8 Características de un Hombre Excelentísimo que no te Pueden Salvar

Hechos 10:1-8

1 “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, 

2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 

3 Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. 

4 Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. 

5 Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 

6 Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. 

7 Ido el ángel que hablaba con Cornelio, este llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; 

8 a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo.

Cesarea es un puerto que queda en el mar Mediterráneo; si tienes un mapa atrás de tu Biblia, te puedes dar cuenta que está Jerusalén y al lado izquierdo junto al mar esta Jope y un poco arriba de Jope esta Cesarea, está a más o menos a unos 65 km al norte de Jope. Para caminar esa distancia son 13 horas a un buen ritmo. Cornelio estaba en Cesarea marítima y Pedro estaba en Jope. Cornelio era una persona excelentísima, era una persona que amaba a Dios. Dice la Biblia en el versículo 1 “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana” Un centurión era un hombre encargado de cien soldados, era un hombre importante. En el versículo 2 encontramos la primera característica de este hombre “piadoso” era una persona consagrada a Dios. Una persona piadosa es una persona devota, que quiere hacer lo que Dios le dice, no va a ser mala, ni grosera, ni altanera, es alguien conforme a Dios. Este hombre era piadoso. De tal manera que si hay algo que Dios busca de nosotros es que seamos más piadosos. Una persona piadosa es alguien que otorga perdón y busca a Dios.

También dice la Biblia que era temeroso de Dios. Hemos perdido el temor de Dios. Vivimos en una generación en donde ya no nos acordamos que existe un Dios, pensamos que Dios vive solamente en un edificio. Dice en Habacuc 2:20 “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.” Ciertamente Jehová estaba en su santo templo, en el templo de los judíos, pero ahora nosotros somos templo de Dios y Jehová ya no habita en un templo hecho de manos, ya no habita en un edificio, Jehová habita en nosotros y debemos temer a Dios, sabiendo que Él está ahí en todo momento. Cornelio era alguien que temía a Dios. Alguien que teme a Dios no va a robar, no va a decir malas palabras, no va a ingerir cosas que no debe, no va a ser gruñón. Alguien que es temeroso debe acordarse que hay un Dios que nos ve en todo momento y en todo lugar. No podemos decir “Es que hoy no es domingo, solo los domingos soy piadoso y temeroso.” Sino que en todo momento y en todo lugar debemos ser temerosos.

Hechos 10:2 dice: “piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, ” no solamente él sino toda su casa eran piadosos y temerosos de Dios;  “y que hacía muchas limosnas al pueblo, ” ¿Cuántos de nosotros pudiéramos decir: Yo hago muchas limosnas”? Hacemos muchos problemas, hacemos muchas cosas, pero quizás no hacemos muchas limosnas. Una limosna era una ofrenda que no necesariamente se daba directamente al templo, se daba a gente que tenía necesidad.

La Iglesia Cristiana Bautista no recibe dinero del gobierno, es una iglesia autónoma, pero imagínate que alguien que le dan un folleto, lo lee, es salvo y entonces dice: “Yo quiero apoyar a la iglesia, no puedo ir, pero voy a dar limosnas, voy a apoyar.” Cornelio apoyaba para construir sinagogas, para dar a los pobres, apoyaba a los necesitados porque él sabía lo importante que era dar. Dice la Biblia “Más bienaventurado es dar que recibir.” Cornelio era un hombre dadivoso. Muchas veces pensamos que es mejor recibir, pero Cornelio sabía que eso no era verdad, sino que era mejor dar.

“…y oraba a Dios siempre. ” ¿Cuánto oraba a Dios? Siempre. ¿Será que nosotros oramos a Dios siempre? ¿Tendrás esa característica? Cuando tenemos problemas, dificultades, necesidades ahí sí nos la pasamos orando y no es malo orar cuando estamos pasando tiempos difíciles. 

Hace unos días hubo un huracán casi categoría 5 en Florida y muchas personas no quisieron salir de sus casas y dijeron: “Si el agua sube a unos 50 cm no va a pasar nada”; pero empezó a subir un metro, un metro y medio, y empezó a subir más y más y ¿qué habrán estado haciendo cuando ya ni podían salir de su casa? Muchos estaban orando a Dios; y cuando estamos en medio de problemas, como que somos bien espirituales, “Señor, sálvame de esta, ayúdame, ahora sí” y muchos que cruzan a EEUU hacen esta oración: “Dios, si me dejas cruzar, ahora sí te prometo que te voy a buscar y voy a entrar a una iglesia y te voy a dar gracias.” Nos encontramos a una señora en Texas y me dijo: “Yo si soy cristiana.” Era de Guatemala, le pregunté que si no nos quería acompañar a la iglesia y me dijo: “Realmente sí, porque yo le hice una promesa a Dios, que si me dejaba cruzar que iba a ir a la iglesia.”  Pero que no tenía carro, llevaba 5 años en EEUU y no había buscado a Dios, y me dijo: “Dios lo envió, ahora sí voy a ir.” Le dije que pasaba por ella el domingo y me dijo que no podía, ni el siguiente. Nunca fue. Le prometemos a Dios que ahora sí vamos, y oramos y nos olvidamos de nuestras promesas bien rápido. 

Cornelio no oraba haciendo promesas de Dios, él era un hombre de oración. Cornelio oraba a Dios. Dice la Biblia en el versículo 3 “Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio.” Dios le dio a Cornelio una visión, no porque comió muchos tamales, la visión era de parte de Dios. Ahora tenemos la Palabra profética més segura, ya no necesitamos de visión, todo lo que necesitamos lo tenemos en la Biblia, pero los judíos sí necesitaban de visiones, que Dios en su tiempo les dio a ellos para revelarles lo que iba a pasar, y Cornelio recibe una visión, “que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio.”

Esta visión no fue un sueño, estaba orando a la hora novena, la hora de la oración, en Hechos dice que Pedro y Juan iban juntos al templo a orar, a la hora novena, la hora de la oración. Un ángel de Dios le dijo: “Cornelio, Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas.”

El versículo 22 dice: “Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.” Otra característica de Cornelio es que era justo. No está hablando que era ya salvo, pero una persona justa es una persona recta, sin tacha, que alguien no pudiera decir algo contra él. También tenía buen testimonio en toda la nación de los judíos. Los judíos conocían a Cornelio, sabían que él amaba a Dios, ¿Cómo está tu testimonio en tu colonia? ¿Cómo te conocen tus vecinos? ¿Dicen: Esa señora como se la pasa gritando y diciendo groserías, luego salen los platos volando por la ventana…” o “Ese señor es un gritón, estaciona su carro mal y hace esto y aquello”? No seas de esos, sé un vecino que saluda sin que te saluden, sé un buen vecino, que está atento, que es amable, que sonríe, que la gente sepa que amas a Dios. Ten un buen testimonio. 

Dice Hechos 10:30 “Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente,” Cornelio ayunaba. ¿Cuándo fue la última vez que ayunaste?

Cornelio era un hombre excelentísimo, él ya tenía a Dios en su cabeza, sabía de Dios, pero no era salvo aún. Eso quiere decir que por ser una buena persona, no nos salva. El ser una buena persona automáticamente no te trae salvación. El orar todos los días no te trae salvación. Hay mucha gente que ora todos los días y le piden a Dios que cuide de su familia. Le pregunté una vez a una señora que oraba por toda su familia ¿y ya le pidió a Dios por su alma? Eso no se lo había pedido. No por orar nos salva, no por tener un testimonio, no por ayudar, no por dar diezmos y ofrendas, no por ser piadosos, no por ser temerosos de Dios nos salva (porque en cierto tiempo muchos eran temerosos de Dios). Cuando entrabas a la iglesia católica ¿cómo entrabas? y eramos temerosos de Dios, pero eso no nos salvó.

Pedro estaba predicando de Jesús, Hechos 10:40-43 dice: “A este levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.” Pedro está diciendo: Tienes que creer en Él, que Él es Jesús, Él es el Mesías, el enviado de Dios, no hay otro , solo Cristo salva. Tus buenas obras no te pueden salvar. El creer en Jesús es lo que te salva, Cornelio.

Hechos 11:13-14 dice: “quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.”

Cornelio está en Cesarea, Pedro en Jope, y el ángel del Señor le dice a Cornelio: “Manda a alguien que traiga a Pedro, porque él tiene palabras que te van a hacer salvo.” Era abominación para un judío entrar a la casa de un gentil. Cornelio era gentil. Un gentil es alguien que no es judío. Dios le dijo a Pedro que fuera con las personas que vendrían para que les hablara de Jesús y entonces, llegan las personas y Pedro llega a la casa de Cornelio y le empieza a predicar: “Jesús murió y resucitó al tercer día, Él es el Salvador, tienen que creer.” Cornelio tenía a su familia y amigos y creyeron en Cristo y fueron salvos.

¿Sabes? Hay muchas cosas que podemos hacer que no nos van a salvar. Esto no quiere decir que digamos: “¡Ay! pues soy salvo y no debo hacer todas estas ocho cosas”. Deberíamos. Si un hombre daba sus ofrendas y limosnas que ni siquiera pertenecía, nosotros que pertenecemos, mucho más. Dice Efesios 2:8 “porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;” somos salvos por medio de la fe en Cristo Jesús. Cornelio era una excelentísima persona, pero le faltaba una cosa: Conocer a Cristo, tener una relación personal con Él y pedirle salvación.

Gracias a Dios, que de ahí, a través de Cornelio, fue abierta la puerta a los gentiles, la salvación llegó a nosotros.