No Estamos Haciendo Bien 

Oscar Mosso 

2 Reyes 6:24-7:9

6:24 Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria.
6:25 Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.

6:26 Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío.
6:27 Y él dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del lagar?
6:28 Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío.
6:29 Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.
6:30 Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su cuerpo.
6:31 Y él dijo: Así me haga Dios, y aun me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda sobre él hoy.
6:32 Y Eliseo estaba sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un hombre. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto cómo este hijo de homicida envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su amo?
6:33 Aún estaba él hablando con ellos, y he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?
7:1 Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
7:2 Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
7:3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
7:4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
7:5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
7:6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
7:7 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas.
7:8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.
7:9 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. 

Esta historia comienza hace más de cincuenta años, los misioneros McCoy habían llegado como un rayo de luz en las regiones de Tlapa Guerrero, levantaron la primera iglesia bautista fundamental con el deseo de alcanzar a la gente de la región de la montaña, en aquellos tiempos mi padre trabajaba en diferentes oficios, uno de esos oficios era la albañilería por causas que solamente Dios conoce, llegó a trabajar con los misioneros construyendo el templo, una de las cosas que mi padre vió es que estas personas eran distintas a todos lo trabajos que había tenido, no decían malas palabras, incluso oraban por los alimentos, cuando el miraba a los misioneros él decía: “algo tienen de diferente estas personas” y gracias a Dios y a los misioneros mis padres son salvos, mi mamá siempre fue inculcada en el catolicismo y en diferentes tipos de malos tratos, mi madre se quedó huérfana a los cuatro años de edad y en las casas en donde vivió realmente no había un amor fraternal, pero por la gracia de Dios, no fue olvidada por el Señor, por el amor de los misioneros mi familia conoció de Cristo, y así es como mi papá se dio cuenta de algo cuando estaba con aquellas personas y el sabía “esto no está bien, no estamos haciendo bien, viviendo sin tener a Dios en nuestras vidas”.
¡Gracias a Dios por los misioneros! y quiero hablar en esta ocasión del tema: “No Estamos Haciendo Bien”

Veamos Lucas 19:10 

En primer lugar no estamos haciendo bien porque estamos mal enfocados, dice la palabra de Dios


Lucas 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. 


La iglesia ha perdido su propósito, nos hemos desvíado de alcanzar al mundo con el evangelio, a través de toda la historia, las generaciones hemos tenido la misma tarea, alcanzar al mundo con el evangelio y hasta la fecha ninguna generación ha cumplido con esa menta, la cosa es esto, que nuestra generación es la que tiene más alcance que ninguna otra generación en toda la historia de la humanidad, los medios que se han desarrollado y todas las herramientas que tenemos, nos dan el poder de alcanzar a todo el mundo con el evangelio, pero no lo estamos haciendo. 

Estamos en un tiempo en el que nuestro país tiene más iglesias que nunca en toda la historia, se han levantado diferentes institutos bíblicos, hay muchas conferencias misioneras de avivamiento y de todo tipo de conferencias para el crecimiento de los miembros, y a cada vez hay más cristianismo, cada vez hay más gente que profesa a Cristo como su Salvador, pero desgraciadamente también es un tiempo en el que menos misioneros se están levantando.
Porcentualmente hablando, hay una cantidad pequeña de gente que está saliendo a levantar iglesias en nuestra nación y a otras naciones, me impacta la vida de Adoniram Hudson, él llegó a Birmania en el año de 1813 con tan solamente 24 años de edad, él había llegado a ese lugar para poder ganar a los birmanos para Cristo, empezó a trabajar en la traducción de la Biblia en el idioma birmano y Dios empezó ayudarle a poder hacer esta tarea pero los birmanos no eran fáciles, ellos no querían llegar al Cristianismo de una manera tan rápida; en 1824 se desarrolló la guerra de Inglaterra contra Birmania y en ese tiempo empezaron a encarcelar a todos aquellos que eran los extranjeros en el país de Birmania y por supuesto el misionero Adoniram Hudson fue tomado como prisionero; durante ese tiempo, su esposa Nancy estuvo intentando animarlo, intentado ayudar para que la obra no pereciera y a pesar de que parecía que Dios estaba haciendo algo para su libertad y se hiciera un tratado de paz de guerra, las cosas se tornarian distintas dos años después. En 1826 su esposa Nancy y su hija de 4 años habrían fallecido; el misionero Adoniram Hudson estaba dolido en su corazón, pensando: “habrá valido la pena dejar mi nación, por venir a este lugar donde la gente no se quiere convertir y en donde acabo de perder a las personas que más he amado en este mundo”.
Con el dolor de su corazón se aisló por 40 días en la selva, se puso a cuenta con Dios y la gente temía por el por que decía: “este hombre va a morir allá, hay tigres, allá hay fieras, va a morir este hombre en ese lugar solo” pero por la gracia de Dios, cuarenta días después de su aislamiento regresó con un deseo de predicar el evangelio y alcanzar a los birmanos porque él sabía “este es el propósito por el que vine a Birmania, y sería un acto muy equivocado porque mi esposa, y mi hija dieron sus vidas y si yo me voy en vano sería”. Empezó a predicar con más denuedo y mis queridos hermanos, hasta los 61 años siguió con la obra de Dios, tradujo la Biblia completa al idioma Brimano, levantó 63 iglesias y en su ministerio vió a más de siete mil cristianos salvos y bautizados.
Eso fue por causa de un hombre que sabía que es lo que tenía que hacer, él estaba enfocado en la salvación de la gente en ese lugar; pero muchas veces estamos equivocados, no estamos haciendo bien, porque ponemos la mirada en las cosas incorrectas.

Constantemente en la Biblia encontramos pasajes que nos dicen: “pon tus ojos en Cristo, pon tus ojos en las cosas que no se ven, porque las que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”

Y dice aquí en 

Colosenses 3:2-3
3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 

Hermano, nuestra vida ya no nos pertenece, esta vida ahora le pertenece al Señor, en el momento en el que somos hijos de Dios hemos sido sellados, somos hijos del Señor y ahora por esa razón, tenemos que quitar nuestra mirada de las cosas terrenales, la realidad es que el humanismo ha llegado a las iglesias cristianas y nos ha llenado de tantas mentiras, nos ha llenado de tantas cosas que nos obstruyen de poder cumplir nuestro propósito como iglesia.
Estamos en un tiempo en los que deberíamos de estar alarmados y recordar que Cristo viene pronto, la guerra que está pasando, la pandemia que está pasando, el humanismo, el pecado, el caos, la aceptación del pecado, del homosexualismos, y de todo lo que está pasando debería hacernos recordar que Cristo viene pronto y a la misma vez de pensar “no estamos haciendo lo que tenemos que hacer” “no estamos haciendo bien como iglesia, porque muchas veces estamos mal enfocados”

Vamos a regresar a nuestro texto en 2a de Reyes 7 


La historia nos narra una de las cosas más sorprendentes de lo que nos puede hacer llegar, cuando tenemos necesidades físicas, en este caso la gente estaba sitiada, el pueblo de Dios estaba sin suministros de alimento, de tal manera que ellos estaban comprando estiércol de animales, estaban incluso dice, que el rey estaba caminando por el muro encuentra a una mujer que le dice: “salve rey” y dice “mira si Dios no te puede salvar, que puedo hacer yo”  pero dime que pasa, y le comienza a contar una historia que yo no sé usted pero hasta nos debería de espantar y decir: “cómo llegaron a ese punto”, dos mujeres piadosas empezaron a tener una plática y una le dice: “oye hace tanta hambre como vez si nos comemos a nuestros hijos” y la cosa no fue que fue una idea, sino que las dos dijeron: “si verdad, yo también lo estaba pensando” y se comen a uno al otro día se iban a comer al otro y esta mujer se arrepintió y lo escondió y dice: “rey dile a esta mujer que saque a su hijo y que nos lo comamos” era una historia bastante triste, dice que el rey rasgó sus vestidos y ahora una cosa sorprendente es que en vez de que se arrepintiera del pecado del publo, se enoja contra el profeta, y dice: “voy a cortarle la cabeza a Eliseo” 

2 Reyes 7:1-2

7:1 Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
7:2 Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.

 

En segundo lugar no estamos haciendo bien porque ignoramos la palabra de Dios, aquí nos encontramos al rey molesto con el profeta y aquel príncipe cuando escucha lo que el profeta está diciendo, se burla y le dice casi casi: “si deberás Dios existiera, esto pasaría, pero hasta crees que va a pasar” y Eliseo le dice: “Sabes que, tu lo vas a ver pero no lo vas a disfrutar”
No estamos haciendo bien, porque estamos ignorando la palabra de Dios, no creemos lo que Dios nos ha dicho, el príncipe se estaba burlando y hermanos, siempre que no tengamos fe, va a producir, desobediencia, siempre es un sinónimo, fe es obediencia y el no tener fe es desobediencia.
Estaba haciendo algunos cálculos rápidos de las promesas de fe de los años pasados de la iglesia, durante algunos años, Dios me permitió estar en las finanzas y estaba revisando los datos de las promesas de fe del año 2017 al 2018 se hizo una promesa de fe de $285,920 pesos de manera anual, para el siguiente año 2018 al 2019 se incrementó la promesa de fe a $323,220 pesos, si lo hacemos de manera mensual imaginando que a cada misionero le damos $500 pesos esto alcanzaría para apoyar a 54 misioneros, pasa un año después y bueno la promesa de fe no cambió tanto, pero algo que me llamó la atención es que del año 2020 al 2021 la promesa de fe bajo, yo creo que Dios tiene misericordia de sus siervos y Él siempre toca nuestros corazones para que cumplamos con lo que hemos prometido, pero la promesa de fe del año 2020 fue de $103,380 pesos, esto es menos de la tercera parte de la promesa dos años atrás, equivalete para apoyar nada más a 22 misioneros, hermanos cuando empezamos a racionalizar las cosas de la palabra de Dios, las cosa no van a cuadrar, porque hermanos, esto es un asunto de fe.
Cuando empezamos a decir: “pero yo empecé a dar y me faltó” “yo empecé y empecé a batallar y por eso deje de dar” estamos siendo desobedientes, siempre que hay problemas en nuestra vida, no es culpa de Dios, es culpa de nosotros y cuando empezamos a ver ese tipo de cosas y desobedecemos, vamos a tener problemas, hace un momento les hable de esta tableta que tiene unas hojitas para que usted pueda participar, hermanos la obra de Dios es la única inversión que existe en el mundo en la que todos ganamos, cuando tu das, tu ganas, la gente que va a estar allá va a ganar, el nombre de Dios va a ser glorificado, todos vamos a ganar, nadie va a perder; algunos quizá hemos entrado algún tipo de juego, no se si usted ha ido algún casino, ha comprado algún boleto de lotería, te han hecho una estafa, en ese tipo de cosas siempre alguien gana pero el otro pierde, así no es con la obra de Dios, cuando tú estás participando en la obra de Dios, todos vamos a ganar ¿por qué no damos? la verdad es que muchas veces no lo creemos, quizá no lo decimos explícitamente como este príncipe que decía: “Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así?

Quizá no lo decimos, pero con las acciones lo demostramos, y hermanos, no puede existir un buen cristiano sin fe, no puede existir un buen siervo de Dios que no tiene fe, entonces estamos equivocados, no estamos haciendo bien, porque estamos ignorando la palabra de Dios. 

Veamos Romanos 9 

En tercer lugar no estamos haciendo bien porque le damos poca importancia a la obra misionera 

Romanos 9:1

9:1 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,
9:2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
9:3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;

Aquí encontramos el corazón del apóstol Pablo por la gente que aún no recibía a Cristo en sus corazones, decía: “yo desearía ir al infierno con tal de que toda mi nación pudiera llegar al cielo, al conocimiento de Cristo Jesús” ninguno de nosotros yo creo que está en esa disposición de nuestro corazón para decir: “yo deseo más ir al infierno con tal de que todo mi país vaya al cielo”.

Pero el apóstol Pablo había entendido cuál era la importancia de la obra misionera, estamos haciendo mal hermanos, porque le damos poca importancia, iglesias, pastores y misioneros hemos bajado el énfasis a la obra de Dios.
Hemos hospedado por la gracia de Dios a varios misioneros en nuestro hogar, y muchos de ellos nos han contado historias de bendición, pero también nos han contado un contraste que casi no se menciona, de pastores que no aman la obra de Dios, pastores envidiosos que cuando van a las iglesias misioneros inmediatamente piensan: “esta persona nada más quiere venir a pedir dinero” y que tristeza cuando pensamos que un misionero es un vividor, cuando pensamos que un misionero nada más viene a sacarnos dinero, estamos equivocados, no estamos haciendo bien y muchas veces los pastores mismos no están apoyando a la obra misionera. Una ocasión hospedamos a un misionero y él estaba contándonos  una historia dice que cuando llegaron a cierto lugar, le dijeron: mire misionero usted se va a quedar en esta casa, abrieron la puerta y prendieron la luz y salieron todas las ratas corriendo, y decían pues acomódese misionero, dice que no tenían colchones, no tenían un mueble, no tenían nada, y los misioneros se quedaron mirando y dijeron: “‘¿aquí nos vamos a quedar a dormir?” y este hermano le dijo: “si quiere sino busque usted donde”.
A veces simplemente pensamos que los misioneros no valen la pena, iglesias que no están apoyando a misiones son iglesias que están prontas a perder la sana doctrina. 

Desgraciadamente también hemos encontrado que hoy en día también se han levantado falsos siervos, la excusa de los pastores es decir: “es que yo conocí a este misionero y era un estafador” y si la verdad hay gente que se levanta y está supuestamente haciendo una obra misionera y no es cierto, hay misioneros actualmente que están en el campo misionero y no envían reportes mensuales porque no están haciendo nada, y la excusa de los pastores es: “es que estos misioneros no están haciendo nada” si a lo mejor ellos no están haciendo nada, pero no por eso vamos a dejar de enfatizar la obra de Dios.
Y hermano realmente yo he llegado a esa conclusión, que la iglesia le está dando poca importancia a la obra misionera porque no estamos exigiendo más.
Aquí en la iglesia apoyamos misioneros pero yo estoy seguro hermanos que la mayoría ni sabemos a quiénes estamos apoyando, ni a cuantos. 

Hermanos, ni siquiera sabemos a quiénes estaos apoyando ¿estamos orando por ellos? si ni sabemos, por supuesto que no, entonces, hermano, en la iglesia no nos interesan las misiones, no nos importan las misiones y a veces decimos: “¿por qué la obra de Dios no alcanza a todo el mundo?” hermanos no estamos haciendo bien. 

En la iglesia estamos equivocados porque nos hemos distraído, hemos puesto importancia a cosas que no son importantes, hoy en día se están levantando un montón de ministerios en las iglesias, ministerio de whatsapp, ministerio de instagram, de facebook, de tiktok de un monton de cosas y las misiones por allá olvidadas, estamos empezando a darle importancia a las cosas que nos son importantes y la obra de Dios está estancada. No estaos haciendo bien hermanos. 

Hace unos días escuché una predicación, el pastor Tommy Ashcraft estaba dando una información que se me hizo muy interesante, hay 194 países reconocidos y la persona promedio alcanza a recordar 40 de ellos, el dijo, esta es una tarea que cuando acabe el servicio tu vayas a tu casa y en la noches agarres una libreta y te pongas a escribir todos los países que te acuerdes, dice, pero generalmente la persona promedio se acuerda de 40 y si no conocemos todos los países, estamos orando por los países del mundo, la verdad es que no ¿cómo van a ser alcanzados todos los países del mundo si ni siquiera oramos por ellos?
¡Ah sí, que lleguen misioneros! pero ¿cómo? si no estamos haciendo nuestra parte y no estamos haciendo bien.

Yo decidí a través de esto: “Señor yo voy a estar orando por dos países al día para que al menos acabando el año, yo pueda haber orado por todo el mundo” porque nos debe de interesar a la iglesia que todo el mundo conozca a Cristo como su Salvador, si tu no te has tomado uno 15 minutos de tu tiempo yo te recomiendo que hables con el hno. Bulmaro y le preguntes cómo está el tema allá en Nepal, yo platique con él y me estaba contando de allá de Nayacandi de cómo Dios hizo la obra, como gente fue salva, gente empezó a congregarse y hermanos eso nos debe de motivar, pero a veces ni siquiera esas cosas sabemos, porque nos hace falta darle importancia a la obra misionera.

Desgraciadamente misioneros no están compartiendo de las bendiciones que están pasando en el campo, recientemente ingresé a un grupo de misioneros y una cosa triste hermanos, es que misioneros hoy en día están enviando reportes sin motivación, reportes en los que dicen: “doy gracias a Dios porque se me descompuso mi licuadora, pero ya despues prendió” y luego decimos, ¿por qué las iglesias no quieren apoyar?, dicen: “estábamos muy tristes porque mi perrito se murió pero ya compramos otro”.
Conozco un misionero que actualmente está en Europa, todos sus reportes dicen: “eh estado estudiando de manera exhaustiva y profunda, descubrí no sé qué tantos secretos de este pasaje de la Biblia” y siempre sus reportes son de que anda estudiando mucho, y hermanos a veces decimos, ¿por qué la iglesia no se motiva? pues desgraciadamente los misioneros no están haciendo bien. 

Y hermanos nos estaos haciendo bien, debemos de ponernos a orar por la obra misionera, ¿por qué razón los misioneros que están en el campo están regresando? porque nosotros como iglesia no estamos haciendo bien, no estamos orando, no estamos siendo fieles en las promesas, no estamos apoyando, no nos estamos interesando en ellos. 

Hace algunos años estábamos apoyando a un pastor de manera local, dejó de enviar sus reportes, por un mes, dos meses, tres meses, un año, y yo tenía ahí su apoyo, se lo había guardado por un año completo, y me dijo el pastor: “oye no has sabido de ese pastor” y le dije: “no, le estoy marcando, le estoy escribiendo, no me ha contestando correos, no me ha contestado llamadas”, paso el tiempo y nos enteramos que este pastor ya había dejado la obra desde hace mucho tiempo atrás, hermanos no estamos haciendo bien. 

Vamos a Lucas 9:57

En cuarto lugar, no estamos haciendo bien porque nos falta disposición

 Lucas 9:57

9:57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 9:58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
9:59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
9:60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

Hace años mis queridos hermanos oí acerca de historias, historias motivantes para la obra misionera, hermanos que cuando llegaba un misionero y comenzaba a compartir de la necesidad decían: “yo le voy a donar un carro, le voy a donar mi camioneta, le voy a donar un terreno, es más, hasta vender mi casa para que ese hombre vaya al campo misionero”

Hace años se oía de historias de hermanos que estaban sentados en las bancas oyendo la predicación y siendo convencidos con la palabra de Dios de poder ir al campo misionero y diciendo: “voy a dejar mi profesión, voy a dejar mi carrera, voy a dejar las comodidades que tengo, voy a dejar mis sueños y mis planes personales, porque la obra de Dios si es más importante” 

Y  ahorita la mayoría de los que se quieren ir al colegio bíblico son puro muchachos, ya casi grandes, ya casi no se oye de hermanos que estén dispuestos a dejar todo para ir al campo misionero a prepararse; y desgraciadamente de los jóvenes que se quieren ir a un colegio no están diciendo: “yo voy a ir a prepararme al lugar donde deberás pueda aprender amar a Dios y a la gente” no no los jóvenes dicen, voy a ir donde tengan cancha de basket, de futbol, alberca, cuarto bonito, donde todo esté bien, donde no me asalten, y decimos: “así si”, desgraciadamente hermanos, nos hace falta disposición y no estamos haciendo bien, cada uno de nosotros tiene que estar dispuesto a dar todo lo que tenemos, nuestra vida y nuestras posesiones, ahora hermano no lo tienes que dar, pero tienes que estar dispuesto, si Dios te ha dado posesiones, si Dios te ha dado vida hasta hoy en día es con un propósito y si Dios te llama como a este joven que le dijo: “ven y sigueme” es lo que tenemos que hacer, corresponder a su palabra y decir: “Si Señor, heme aquí, envíame a mi” pero muchas veces somos como ese hombre que dijo: “Si Señor, pero una cosa primero, dejame que vaya hacer esto”. Y a veces está Dios hablando a nuestros corazones diciendo: “mira yo te quiero para que  me sirvas de tiempo completo” y decimos: “pero Señor yo ya tengo 30 años, 40 años ya tengo mi familia ¿cómo voy a ir a servir?” y a veces Dios está hablando a nuestros corazones y dice: “vende todo y dalo a la obra de Dios” y decimos: “no Señor, pero me costó tanto trabajo ganarmelo ¿que voy hacer mañana?” y nos duele y no estamos haciendo bien.

Hermanos tenemos que estar dispuestos a dar nuestra vida y nuestras pertenencias porque a fin de cuentas todo le pertenece a Dios y todo debe ser para la gloria de Dios y para la extensión del evangelio.

Dios no usa a la gente que es talentosa, Dios usa a la gente que está dispuesta, Dios no está buscando a la gente más inteligente de este lugar, Dios está buscando a la persona más dispuesta para usar. 

El pastor Jack Hyles en su niñez y en su vida pudiéramos haber pensado que tenía pocas oportunidades, cuando él era niño llegó a la escuela dominical sin zapatos en sus pies y mirando aquellos otros niños que sí tenían y con tristeza en su corazón le preguntaba a su maestra y le dijo: “será que Dios ama más a esos niños que tienen zapatos que mi que yo no tengo” y la maestra le sonrió y le dijo: “sabes que, yo creo que Dios te ama un poquito más que a ellos todavía” y este hombre probablemente sin muchas oportunidades pero con un corazón dispuesto usado por Dios para alcanzar a decenas de miles de personas con el evangelio. Pastores como el pastor Luis Ramos, pastor Kevin Wynne, pastor Elmer Fernandez, pastor Tommy Ashkraft y muchos más, el día de hoy predicando la palabra de Dios, influidos por un hombre que estuvo dispuesto a ser usado por Dios, y hasta la fecha hermanos, nosotros somos la bendición de aquellos misioneros que estuvieron dispuestos a llegar al campo. 

La historia que había comentado hace rato, comenzó hace más de cincuenta años, los misioneros McCoy y los misioneros Paterson habían llegado a las montañas de Guerrero, por la gracia de Dios mis padres conocieron a Cristo como su Salvador por causa de hombres dispuestos, una mujer dispuesta llamada Aline de McCoy se acercó a mi madre y le dijo: “Dios te ama, Dios quiere hacer algo contigo y no solamente se lo dijo, pero se lo demostró”. Ella  conoció a Cristo por causa de que vió a Cristo en la vida de una misionera, gracias a Dios la historia no terminó ahí, pero el evangelio llegó a ser conocido por mis siete hermanos y por su servidor, yo soy el más pequeño de ellos, y gracias a Dios que a los ocho años yo acepté a Cristo como mi Salvador, por causa de que estaba en una iglesia cristiana bautista fundamental, hace catorce años llegué a esta iglesia, en esta iglesia Dios empezó hablar a mi vida, a los quince años estando en mi cuarto en mi habitación, estaba leyendo esa porción de la palabra de Dios que dice: Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Lucas 9:58  Y estaba hablando Dios a mi corazón y diciendo: “mira todo el amor que yo he tenido para ti” y seguí leyendo y seguí leyendo hasta llegar a la crucificción de Cristo y en ese momento yo no pude más, me arrodille en mi cama, empecé a quebrantarme y le dije: “Señor si tú hiciste todo eso por mi, tu moriste por mí en la cruz, yo quiero vivir para ti el resto de mi vida” y  en ese momento yo rendí mi vida para servir a Dios de tiempo completo.

Por la gracia de Dios queridos hermanos, he crecido espiritualmente, durante cuatro años fui al colegio bíblico de estudios superiores de San Luis Potosí, por cuatro años por la gracia de Dios aprendí a depender de Dios, una de las primeras lecciones o probablemente la primer lección que tuve allá en el colegio, llegué a una capilla, bueno antes de que comenzara la capilla dieron unas reglas y yo no sabía yo estaba en la tiendita, así que por eso rompía las reglas, pero después de eso fue la capilla y empezó a predicar el pastor y él dijo esto: “Bienvenido al colegio, bienvenido al ministerio, pero tu tienes que aprender a depender de Dios, no de tus papás” y en ese momento Dios trajo convicción a mi vida y le hablé mis papás y les dije: “mamá, papá, no quiero que me envíen dinero por estos cuatro años, yo voy a depender de Dios” en ese tiempo empecé a trabajar en un autolavado, ganaba $300 pesos a la semana, la colegiatura costaba $275 entonces tenía $25 pesos para la semana, yo no usaba camiones, caminaba hora y media para todos lados y de regreso otra hora y media y así por cuatro años Dios me permitió cumplir con esto, pero por cuatro años vi la gracia de Dios en mi vida, ni una sola semana debí una colegiatura, ni una sola semana, Dios me dejó; por la gracia de Dios conocí gente, pude ganar gente para Cristo, llevar gente a la iglesia, ver bautismos y sober todo la mano de Dios. Pasando los cuatro años dije: “definitivamente Dios me ha llamado, quiero servir a Dios de tiempo completo”.
Durante estos años que han pasado, sirviendo aquí en la iglesia ha sido una bendición, pero Dios ha abierto mis ojos para ver que hay una necesidad en todo nuestro estado de Puebla aquí en Puebla hermanos, se necesitan unas 100 iglesias, pero hay tantos municipios que ni siquiera una iglesia bautista tienen, hemos estado ganando almas en San Ramón, hemos estado ganando almas en otros lugares, hemos estado ganando almas en Huejotzingo y gracias a Dios, El dijo: “yo quiero que levantes una iglesia aca” hermanos yo pude haber pensado: “pero si yo tengo mis planes Dios ¿por qué tengo que ir allá? Señor permíteme que haga estas otras cosas” pero yo pensé: “no estamos haciendo bien, yo tengo que ir a ese lugar. Por la gracia de Dios, esa historia todavía no termina, porque yo deseo ver con un corazón dispuesto la mano de Dios en ese lugar y yo quiero invitarte hermano a que tu colabores con nosotros, quiero animarte a que ores por su servidor y por mi esposa Paola, yo desearía hermanos que oren por nosotros que nos apoyen y que vayan, apoyenos hermanos, la obra de Dios necesita manos dispuestas y si no los hacemos nuestro pecado nos alcanzará, porque no estamos haciendo bien.