Un Hogar Bien Unido En Oración 

Hechos 1:12-14

12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. 

13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 

14 Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.

La Biblia dice en Hechos 1:14 que todos perseveraban unánimes en oración y ruego. De tal manera que los discípulos sabían la importancia de la oración, reconocían el poder de la oración. 

En Hechos 12 dice que Pedro estaba encarcelado y un ángel del Señor se le apareció. En los versículos 7-12 dice: “Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.  Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando”.

Pedro llegó a una casa y no tenemos más referencias de lo que sucedió. Sí sabemos que estaban en una casa, sabemos que la casa era de la mamá de Marcos, sabemos que una señorita llamada Rode cuando escuchó los toquidos salió a la puerta. Vamos a imaginarnos algunas cosas. Sabemos que había gente orando por Pedro, vamos a pensar que cuando se estaba tocando la puerta, Rode, quizás no estaba orando junto con las demás personas, vamos a imaginarnos que quizás ella no estaba pensando que la oración tiene poder; quizás ella es algo escéptica, quizás la mamá de Rode la llevó a esta casa. Pero sabemos que cuando llegó Pedró y tocó la puerta, antes de abrir la puerta, dice la Biblia que Rode de sorpresa no abrió la puerta, sino que fue y le dijo a los hermanos que Pedro estaba a la puerta. Después de todo lo que sucedió, Rode y los hermanos supieron que la oración tiene poder. Sea que Rode ya lo supiera o no, si ella no estaba tan convencida, ahora lo estaba.

Por otro lado, el diablo no quiere que oremos, está dividiendo iglesias, está dividiendo familias, no quiere que tengamos una familia que esté en oración. El diablo divide familias; la oración une familias. Una familia que está orando junta es una familia que se va a mantener alejada del divorcio. La tecnología divide familias. Un estudio encontró que cuando los padres llegan de trabajar y sus hijos están metidos en tecnología solamente el 30% de las veces van a ser recibidos por sus hijos. Cuando antes sin tecnología la mayoría de las veces llegaban y los abrazaban, pero ahora el niño o la niña están en TikTok, en instagram, en Facebook. Los jóvenes y niños que pasa un tiempo considerable en Internet se sienten alejados de sus papás y le dicen a sus papás: “Siento que ya no me hablas” y es porque están metidos tanto tiempo en Social Media.

Antes de Google, los papás eran las personas más importantes para los hijos porque antes de esto si el niño o niña tenía una pregunta, ¿adivina con quien iban? Con sus papás. Papá y mamá eran más importantes, eran relevantes, eran las persona más inteligentes del mundo, el niño decía: “Mi papá es bien inteligente”. ¿Cuándo fue la última vez que tus hijos te hicieron una pregunta? Ahora nuestros hijos ya no hacen preguntas, ahora nos corrigen y ya no somos las personas más inteligentes para ellos.

Hace unas semanas estaba comiendo con mi esposa y volteé y vi a una familia, estaba el papá con un celular, el niño con un celular, una jovencita con un celular, la niña con un celular y la mamá con otro celular. ¿Está la tecnología dividiéndonos? Sí, nos está apartando. ¿Para qué platicar si podemos ver Tik Tok? ¿Para qué platicar si podemos estar en Facebook, en Instagram? Joven y señorita, el Internet no lo es todo. Hay muchas cosas más que Instagram, hay más que te den like a tus fotos, está la familia. Dale gracias a Dios que aún tienes un papá, que tienes a tu mamá, que tienes una iglesia, dale gracias a Dios por la familia. 

La oración ayuda a tener familias más unidas.

Las escuelas públicas están dividiendo, por la ideología que se está enseñando en las escuelas públicas. El mundo tiene su propia agenda y no es la agenda de Dios. El mundo tiene su ideología y no es el pensamiento de Dios. Entonces las escuelas públicas llenas de humanismo y filosofías están poniendo a los padres contra los hijos y más que nada a los hijos contra Dios, diciéndoles que no hay Dios. Viene el hijo y el papá lo quiere disciplinar porque la Biblia dice, y el niño dice: “Yo aprendí en la escuela que tú no me puedes dar porque tengo derechos y el primer derecho es Tik Tok, el segundo es comer, el tercero es una cama, el cuarto es un celular, el quinto es una laptop en mi cuarto, el sexto es una pantalla…” y nos dan un montón de derechos y el último es obedecer, si es que está en la lista. Vienen los niños y dicen: “Me mentiste porque me dijeron que no hay Dios, porque realmente vengo del chango, me gustan los hombres, me gustan las mujeres y me gustan los árboles”. “Papá, me he dado cuenta que mi verdadera identidad son los árboles” y no hay nada en contra de los árboles son creación de Dios, pero las escuelas están dividiendo a nuestras familias.

Job fue un hombre que sufrió y él pudo ver la soberanía de Dios y en ningún momento se quejó contra lo que Dios estaba haciendo en su vida, pero sí algo había en Job era que él oraba por sus hijos. Job 1:5 dice: “Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”. Él oraba por sus hijos. Mamá, papá, aprende a orar por tus hijos. Ana dijo en 1 Samuel 1:27 “Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí”. 

Cuando mi esposa y yo estábamos visitando una iglesia en Santa María, California, una ciudad bonita, pintoresca y pequeña nos estábamos quedando en una casa, la familia nos había dado la habitación principal y un día en la mañana mi esposa me dio una buena noticia que íbamos a ser papás y nos alegramos y abrazamos y una de las primeras cosas que hicimos es que nos tomamos de las manos y empezamos a orar por ese niño. Nuestros hijos necesitan que oremos más por ellos.

Pedro le preguntó a Cornelio en Hechos 10:29-31 “¿Por qué causa me habéis hecho venir?” ¿Sabía Pedro para que iba? Sí y qué bueno porque Cornelio nos da la respuesta. “Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios”. ¿Qué le habrá pedido Cornelio a Dios? ¿Era Cornelio salvo? No. Cornelio era gentil, no era judío, pero oraba. ¿Sabes que hay mucha gente que no es salva, pero que hacer oración? La oración de Cornelio era: “Señor, salva a mi familia”. Entonces Pedro dijo: “Tu oración ha sido oída y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios”. ¡Wow! No solamente oraba, también daba. ¿Sabes que Dios ve cuando damos con un corazón genuino y verdadero a las cosas de Dios? 

“Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará. Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado”. (Hechos 10:32-33)

Dice Hechos 11:12-14 “Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa”. Cornelio estaba orando, ayunando y pidiéndole al Señor: “Salva a nuestra familia”

La oración es importante, tiene poder y tenemos que orar por nuestros hijos, por nuestra familia, pero no solamente ora por tu familia, ora con tu familia. La oración no solo es un canal para hablar con Dios, también es un eslabón que nos une como familia. Cuando iba creciendo muchas veces escuché a mi mamá decir este versículo: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. (Salmos 4:8). Era algo que yo recordaba que después de tener un altar familiar y cuando ya estabas a punto de ir a dormir, mi mamá hacía una oración con nosotros y mencionaba este versículo. Enseña a tus hijos a orar antes de dormir. Quizás te puedes sentar con ellos y mencionar este versículo u otro versículo, pero enseña a tus hijos a orar al dormir.

No solamente enseña a tus hijos a orar al dormir, también cuando comen. Lucas 9:16 dice: “Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente”. De tal manera que algo que como familia podemos hacer es enseñar a nuestros hijos a orar por los alimentos. Salmos 121:7-8 dice: “Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”. 

No hay mejor ejemplo para nuestros hijos de orar que dando el ejemplo, no solamente al dormir, al despertarse, al salir, al comer, enseña a tus hijos y ora con ellos cuando tengas el altar familiar.

El altar familiar es un tiempo donde te reúnes con tu familia para leer la Biblia y orar. Dice Deuteronomio 6:5-7 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. De tal manera que Dios dice que leas la Biblia en casa y cuando la estés leyendo la vas a repetir (por supuesto que no tenían Biblia, pero tenían la ley de Jehová) pero podían reunirse como familia y debían decir a sus hijos: “Ama a Jehová tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma y con todas tus fuerzas”. El altar familiar es algo muy importante en donde cada familia cristiana puede pasar tiempo con sus hijos. La oración ayuda a nuestras familias para poder tener familias más unidas, y no tenemos familias perfectas, pero podemos comenzar orando con nuestra familia. 

Un matrimonio que está constantemente orando es un matrimonio más unido. En el colegio había una sala que tenía cuatro sillones y veía a ciertas parejas orando, no estaban tomadas de las manos, había reglas en el instituto, pero había jovencitos orando, antes de casarse vieron la necesidad de orar juntos, de la importancia de orar por su boda, para que todo saliera bien, que Dios bendijera su hogar y ministerio. Joven y señorita, busca a alguien que le guste orar, pero una vez que te casas continúa orando con ese muchacho o muchacha con lo que te casaste porque un matrimonio que ora junto es un matrimonio que va a estar más unido especialmente en las cosas de Dios.

Quizás dices: ¿Que si mi esposo no es salvo? ¿lo pongo a orar?  1 Pedro 3:1 dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas”. Hace años había una hermana que dijo: “Pastor, ore por mi esposo, no quiere venir a la iglesia” y después de un mes su esposo la dejó. Ella dijo: Empecé a orar por mi esposo porque no quería venir a la iglesia y mientras estaba durmiendo en la cama yo ponía mis manos y comenzaba a orar: Señor, saca los demonios de mi esposo. Poco tiempo después se salió del cuarto y ya no quiso dormir conmigo, pero cuando estaba en la sala, Dios me dio de su gracia y continué orando por ese rebelde marido y después me dejó”. La Biblia dice si tu esposo no es salvo la manera de ganar a tu esposo no es a bibliazos o poniendo tus manos sobre tu esposo, sino que es por una conducta casta, sumisa, obediente, con una buena actitud y que tu esposo vea algo diferente en ti.

Quizás tu esposo es inconverso y no va a orar contigo, pero lo mejor que puedes hacer en esa situación es que tengas una conducta tal que tu esposo diga: “Hay algo diferente en mi esposa. Cristo vive en ella”. Quizás no todos podemos orar con nuestra esposa, con la familia por alguna situación, pero joven, señorita ahora que tú estás aquí y si un día quieres la bendición de Dios y quieres a alguien espiritual que ore contigo, busca a un buen cristiano, a una buena señorita espiritual porque al espiritual le va a gustar orar. Busca ser espiritual y caminar con Dios, ama a Dios, necesitamos a más jóvenes que amen a Dios y cuando te cases puedas decir: Estamos orando como familia.

El diablo, la tecnología, las escuelas públicas están dividiendo familias, pero Dios quiere unir más familias y una manera es orando juntos. Oremos más tiempo juntos.