ustedes puedan llegar al campo misionero*

Hermanos no es fácil, y ahora es más difícil.

Mi esposa y yo cuando salimos a visitar iglesias en Estados Unidos, mi esposa y yo nos casamos en 1999 el 26 de Junio, y en Enero de 2000 comenzamos a visitar iglesias, visitamos iglesias por un año tres meses, visitamos aproximadamente 120 iglesias y gracias a Dios en ese entonces Dios nos dio de su gracia, implementamos muchas cosas que aprendimos del Instituto. Tuvimos un taller en donde nos enseñaron qué hacer, cómo hacer, qué decir, cómo vestir, muchas cosas que nos ayudaron mucho; visitamos 120 iglesias y aproximadamente 45 iglesias nos comenzaron a apoyar, más de una tercera parte.

Ahora un misionero más o menos el promedio de visitar 100 iglesias serían como 5 iglesias; para que ellos puedan salir al campo misionero, si son 100 iglesias y los apoyan 5 ¿Cuántas iglesias tienen que visitar para que los apoyen 10? 200, ¿para que los apoyen 20? 400 iglesias, ¿para que los apoyen 40? 800 iglesias para que puedan ir al campo misionero.

El promedio no son $1.000, son $400-$500 aquí en México, en Estados Unidos es $60-$70 dólares. De tal manera que en México apenas estamos despertando pero aún así nos falta mucho. Los misioneros tienen que ir y visitar iglesia tras iglesia, tras iglesia.

Al principio es muy padre. Cuando mi esposa y yo visitamos 120 iglesias no se hizo una carga, nos faltaron 5 estados por visitar en Estados Unidos, nos faltó Rhode Island, y bueno, los 4 estados arribita en EU y Hawaii.

Pero imagínate hermano visitar 300-500 iglesias, yo con 120 iglesias ya estábamos cansados; ellos lo hacen también por fe, para ir, visitar y que una iglesia diga “Hermanos los vamos a apoyar” y después a los 3 meses digan *Saben los hermanos ya no están dando, ya no los vamos a apoyar* No nadamas pueden regresarse de Brasil a México así como si nada, pues ya no; a veces llegan con $1000 dólares, $18.000 al mes y después va bajando, va bajando, va bajando. Nosotros llegamos con cerca de 45 iglesias y ahorita masomenos tenemos como 15 que nos están apoyando, ya son varios años, son 18 años; pero no va a ser así con los misioneros, muchos de ellos se van con 30 iglesias y a los 2 años tienen 15 iglesias y de esas 15 el promedio son $400 de tal manera que son $6.000 al mes, ¿Alguien puede sobrevivir con $6.000 al mes? No mucha gente verdad, por eso tienen que orar a Dios.

No es fácil, y no lo estoy diciendo para tener lástima de, es un trabajo visitar iglesias y presentar la obra y tocar el corazón de los hermanos porque ellos realmente quieren ir, dice en Hechos 1:8 que debemos de llevar su palabra a nuestra Jerusalén, a toda Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra; que Dios nos de un corazón, una carga en nuestro corazón para apoyar a los misioneros.

Un día sus hijos van a ir al campo  misionero, que Dios nos de esa compasión por las almas; el que siembra escasamente cosechará escasamente, el que siembra generosamente, cosechará generosamente.

  • La ley de la siembra y la cosecha
  • Nada es forzado, debe ser de nuestra buena voluntad
  • El que siembra generosamente cosechará generosamente, el que siembra escasamente cosechará escasamente.