Conferencia de Liderazgo 2014-|  Caleb, el Vencedor Optimista – Pastor Luis Parada

Vamos a ir al libro de Josué 14: 6-15 : “Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti. Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios. Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho. Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel. Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba;

[a] porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra.”

Quiero hablar acerca de Caleb; Caleb, el vencedor optimista. En realidad todos los vencedores son optimistas. Mucho creen que el vencedor es optimista porque venció y no, por ser optimista venció. Es al contrario, pensamos que es apersona tiene gozo y alegría, porque tuvo una victoria. Pero no, partió del gozo, de la alegría y por eso tuvo victoria. Ahora, Caleb fue un gigante espiritual, mientras 10 de sus compañeros que habían presenciado las mismas cosas que él, en cuanto a la fortaleza de sus enemigos, emitían un juicio pesimista y desmoralizador. Él y Josué se mantuvieron en una actitud positiva, fijando su vista, no en las probabilidades humanas de derrota, si no en el poder de Dios. Vamos a considerar por un ratito, este testimonio de Caleb, vencedor optimista.

Primeramente veamos su conducta, su testimonio. Versículo 7-8: “Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. ” Su testimonio: era fiel a Dios en contra de la mayoría. Acuérdense que los mandaron a reconocer la tierra, (en Números 13 y 14). Ellos regresaron y dieron, Caleb y Josué, un buen reporte. Los demás hablaron de que sí había una tierra en la que fluía leche y miel, pero por el mal reporte y por ser pesimistas y por no tener una actitud positiva, dijeron que eran demasiado grandes, muy fuertes y que no podrían vencerlos. ¿A quién le creyó el pueblo? a los negativos. Caleb y Josué se pararon en contra de la mayoría, creyendo a Dios y el pueblo, dice la Biblia, habló de apedrearlos. Qué interesante, que una persona negativa, muchas veces tristemente, tiene más influencia que aquellos que son positivos, y pueden arruinar una iglesia. Aquí, esos arruinaron a toda una nación y aquí vemos a Caleb después de 45 años, todavía seguía siendo fiel al Señor, todavía seguía creyendo en la Palabra, en la promesa que Dios le había dado.

En la historia ha habido cristianos que han tenido que pararse en contra de la mayoría, no solo porque la mayoría esté de acuerdo en algo quiere decir que sea correcto. Aquí lo vemos en este caso, pero el hombre no se dejo llevar por la mayoría, se dejo llevar por la promesa de Dios, su testimonio, que bueno sería que encontráramos hombres y mujeres así que se dejaran llevar y su testimonio fuera fiel, basado en la promesa de Dios, no solamente vemos eso, vemos su carrera. Versículo 10 “Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.” Preste atención, 45 años, imagínese, y el hombre seguía fiel, no había desmoralizado, no se había amargado, no había llegado a un punto en su vida diciendo “desperdicie mi tiempo andando en este miserable desierto, porque mis contemporáneos no quisieron entrar y ¿para qué hacerlo? ya soy viejo ya no sirvo para nada”. No, él mantenía actitud optimista, a pesar de su edad, a pesar de que era un anciano.

Mire el versículo 11 “Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.” ¿Sabe qué está diciendo él?: “ya sé que tengo 85 años, pero no me digan que estoy viejo, no me digan que no puedo, yo creo que todavía tengo la misma fuerza que tuve hace 45 años para tomar posesión de aquella tierra que se me prometió a mí”. Porque de seguro alguien le iba a decir “bueno, Caleb, tú estás pidiendo una tierra que ya no puedes conquistar porque se te pasó el tiempo”. A mí me encanta ver a un anciano como este, que no cree que se le ha pasado el tiempo, al contrario dice “todavía tengo fuerza para hacer lo que tengo que hacer”. Hay un pastor, el Dr. Ricardo Mercado, es un pastor en Phoenix, Arizona. Hace 4 años él vino a predicar a la iglesia y predicó por 3 días. El día lunes, él iba a salir y antes de salir fuimos a desayunar, salimos del restaurante y llegamos a su carro y me fije que cargaba un carro nuevecito. Le hago el comentario “hermano, ¡qué bendición! carga un carro nuevo” y me dice “sí pastor, como salgo a predicar y manejo más, no me gusta cargar un carro que se me vaya a quedar y me dé problemas”. Era un hombre de 80 años, junto con su esposa, después dijo “lo agarré a pagos, lo voy a pagar por 5 años”. En ese momento yo dije “gloria a Dios” y preguntó “¿por qué?”. Porque hubo una concesionaria y un banco que tuvo fe que él iba a vivir 5 años más. Pero mire, él no estaba pensando en retirarse, ahorita mismo tiene 84 años, en marzo los cumplió y sigue predicando. Yo conozco a algunos de 30 que ya quieren tirar la toalla. Yo tenía en esa época 48 años y en realidad fue de gran ánimo, no solamente sus enseñanzas, sus predicaciones, pero su testimonio, una carrera de un hombre fiel, que a los 80 años no creía que era un viejo, al contrario, compró un carro nuevo para seguir predicando, siguiendo fiel al Señor.

Caleb era un hombre fiel, un hombre que por su fidelidad a Dios, Dios a los 85 años le dio la fortaleza y lo cuido y en realidad él tomó posesión de aquella tierra que se le había prometido. No perdió, nosotros por menos nos desanimamos.Yyo conozco personas que desanimadas todo el tiempo están, por cosas menos y espero que usted no sea un apersona que por cualquier cosita se desanima, siempre tiene que cargar un buen espíritu, animado. Usted tiene que ser positivo, porque tenemos un gran Dios, que nos ha dado grandes promesas y nuestro optimismo no viene de adentro, viene de arriba y por medio de su Espíritu Santo nos fortalece por dentro y nosotros emanamos de nuestro espíritu esa fortaleza para hacer la obra de Dios.

Solamente vemos su conducta, su carrera fiel siempre, vemos su valor en el versículo 12: “Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.” Había sido dada 45 años antes, pero Caleb no solamente había desanimado en su Espíritu, pero el mismo valor que tuvo. Yo confío que usted conoce la historia, el mismo valor que tuvo cuando dijo que los iban a comer como pan “si están grandes pero nos los vamos a echar”. Aunque a aquellos les parecían que para los gigantes ellos eran langostas, Caleb dijo “no, Jehová está con nosotros, Jehová nos dio la promesa y si Jehová está con nosotros, vamos a vencerlos”. Usted debe estudiar esa historia después. Caleb, ahora anciano, no se asusta de aquellos gigantes, tampoco se le ha olvidado que era ciudades fuertes, se apoyo en la promesa de Dios y él decía “si Jehová está conmigo, podré tomar y tengo valor porque él me va a respaldar”. Me encanta que habla del pasado, pero cuando habla de la promesa al final vean lo que dice “como Jehová ha dicho” como si se lo acabara de decir. Era tan presente la promesa como hace 45 años.

Sólo puedo especular de esto qué habrá sido su vida pensando todo el tiempo “nomás quiero que me den la oportunidad, nomás quiero que me dejen ir, nomás quiero que llegué el tiempo cuando se reparta la tierra, porque yo quiero tomar aquella tierra que es mía” ¡Qué paciencia también!, es un valor tremendo y una paciencia tremenda, para confiar aun cuando el tiempo había pasado, en la promesa de Dios. ¿Cuántas veces nos damos por vencido porque no tenemos paciencia? La paciencia, es que debemos de esperar en el Señor, no cuando yo quiera, si no cuando Él dice. Pero en ese proceso de esperar, muchas veces nos desanimamos y por eso yo le invito a meditar sobre esto. Guarde su testimonio, mantenga su conducta, empiece fiel y termine fiel, tenga valor, enfréntese a los enemigos, confiados en la promesa de Dios.

Pero veamos también su comunión con Dios, vea el versículo 13-15: “Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba;[a] porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra. ”   Aquí nos encontramos con algo interesante, que como estamos leyendo un libro histórico, ya se nos dice que la tierra, que él reclamaba, el monte que reclamaba era Hebrón, pero en ese momento no se llamaba Hebrón, se llamaba la ciudad de Arba, porque era tierra de los que vivían ahí, de los anaceos, de los gigantes. Hebrón significa comunión, de tal manera que podemos ver la comunión que él tenía con Dios, ahí en el mismo monte, en la misma propiedad, Abraham tuvo comunión con Dios. Genésis 13:18: “Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.” Obviamente tuvo comunión con Dios, era el monte Hebrón, también ahí, el rey David, en Segunda de Samuel 2 :11: “Y fue el número de los días que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá, siete años y seis meses. “, también tuvo comunión con Dios.

No había nada secreto en ese monte, simplemente eran nombres que habían aprendido a caminar con Dios y aquí vemos a Caleb por la comunión que él mantuvo con Dios. Por eso es que no se desanimó, por eso tenía fuerzas, por eso tenía valor, porque mantuvo la comunión con Dios 45 años. De Josué sabemos que tenía comunión con Dios cuando Moisés iba a hablar con Dios, ¿se acuerdan que Josué siempre estaba ahí? yo no puedo probarle esto, pero eran buenos amigos estos cuates; y a mí se me hace que también Caleb era un hombre que caminaba con Dios, se me hace que era un hombre que tenía comunión con Dios, porque esperar tanto tiempo, hacer lo que hizo, ser fiel a Dios y a sus promesas, tenía que haber sido alguien que caminaba con Dios. Yo no sé quien bautizó el nombre de la ciudad de Arba como Hebrón, deseo pensar que fue el mismo Caleb, porque Caleb lo tomo diciendo que era su tierra e iba a tener comunión con Dios.

No hay nada secreto de un lugar, en cualquier lugar es bueno para tener comunión con Dios, pero este lugar era un lugar especial. ¿Sabe qué digo que no hay lugares especiales por si alguno de ustedes dice “¡ay! si yo tuviera el monte, si yo tuviera aquel lugar donde fulano de tal ora, yo también podría encontrar y tener comunión con Dios”? Puedes tener comunión con Dios en cualquier lugar. El lugar se vuelve un lugar especial de comunión con Dios cuando tú vas con la actitud correcta, no importa cuál sea el lugar, si usted va algún lugar buscando bendición va a llevar bendición, si fue a buscar que criticar de seguro encontró mucho que criticar. Es el mismo lugar, el mismo monte Hebrón, fue un lugar que Absalón lo uso, y Absalón intentó hacer de Hebrón un lugar de traición contra su propio padre, aunque estaba en Hebrón él no tuvo comunión con Dios. Al contrario lo uso de manera vil, de tal manera que si usted tiene un lugar especial donde tiene comunión con Dios, gloria a Dios, pero no le dé importancia tanto al lugar, como al hecho que usted está hablando con Él. Era importante hacer esa aclaración, no vaya a ser que anden haciendo viajes de peregrinación al monte Hebrón.

En conclusión, porque el mensaje es corto, ¿cuál es su testimonio?, ¿por qué va a ser recordado?, ¿qué le toma para detenerlo? Alguien dijo que la prueba del carácter de una persona se mide con aquello que se toma para detenerlo. ¿Qué lo va a detener a usted este año de no servir al Señor, de no seguir a Cristo?, ¿qué le va a desanimar?, ¿qué va a pasar en su vida que le va a hacer renegar de las mismas promesas de Dios?, ¿le van a hacer dudar si Dios es real o no es real?, espero que vea personajes como Caleb y diga “mi Dios es real, no importa que su promesa se tarde, ÉL la hizo, Él la va a cumplir, pero yo voy a guardar el testimonio, yo coy a confiar en su promesa, yo voy a terminar fiel, yo voy a tener valor y mientras tanto llega aquella promesa y Dios me cumpla aquello que le estoy pidiendo, yo voy a tener comunión con Dios en oración, en lectura bíblica, en servicio, en santidad, en poner a Dios como Él quiere”.

Primero en tu vida, porque el servicio a Dios debe ser un servicio exclusivo, solamente a Él, que tu corazón no esté dividido, que tu corazón esté 100 % total y completamente mirando hacia la promesa de Dios. Eso es lo que hizo ese hombre, cuando llegó el tiempo, le pidió el monte Hebrón, le pidió el lugar que Moisés le había prometido, que Jehová había dicho que se lo daría y usted vea después el capítulo 15: 13: “mas a Caleb hijo de Jefone dio su parte entre los hijos de Judá, conforme al mandamiento de Jehová a Josué; la ciudad de Quiriat-arba padre de Anac, que es Hebrón. “; ahí puede ver como tomo posesión y lo logró. Sí era un vencedor, pero un vencedor optimista, no venía de la psicología, no venía de las circunstancias bien bonita, porque anduvo sufriendo en el desierto, sabiendo que pudo haber tomado posesión de aquella tierra 45 años antes y que por culpa de otros no lo había alcanzado, pero él no dejó que eso lo amargara. Ese debe ser nuestro testimonio: fiel, sirviendo al Señor, confiando en las promesas de Dios, un vencedor optimista.