Cuando Perdemos El Corazón De Nuestros Hijos

Pastor Arturo Muñoz

Proverbios 23:26

Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.

-Hacer tiempo, hace mucho tiempo cuando estaba en el Instituto recuerdo que uno de nuestros maestros nos dio una hoja en donde atrás y adelante tenía escrito unas palabras de un pastor y estaba mencionando este versículo acerca de Dios diciéndonos a nosotros “dame hijo mío tu corazón” y una de las cosas que me acuerdo es que al terminarlo de leer ¡Guau! mi corazón se estremeció ¡lloré!, lloré porque lo que decía este pastor: Dios no necesita de tu dinero; Dios no necesita de tu tiempo; Dios lo tiene todo, él es el creador del universo lo único que él quiere, lo único que él requiere de nosotros es nuestro corazón, él quiere nuestro corazón, el nos ama -no lo busque pero si lo encuentro un día lo voy a traducir me gustaría leerlo o por lo menos mejor hasta darselos-.

Pero Dios quiere nuestro corazón, Dios desea,anhela nuestro corazón y de la misma manera como papás debemos de desear constantemente el corazón de nuestro hijos, asegurarnos todo los días que el corazón de ellos está con nosotros que no se ha ido ya; muchas veces podemos quizás darles una orden y se nota en su actitud; se nota en sus ojos ya no es una mirada de amor y de ternura; ya no es una actitud de sumisión y de querer agradar a papá a mamá ya es más que nada un pie en la puerta, ya se quieren ir y están esperando a entrar en la universidad, están esperando algunos hasta casarse porque se quiere ir de casa ya no tenemos el corazón de ellos.

-Recuerdo mucho,mucho cuando estaba todavía en casa aun de veinte y tres, veinte y cuatro años mi hermana y yo hablando, platicando y diciendo: yo nunca quiero salir de mi casa yo no quiero salir de mi hogar me la paso bien, estoy agusto aun cuando estaba en el instituto regresaba en el verano, regresaba en el invierno a iguala guerrero ¡quien quiere regresar! ahora ya pienso estaba mal de la cabeza pero ni modo, pero cuando regresaba pensaba no quiero salir de mi casa; no quiero salir de mi hogar porque mis papás tenían mi corazón, hasta que llegó una mujer y robo el corazón de mis papas y se lo tuve que dar a ella ¡ahora! ya que mi corazón es de ella ya no quiero, yo no quiero ir otro lugar, yo no quiero darle mi corazón a nadie más; ella tiene mi corazón.

Y es necesario que en el matrimonio nuestra esposa sepa que mi corazón es de ella; yo soy de ella completamente y nuestros hijos de la misma manera deberíamos asegurarnos constantemente hacer ahí como un examen y asegurarnos que el corazón de ellos es nuestro como papás  ¿cuando  ya no lo va a hacer ? cuando ellos se casen pero mientras ellos se casan debemos de asegurarnos constantemente que el corazón de ellos es nuestro y perdemos el corazón de nuestros hijos por algunas razones y de eso les quiero hablar.

Quiero hablarle de Cómo No Perder El Corazón De Los Hijos. De que hacer para no perder el corazón de los hijos.

Perdemos el corazón de nuestro hijos cuando:

I.- No pedimos constantemente por ellos.

En otras palabras no oramos, cuando se nos olvida orar; cuando estamos pasando tanto tiempo en otras cosas y nos levantamos sin leer la biblia; nos levantamos sin orar -y escuche un pastor en una ocasión que dijo: yo no oró por mis hijos un minuto, yo oró por cada uno de mis hijos diez, quince minutos y luego por el siguiente diez, quince minutos y luego por el siguiente diez, quince minutos y cuando escuche eso dije: porque no solamente tuve uno ¡ tuvimos siete! y ¡gracias a Dios que tenemos siete pero cuánto tiempo pasas por cada uno de ellos; pasamos rápido así un minuto o pasamos un tiempo de rodillas clamando y pidiendo a Dios y suplicando por ellos, pidiendo que Dios cuide a nuestros hijos; pidiendo que Dios los bendiga; pidiendo que Dios ponga como dice en Job -Job orando por sus propios hijos y diciendo ahí-; Capítulo 1:5, “Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

No solamente oraba Job por ellos pero aun él ofrecía holocaustos y dice la biblia que se levantaba cada mañana y cada mañana deberíamos nosotros de levantarnos y ofrecer holocaustos en otras palabras orar por ellos cada mañana a Job no se le hacía pesado y no se quedaba acostado y decía:¡ay! señor pues tu sabes y ya ore ayer; sino cada mañana Job tenía que vestirse, tenía que salir; tenía que buscar un corderito, lo tenía que traer, lo tenía que amarrar, lo tenía que subir, lo tenía que sacrificar, lo tenía que ofrecer y eso ya era una buena media hora; y luego iba por otro y lo tenía que buscar, lo tenía que traer, lo tenía que ofrecer y ahí va otra media hora de tal manera que el tiempo que pasaba Job por sus hijos era bastante; era un muy buen tiempo no se levantaba y decía: ¡Señor bendice a todos mis hijos! ¡amen! sino que se lo pasaba un buen tiempo y Job tenía siete hijos y tres hijas tenía diez y si él se pasaba media hora con cada uno, ya nos pasamos cinco horas Job pidiendo por sus hijos y cuando mueren sus hijos no dijo: ¡hay! señor de enbalde te serví, en balde ore por ellos ¡no! sino Job sabía que él había orado, pedido y dice: Capítulo 1:5, “Y aconteció que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.” vean en el versículo 10, “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

Satanás dice: como yo puedo probarlos y hacerles algo si tú has puesto una cerca de protección alrededor de ellos ¿y porque había una cerca de protección alrededor de ellos? porque Job oraba y pedía y clamaba y ofrecía holocaustos y sacrificios por sus hijos. Dice la biblia que Ana oraba y pedía y clamaba en 1° Samuel 1:11, ”E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.” y Ana oraba y pedía y clamaba y pasaba tiempo con Dios orando a Dios por un hijo y cuando él nace nos damos cuenta que ella lo crió y cuando tuvo una suficiente edad ella lo llevó al templo y cuando Samuel escuchaba una voz no se levantaba de mala actitud diciendo ¡otra vez! el viejito de lim me esta llamando que querrá y hablándole mal ¡no!; yo creo que tuvo una buena mamá que oró antes de que él naciera y oró cuando ya había nacido y lo creo en los caminos del señor.

Pero perdemos el corazón de nuestros hijos cuando nos estamos pidiendo constantemente, no estamos orando por ellos todos los días he dicho esto fracasamos como papás cuando oramos por nuestros hijos.

II.- Perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no publicamos nuestro amor.

Perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no publicamos nuestro amor y no estoy hablando de Facebook sino estoy buscando la letra P y es la unica que encontre pero cuando no les decimos que los amamos y hay muchas maneras de decirles a nuestros hijos que los amamos la primera de ellas es cuando no los disciplinamos porque al disciplinarlos les estamos diciendo que los amamos dice la biblia: “Porque Jehová el que ama disciplina” de tal manera que perdemos el corazón de nuestros hijos cuando nos les expresamos nuestro amor, cuando nos les decimos constantemente que los amamos, cuando nos los ¡disciplinamos! de tal manera que disciplinando los podemos nosotros mostrarles a ellos nuestro amor dice la biblia: que el que no ama a su hijo no lo disciplina.

Si los amamos los vamos a disciplinar dice la biblia en proverbios 13:24,“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.” entonces tenemos que expresar nuestro amor a ellos y una manera de expresarlo aunque no parezca congruente es disciplinarlos; el hogar y la familia que no está disciplinando sus hijos es un hogar que no ama a sus hijos.

Pero otra manera de mostrar nuestro amor y expresar nuestro amor es diciéndoles a ellos que los amamos -la manera que mi esposa sabe que yo la amo es cuando yo le digo que la amó -; de tal manera que muchos de nosotros quizás crecimos en hogares en donde nunca escuchamos que papá y mamá nos ¡ama! pero es bueno, es muy bueno decirles a nuestros hijos que los amamos aun cuando ya tenga quince años, aun cuando ya tengan veinte años, aun cuando sean unos ¡buenos para nada! hay que decirles que los amamos.

Una manera en donde fracasamos y perdemos el corazón de nuestros hijos es que  quizás le decimos que los amamos ¡no estoy diciendo que no lo hagamos! pero les damos tanto que no sean responsabilizado ellos; no han tomado responsabilidad para trabajar, para estudiar, para tomar carácter y perdemos el corazón de nuestros hijos también entonces cómo más podemos expresar nuestro amor hacia nuestros hijos ¡mostrando amor y cariño! de manera física; cada unos de nuestros hijos necesita ser abrazado; cada uno de nosotros necesitamos ser abrazados -ami me gusta cuando mi esposa me abraza-.

Nuestros hijos a ellos les gusta sentir abrazo de mamá, de papá constantemente que ellos sepan que nosotros los amamos de manera afectiva; de manera cariñosa mostrando amor y cariño todos los días ¡quizás! una palmadita ¡no sope! palmadita quizás algo -De repente nosotros vamos caminando y derrepente le doy una patadita a keke es una patadita de amor, -vamos caminando y luego les pego de lado, ahorita íbamos en el carro y ibamos hacia la casa y vamos jugando bocho blanco,verde y les golpeó pero ellos me golpean más fuerte y estoy mostrándoles a ellos amor y cariño; el año pasado vino el hermano Stu Schappers y me enseñó algo a mí el hermano Stu estaba jugando con ellos a mí no me gusta o no me gustaba jugar bocho blanco,verde etc es algo aburrido y no me gusta jugar a eso pero el hermano Stu estaba jugando con ellos y tuve que decirme a mí decir: si alguien mas viene y está mostrando afecto,cariño,amor porque tu no lo haces y sabe que me tuve que tragar mi orgullo y decir si algo necesito hacer es esto jugar al bocho blanco,verde,amarillo y ahora ¡me encanta jugar!.

III.- Cuando no pasamos tiempo con ellos.

Perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no pasamos tiempo con ellos; ellos quieren de nuestro tiempo; ellos necesitan de nuestro tiempo. Podemos decirles que los amamos; podemos tener afección, cariño, abrazos pero en ocasiones ellos quieren que estemos allí que pasemos veinte minutos, una hora, tiempo con ellos estando ahí dice la biblia en 2° de Samuel 14:32, “Y Absalón respondió a Joab: He aquí yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, con el fin de enviarte al rey para decirle: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún allá. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay en mí pecado, máteme.” era su papá Absalón aunque había cometido ahí algunas cosas y había ya ahora  regresado a  Jerusalén él dice: yo quiero ver a mi papá; habían pasado dos años david no lo quería ver y finalmente cuando regresa Absalón, david solamente le da un beso y es cuando el corazón de Absalón se amarga; el corazón de Absalón ¡Guau! agarro tanto resentimiento contra su papá, estar pensando dos años vine aquí estaba desterrado, mi papá me trajo hasta acá y yo lo quiero ver; no me ve; no pasamos tiempo, tuvo que quemar los campos de Joabad; estaba gritando por atención y David su papá no le dio atención.

Nuestros hijos gritan por atención de diferentes maneras; alzan una banderita roja y la empiezan a mover y empiezan a decir ¡ey! ¡atención! ¡atención! aquí estoy yo; ¡atención ¡atención! hágame caso; ¡atención¡ ¡atención! necesito de tu tiempo y ¿cual es esa banderita? hay algunas ocasiones que nos dejan de hablar es una banderita de quiero hablar; en algunas ocasiones sus calificaciones bajan y es una banderita de ¡ey! aquí necesito atención, estoy pasando un problema; en algunas ocasiones se detraen y están levantando una banderita; en algunas atenciones simplemente nos dicen ¡ey! puedo tener tu atención y no se las damos y cuando no les damos atención nosotros como papás ¿que va a pasar? se van y con sus amigos y dicen: a tu si me pones atención; tu si me das un poquito de droga; tu si me das un poquito de alcohol; tu si me das un poquito de cerveza; tu sí me das un poquito de esto, allá en la casa no lo recibo y perdemos el corazón de nuestros hijos; perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no pasamos tiempo con ellos.

IV.-Perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no ponemos el ejemplo.

Cuando nosotros mismos no ponemos el ejemplo; tenemos una gran responsabilidad de dar un buen ejemplo a nuestros hijos, lo tenemos que hacer, tenemos que poner un buen ejemplo dice la biblia en Filipenses 3:17, “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.” Pablo si había algo que hacía él ponía un buen ejemplo.

El poner un buen ejemplo es que cuando venimos a la iglesia escuchamos la palabra de Dios, escuchamos lo que debemos de hacer y en casa tenemos que hacer lo que se predica aquí en la iglesia ¡cuando no lo hacemos! se llama hipocresía y ¿quienes son los primero que ven nuestra hipocresía? Nuestros propios hijos, si estamos haciendo lo correcto, si estamos viviendo para Dios no es tan dificil pero si tenemos un pie en el mundo en donde me gusta la vida loca, me gusta la pachanga, me gusta la fiesta, me gusta el pecado, me gusta la cerveza, el alcohol y regreso les digo a mis hijos ¡ no hagas lo que ves pero haz lo que yo te digo!; que va a pasar con nuestros hijos van a decir no esto no está bien, no hay congruencia y cuando no hay congruencia, cuando ven una cosa diferente y aquí se hace otra dicen: ah caray aquí no está bien y porque y ellos empiezan; son bien inteligentes aunque usted los vea que no tanto ¡son bien inteligentes! y perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no ponemos ejemplo.

V.- Perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no los ponemos en las manos de Dios.

En otra palabras cuando nos los ofrecemos a Dios; cuando no los ponemos en las manos de Dios en Génesis capítulo 22 hay un buen ejemplo dice la biblia en Génesis 22:1-2, “Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Dios le dijo abraham: estas dispuesto a ofrecerme tu hijo, darmelo y abraham dijo: por su puesto. Abraham ni pensó dos veces; abraham no dijo: yo tengo cien años como es posible -y tenia mas porque ya mas o menos a esa edad se dice que su hijo isaac tenia mas o menos unos veinte o veinti cuatro años-, pero abraham no le dijo a Dios: Señor pero tu me lo diste; tú me prometiste; cómo es posible ¡no! sino abraham dijo: Señor yo estoy dispuesto a ofrecerte a mi hijo ¡aquí está señor!.

Y cuando nosotros no los ofrecemos a Dios y le decimos a Dios: señor lo que tu quieras hacer de mi hijo y yo lo estoy acaparando y diciendo: ¡no! ¡no! vamos a ir a la iglesia pero mis hijos van a hacer arquitectos para que nos saquen de la pobreza en la que estamos o médico ¡ahora! no hay nada de malo que sean arquitectos; no hay nada de malo que tengan una buena profesión, lo que estoy diciendo si yo los ofrezco a Dios y Dios los guía para que sea un buen maestro; un buen arquitecto un buen en algo ¡gracias a Dios! pero cuando yo los retengo y digo: estes es mi hijo; esta es mi hija yo lo quiero para mi, entonces lo voy a perder; cuando los quiero para mi, los voy a perder pero cuando se los doy a Dios, Dios dice ¡ok! ahora me va a hacer más fácil guiarlo, encaminarlo en mis caminos ¿porque? porque los estamos ofreciendo a Dios.

Pero perdemos el corazón de nuestros hijos cuando no los ponemos en las manos de Dios de manera diciendo: Señor aquí está mi hijo, mi hija lo ofrezco a ti haz de él, de ella lo que tu quieras y Dios puede hacer tantas cosas con nuestros hijos pero hay que asegurarnos que no perdemos el corazón de nuestros hijos.

  • Perdemos el corazón de nuestros hijos cuando nos estamos pidiendo constantemente.
  • Hay muchas maneras de decirles a nuestros hijos que los amamos.
  • Cuando nosotros mismos no ponemos el ejemplo.
  • Cuando nos los ofrecemos a Dios