Un Hogar Bien Unido Glorificando a Dios

Romanos 15:4-7

4 “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, 

6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios”.

Qué importante es que como hogares, de manera unida, podamos agradar y glorificar a Dios. Romanos 15:5 dice: “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús”. ¿Sabes quien nos da un mismo sentir? Dios. De tal manera que cuando una familia es salva puede en cristo tener un mismo sentir, pero en donde uno de los miembros no tiene a Cristo como su salvador va a ser muy difícil que tengan un mismo sentir. Es necesario que cada uno de los integrantes de la familia sea salvos para tener este mismo sentir y este sentir lo da Dios; “para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo

Cuando la Biblia dice a una sola voz, se refiere a que unidos podemos cantar y como familias unidas debemos cantar al Señor, pero la palabra glorifiques  no hace mención de un canto, sino de honrar a Dios, habla acerca de traer más magnificencia al nombre de Dios ya sea con nuestra vida, con nuestro servir, con nuestro actuar, con nuestra voz, con nuestro canto y ¿cómo podemos glorificar a Dios con una sola voz?

Muchas familias se están separando poco a poco; no estamos combatiendo unánimes, no estamos unidos en amor, ni en oración y no nos estamos uniendo como una sola voz para glorificar el nombre de Dios.  ¿Cómo es que ya no estamos glorificando a Dios? Ya no le estamos dando esa magnificencia que él merece, ya no estamos dándole esa honra que él merece, ya no estamos dándole ese honor que él merece. 

Dice Salmos 19:14 “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”. No estoy hablando de que ya no estamos glorificando a Dios con nuestra voz acerca de malas palabras y el cristiano debería ya de haber hecho una eliminación total de malas palabras y groserías, hablo acerca de que en nuestros hogares ya no tenemos una voz unida porque nos estamos ofendiendo constantemente en el hogar, nos estamos golpeando constantemente con nuestra palabras, no nos estamos hablando con ternura, diciendo por favor, dando las gracias, sino que cada vez hablamos fuerte, con un tono golpeado y alguien dijo: Si no tienes nada que bueno que decir, mejor no lo digas. En nuestros hogares necesitamos a una voz glorificar a Dios.

La Biblia dice en Proverbio 29:22 “El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca”. Pastor, yo soy bien iracundo” Creo que muchos de nosotros, pero gloria a Dios que es a través de Dios que él pone un mismo sentir para poder glorificar a Dios. Las palabras hieren. una palabra puede hacer grandes estragos ; una palabra no pensada en medio de un argumento puede crear una división innecesaria aun dentro de la iglesia. Cuando alguno de nosotros contestamos, reaccionamos y después decimos: No debí haberle dicho así al hermano, estaba en un mal momento . Que bueno fuera que tuviéramos un cartel que diga: “No me hables ahorita porque estoy de mal humor”. Si vamos a glorificar a Dios con una voz, debemos darnos cuenta que las palabras dividen y hieren. Hay ciertas cosas que la Biblia nos da para evitar ciertos conflictos en el hogar. Hay ciertas cosas que la Biblia nos da para no entrar en contiendas. Dice la Biblia “el hombre iracundo levanta contiendas” Le gusta las contiendas, anda triste y desesperado si no hay contiendas, pero cuando hay contiendas dice: “para esto nací, para disfrutar las contiendas”. Pero hay otros a los que no les gustan las contiendas. Esposa, quizás a tu esposo no le gustan las contiendas; papás, quizás a tus hijos no les gustan las contiendas; hijos, a tus papas no les gustan las contiendas que traes constantemente. 

Santiago 1:19 dice: por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. De tal manera que la Biblia dice que tienes que ser tardo, que quiere decir que actúa de manera lenta. Algunos son tardos para llegar a la iglesia y eso no es lo que la Biblia dice, hay que ser tardos para otras cosas y no para las cosas de Dios. ¿En que podemos ser tardos? En hablar. Tardos para hablar es poner cinta adhesiva en nuestra boca. Dice la Biblia: La palabra suave ablanda la ira, Entonces os ponemos un poco de cinta adhesiva y solamente sonreímos. Es algo que debemos comenzar hacer y no digo que ya no le hablemos a nuestro cónyuge. Hablo que cuando alguien venga y nos empiece a decir y nos haga enojar nosotros solamente sonriamos

¿Qué hicieron con el Señor Jesucristo? Le gritaban y Pilato le dijo: ¿No respondes? El Señor Jesucristo no respondió.Y entonces le preguntó directamente ¿Eres tú el Cristo? El dijo: “Tú lo has dicho”. Y empezaron a decir contra Jesús que él había blasfemado contra Dios y lo llevaron a crucificar. El Señor Jesucristo que como oveja fue llevado al matadero. ¿Alguna vez has visto cuando se sacrifica una oveja? Yo sí. Hace años en Iguala hicieron una barbacoa y trajeron una ovejita, la amarraron, la colgaron y no dijo nada.

Dios nos quiere un poquito más calladitos para que nuestra voz como familia glorifique a Dios. Las palabras hieren y lastiman entre familia y lo que tenemos que comenzar a hacer es ponernos un poco de cinta en nuestra vida. 

Mateo 7:3 dice: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? La Biblia nos da otra manera de evitar divisiones en el hogar en cuanto a palabras se refiere. Dice la Biblia: “¿Y por qué miras la paja que está tu propio ojo de tu hermano, dejas de ver la paja que está en el ojo de la otra persona?

¿Alguna vez has visto a tu vecino barrer? Hace unos días salí a las 5:20 AM y vi a un vecino barrer su banqueta. ¿Por que estaba barriendo su propia banqueta? Porque es su banqueta. ¿Qué banqueta me corresponde a mí? Mi banqueta. El problema es que muchas veces en el hogar vemos la vida que lleva el otro y decimos: Tu banqueta esta bien sucia, mientras que en nuestra banqueta hay basura y nada mas le echamos ojo a la banqueta del vecino. En este caso la banqueta de la esposa la pasamos criticando “Nunca te salen bien los frijoles, a mi mama le salen mejor” y no solo eso, sino de manera golpeada. “Deberías cambiar tu vida, yo si hago algo” pero lo que hacemos es que nos metemos en la vida de otras personas, somos muy metiches. Quédate barriendo tu banqueta y si hay algo en la banqueta del vecino, de la nuera, del yerno no es tu vida no es tu business continúa barriendo tu banquete. La Biblia dice que aprendas primero a sacar la paja de tu propio ojo y después empiezas a echarle ojo a la otra persona.

Proverbios 15:1 dice: “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.” Dice Proverbios 26:4 “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él”. Los maridos somos bien necios, pero dice la Biblia nunca respondas al necio de acuerdo a su necedad, esto aplica un poco más a la esposa que al esposo. Cuando tu esposo llega a casa malhumorado y no solamente está malhumorado, pero en cierta manera te ofende, hay algo que puedes decir y es algo bien sencillo. Ya vimos de ponernos cinta adhesiva pero otra cosa que puedes hacer es decir “Ouch”. Porque a veces los maridos somos necios y dice la Biblia no respondas al necio de acuerdo a su necedad y cuando respondemos al necio conforme a su necedad empezamos a dividir el hogar, el matrimonio. A veces como papás somos un poquito necios y nuestros hijos se frustran con el papá y papás e hijos se están peleando. No debería ser esto en un hogar cristiano, pero cuando el esposo viene y empieza a decirte que no planchas bien la ropa, que él es el que trabaja y empieza a criticarte y hablar mal, algo que pudieras decir es ouch. Es como si fuera un martillo y hay un dedo y le pegas en el dedo y si la otra persona en vez de decir ouch, agarra el martillo y te da, pues como que no, pero si le das con el martillo y dices ouch la otra persona va a decir ¿Qué Pasó? tu vas a decir: “Me dolieron las palabras hirientes, me dolió que me dijiste que no soy una buena esposa”. Y cuando el esposo escucha eso de su esposa como que reaccionamos porque el marido no quiere herir a la esposa, como papas no queremos herir a nuestros hijos, no llegamos al matrimonio para herir el uno al otro, pero lo que sí podemos hacer es no responder de acuerdo a la necedad.

En ocasiones nuestra voz no está agradando ni glorificando a Dios como familia porque hay palabras hirientes y hay conversaciones en nuestro hogar que no deberían estar. 1 Corintios 15:33 dice: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. Hablamos más de otras cosas en el hogar menos de Dios, salimos de la iglesia y comenzamos a hablar mal de los hermanos, estamos en la iglesia y ya estamos criticando, los jóvenes están teniendo entre sí malas conversaciones y creo que todas esas malas conversaciones están dividiendo nuestros hogares. Te la pasas hablando mas de música de Shakira que de las cosas de Dios, te la pasas hablando mas de novios de como sacar una buena selfie, cómo verte más sexy que de las cosas de Dios.

Efesios 5:18-19 dice No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. Dice la Biblia llénate del Espíritu Santo de Dios y menciona cinco cosas que nos hablan acerca de nuestra voz, de nuestro sentir y si el Espíritu Santo de Dios vive en nosotros y dejamos que él guíe nuestras conversaciones, nuestras respuestas y guíe lo que queremos decir las cosas van a estar un poco mejor. 

Cuando vino Elí con Ana, ella estaba orando pidiéndole a Dios un hijo, y Elí la corre de la iglesia y le dice borracha. Ana pudo haber dicho: “¿Cómo están tus hijos?” Ellos eran adúlteros, fornicarios, hacían perversidades dentro del mismo templo y Ana pudo haber contestado con muchas otras cosas, pero le dio gracia a Ana porque ella estaba llena del Espíritu Santo de Dios, y cuando dejemos que él llene nuestra vida, nuestras conversaciones, nuestras voces, nuestro canto va a haber gozo porque cuando estamos contentos cantamos hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”.

Romanos 15:5-6 dice: “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,  para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.

Que Dios nos ayude a que como familias y hogares, Dios nos de una misma voz para glorificar, para agradar a Dios, nuestro Padre.