La Oración

Me fascina este capítulo porque Pablo está escribiendo a una iglesia que él no conoce, pero ora por ellos y les ama. ¿Has conocido a alguien que tiene una pasión tan fuerte por algo que es muy imposible desconectarlo de esa pasión? Tal vez conoces a alguien y su pasión por algo es un equipo deportivo y piensas en esa persona porque su pasión es evidente. Hay cosas que siempre funcionan en todas partes. Hay cosas en nuestras vidas que deben estar juntas siempre y cuando piensan en nosotros como creyentes, dos cosas siempre unidas a nosotros debe ser el creyente y su amor y el creyente y su oración.

Colosenses 1:1-8 dice:

1 “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 

2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, 

5 a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, 

6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, 

7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, 

8 quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.”

Vemos primeramente, que Epafras es pastor de la iglesia, y Pablo no los conoce pero el amor de Pablo es evidente. La primera cosa que Pablo les quiere enseñar es a tener amor entre ellos. Al final del versículo 4 dice: “ y del amor que tenéis a todos los santos.” 

Miraremos cómo debemos amarnos unos a otros porque Él nos amó primero, dice 1 Juan 4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. No amamos por obligación sino que amamos porque Él nos amó primero. Amamos a Dios amando a los otros creyentes. 1 Juan 4:20-21 dice: Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. Demostramos amor primeramente siendo amados por Dios, pero demostramos ese amor amando a otros creyentes y en otros pasajes revela que si no estamos bien con nuestro hermano no estamos bien con Dios.

En Colosenses 1:8 Nos revela que amamos a través del Espíritu Santo, “quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.” En Gálatas 5 cuando menciona el fruto del Espíritu, el primero es el amor e igualmente como la crema de cacahuate y la mermelada van juntas, igualmente el creyente y su amor. 

El amor es tan fundamental que si no lo tenemos no tenemos ninguna otra cosa. Dice 1 Corintios 13:1-3, 13Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Si tuviéramos toda habilidad de hacer muchas proezas en la vida y si hasta repartieramos todos nuestros bienes para dar a los pobres, pero si lo hacemos sin amor, nada tenemos. Antes de hacer esas cosas en nuestra vida debemos hacer hincapié en ¿estamos amando a otros?

Alguien que no conoce a una iglesia puede observar si está Cristo a través del amor que tienen unos por otros y pueden ver tu amor para Dios y tu amor para los otros. Juan 13:35 dice: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” 

La evidencia de que alguien como visitante puede saber que somos hijos de Dios es observando el amor que tenemos por otros. Vemos aquí que el amor es una evidencia de que hemos sido transformados, pero también es evidencia al mundo. La Biblia dice en 1 Juan 3:10-11 “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.” Antes de conocer a Jesucristo no teníamos amor, pero ahora que lo tenemos es una evidencia que somos de Él. 

Lucas 6:32-34 dice que hasta los incrédulos aman a los que muestran amor para con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Si conoces a Cristo como tu Salvador, Cristo llevará tu amor un paso más allá del amor común que hay entre los inconversos. ¿No supo Cristo que la iglesia se iba a componer de personas que no están de acuerdo siempre en cosas? Pero aún así nos llama al amor y a la unidad. Aun Cristo conociendo nuestras diferencias escogió esta maravillosa historia de amor que aun personas diferentes pueden estar en el mismo cuerpo, porque si un incrédulo entra y ve diferentes puntos de vista amándose uno al otro va a decir que no es natural porque no pasa en el mundo. 

Jesús nos reta amar aun a nuestros enemigos. El versículo 35 dice: Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Amar a nuestros amigos está tan lejos de nuestra capacidad natural de amar que cuando otros lo ven dirán: “Esto es de Cristo.” 

Regresando a Colosenses la otra cosa que no se puede separar del amor del cristiano es la oración. Colosenses 1:3 dice: Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, El amor y la oración van mano a mano. Si amamos a los hermanos debemos orar por ellos. A menudo me encuentro tan ocupado en el ministerio que no uso suficiente tiempo para orar por los hermanos de nuestra iglesia, debo hacerlo. ¿Cuánto tiempo oraste la semana pasada por los hermanos de tu iglesia? Necesitamos orar por otros y que otros oren por nosotros y nuestra vida espiritual y en el versículo 9 se trata de cómo orar por otros creyentes. Dice: Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,” 

¿Te gusta estar dudoso de cuál es la voluntad de Dios para tu vida? A mí no me gusta estar en esa situación, es difícil. Una forma muy particular en que puedes orar por otros es orando para que ellos sepan cuál es la voluntad de Dios en sus vidas. Ora para que ellos tengan inteligencia espiritual. A menudo le suplico a Dios que me ayude a entender su palabra porque necesito la sabiduría de Dios para comprender la Biblia. Pablo está diciendo que oren para que otros creyentes tengan inteligencia espiritual de la Biblia. Como pastor de jóvenes no quiero que ningún joven esté sin conocer la Biblia, pero admito que no oro por otros como debo. 

Quiero retarte a que tomes tiempo para orar por otros creyentes de tu iglesia, y orando por tus hermanos en Cristo los estás amando. Si amamos a nuestros hermanos, vamos a orar por ellos y si oramos por ellos los voy a amar. Todas estas cosas están unidas no se pueden separar.

Colosenses 1:11-14 dice: fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.Si vamos a caminar de una forma que es digna del Señor, también vamos a ser fructíferos. Así que sabemos si estamos siendo fructíferos espiritualmente y si vamos a tener el fruto del Espíritu. Ora para que tu vida refleje el fruto del Espíritu. De igual forma que un árbol saludable de manzanas va a producir manzanas saludables igualmente si somos saludables vamos a producir el fruto del Espíritu Santo, 

¿Estás creciendo en el fruto del Espíritu Santo? En el versículo 10 vemos que también debemos crecer en el conocimiento de Dios. Debemos orar para que otros estén creciendo en su conocimiento espiritual, pero también para que eso esté presente en nuestra vida. Muchos preguntan ¿Conoces a Dios mejor hoy que ayer? Seré honesto. No me gusta que me hagan mucho esa pregunta. Me gusta preguntar ¿conoces a Dios mejor hoy que hace un año? o ¿conoces mejor a Dios ahora que hace un mes? Mi crecimiento espiritual en Cristo requiere tiempo. Me gustaría decir que mañana todos los problemas de mis pecados ya están arreglados, pero el crecimiento cuesta tiempo. Así que ten paciencia porque Dios puede cambiar tu vida y tú puedes ser mejor cristiano mañana que hoy. Así que ora para que Dios aumente tu conocimiento de Él y para que otros lo conozcan mejor.

El versículo 11 dice: fortalecidos con todo poder,  […] ¿En tu propia vida has intentado conquistar tu pecado o tu carne en tu propia fuerza? Realmente no tenemos la capacidad de vencer el pecado, pero conozco a alguien que sí y él vive en mi corazón. Es lamentable ver a cristianos intentar cosas que no son capaces.Te animo a que te unas al que sí venció al pecado y puede vencer tu pecado. 

Otra manera de caminar como es digno del Señor es dándole gracias a Dios. Dice el versículo 12 “con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.Acabo de predicar a los jóvenes sobre la importancia de hacer todo sin murmuración y quejas, y viendo sus ojos era como que ellos estaban diciendo: “Eso es imposible para mí” e igual para todos es imposible, según nuestra fuerza.

Dios dice que en lugar de hacer todas las cosas con queja y murmuraciones, debemos dar gracias en todo y hay un poder en Dios si miras cada situación en tu vida y decides estar agradecido con Dios. Hemos visto cómo la Biblia dice que el amor nos distingue de los no creyentes, pero también la gratitud lo hace. Sin lugar a dudas has estado en situaciones difíciles, que humanamente hablando nadie daría gracias, pero si vemos estas situaciones difíciles como algo dado por Dios podemos agradar a Dios y brillar como la luz y la razón de que podemos dar gracias en todo es por la causa de lo que dicen los versículos 13 y 14 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Lo que nos da gratitud es que sabemos que Dios nos ha puesto en su reino por su sangre. Y puesto que Jesús murió por ti para llevarte consigo a la gloria algún día eso cambia la perspectiva de todas las cosas. Eso nos provoca amarnos unos a otros, orar unos por otros y caminar como es digno del Señor.

Cuando alguien ve tu vida, ¿automáticamente piensa en si eres alguien que amas a otros? ¿Cuando alguien piensa en tu vida como cristiano en automático piensa: “Ese hermano es un guerrero en la oración”? Dios nos salvó para que estas cosas estuvieran unidas en nuestra vida: El amor y la oración. Igualmente te reto, como Pablo como a los colosenses, a que ames y ores uno por otros.