Señor, ten misericordia de mi hijo

Mateo 17:14-21

14 “Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:

15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.

16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.

17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.

19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?

20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.”

Dice la Biblia que este hombre le dijo a Jesús, “Señor, ten misericordia de mi hijo,” y era una petición desde el corazón pidiendo por su hijo que era lunático. ¿Qué es un lunático? De acuerdo al diccionario, es una persona que tiene cambios bruscos de carácter o de humor sin explicación. Y la única explicación de que este joven estaba actuando con estos cambios bruscos de carácter sin explicación era porque estaba endemoniado. Este hombre con mucha sinceridad, con mucho dolor en su corazón y angustia vino al Señor Jesús y le dijo, “ten misericordia de mi hijo.”

Imagínate si tú hubieras sido ese papá ¿cómo estarías delante de Cristo pidiendo que tuviera misericordia porque tu hijo estaba endemoniado? 

Los discípulos habían tratado, quizás personas del sanedrín habían tratado, quizás habían mandado a traer a gente importante para que oraran por él pero nadie pudo. Entonces este hombre en su desesperación ya no sabe qué hacer y dice, “Quizás Jesús si puede.” Y va con él y le pide que tenga misericordia de su hijo, que hiciera algo por él, porque padecía muchísimo a veces se tiraba en el fuego y a veces en el agua. Satanás no tiene misericordia de nuestros hijos, Satanás es un engañador, es un mentiroso, es un asesino, odia a Dios, odia a la Palabra de Dios pero hay alguien que sí tiene misericordia de nuestros hijos y es nuestro señor Jesucristo.

Entonces, este hombre le dice, “Señor, ten misericordia de mi hijo.” Esta es la oración de un padre desesperado, esta es la oración de una madre en necesidad. Si lo pudiéramos aplicar a la vida de una padre que ha perdido a su hijo en las drogas, de una mamá que ha perdido a su hijo en el mundo, de un hijo que había crecido en la iglesia pero de repente se empezó a alejar de Dios, llegó a la universidad y le enseñaron que no existe Dios, que la Biblia es una farsa, que esto del cristianismo es simplemente para tapar ciertos hoyos en los corazones de la gente que no tiene nada que hacer, entonces se comenzó a apartar de las cosas de Dios. Quizás un hijo o hija que se fueron al vicio, o hijos que no fueron salvos y ahora están completamente alejados de Dios.

Podemos orar y pedir por nuestros hijos sea que estén en una situación tan grave como este joven o sea que aún no hayan llegado a una situación así.

1. Ora por la salvación de tu hijo todos los días

Job era un hombre justo y aunque no nos dice nada malo de sus hijos como los hijos de Elí, que eran perversos, o como los hijos de Aarón que ofrecieron incienso extraño. Job 1:5 dice,Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Job oraba y ofrecía sacrificios, él iba a Dios todos los días y pedía por sus hijos. La oración de un padre y de una madre por la salvación de sus hijos debe de ser continua.

Quizás tus hijos no han sido salvos. Quizás tú fuiste salvo y tus hijos grandes nunca conocieron los caminos de Dios, quizás los trataste de llevar a la iglesia, ellos ya tenían 15 o 18 años y te dijeron que un día iban a ir y ese día no llega. Ahora tus hijos parecen lunáticos en el aspecto en que no creen en Dios, en que no han sido salvos, en que les hablas de la Biblia y se enojan contigo. Pero no desistas, no dejes de orar e ir al Creador de la vida y decirle a él, “Señor, ten misericordia de mi hijo.”

Mateo 15:22 dice, Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Entonces Jesús le contestó a esta mujer que él fue enviado a la casa de Israel. Y dicen los versículo 25-27 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Esta mujer estaba diciendo, “Aunque me des una simple migaja, no importa. Yo no voy a comer del pan que le estás trayendo a los hijos de Israel pero si me das un migaja voy a estar contenta.” Jesús vio la fe de esta mujer y le dijo Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres.

La fe de esta mujer se reflejaba en que no desistió. No dejó de pedir. Tu fe se nota cuando tú persistes, cuando no veas una oración contestada, sigue pidiendo, sigue clamando, sigue orando y ora por la salvación de tus hijos. La petición más grande que puedes hacer cuando sabes que tus hijos no son salvos es orar por ellos para que puedan ser salvos. Dios un día va a enviar a alguien, ellos se van a dar cuenta de la verdad de la Palabra de Dios, ellos un día van a entrar a una iglesia cristiana bíblica que predica la salvación por causa de tus oraciones.

2. Ora por la santificación de tus hijos todos los días

La santificación es ser puestos aparte para el servicio de Dios. Cuando los papás de Sansón le preguntaron al ángel de Jehová sobre que tenía que hacer con su hijo, como lo tenían que educar. Dios les dijo que iba a ser nazareo, iba a ser apartado y le iba a servir a él. De la misma manera cuando Ana estaba orando le dijo a Dios que Samuel iba a ser dedicado a él. Y esa es la santificación y la santificación no quiere decir que tus hijos van a ser unos santitos, sino que van a vivir una vida apartada para Dios incluyendo una vida de pureza, una vida de servicio, una vida entregada y que honre a Jesús. Ora por tus hijos por una vida de santificación.

1 Tesalonicenses 4:3 dice, pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; y el 4:7, dice Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Hay que vivir una vida santa para Dios, no exaltando el pecado, la inmundicia, o a lo que hay afuera. Si tú estás orando porque tus hijos vivan una vida santificada, entonces no solamente estás orando por ellos sino que también estás orando para que tú mismo no seas tan permisivo, para que tu casa sea una casa guardada en santidad, en pureza en donde al llegar hay congruencia y que lo que se predica en la iglesia está en la casa y en la casa hay santificación, hay orden y no se escucha música mundana,  música de Lady Gaga, de Juanga, de Luismi, de José José, de Rigo Tovar, de Celia de Cruz o de Paquita la del Barrio sino música que agrada al Señor. 

Cuando hay todo este tipo de música, hay cigarro, alcohol, perversidad y toda clase de pecado en la casa y vamos a la iglesia y pretendemos que está bien todo pero regresan a casa y hay un desorden nuestros hijos dicen que no hay congruencia. No puedes orar por santificación cuando estás viviendo una vida en inmundicia y desordenada, pero ora por santificación de tus hijos y al mismo tiempo que Dios te hable.

3. Ora por la seguridad de tus hijos todos los días

En nuestros días necesitamos orar más por la seguridad de nuestros hijos. Job 1:10 dice, ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.Alrededor de la vida de Job y de sus hijos había una cerca. Y Dios pone un cerco de protección y gracias a Dios por ese cerco. Si job oraba por sus hijo y Dios había puesto un cerco alrededor de la casa de él y de sus hijos nosotros tambien como papás hay que orar por nuestros hijos.

Este hombre y esta mujer clamaban diciendo señor, ten misericordia de mi hijo. Este muchacho se aventaba al agua y al fuego, tenían problemas fuertes. ¿Y cuántos jóvenes hoy en dia tienen problemas fuertes? Una señorita tenía cortadas en sus brazos porque estaba en mucha presión con su escuela, hay presión en redes sociales. Las fotos y selfies que se toman ya no son al nivel porque hay alguien más que le ganó, porque se ve más bonita y entonces tienen presión en la escuela, en Facebook, en Instagram y la seguridad de ellos están en riesgo.

Si tus hijos han cambiado su semblante, ya no es el niño alegre, ve y habla con él. Ora por tus hijos porque algo está pasando. No pienses que es porque llegó a la adolescencia o juventud. Habla con ellos para asegurarte que todo está bien.

4. Ora por sabiduría para tus hijos todos los días

Debemos de orar por sabiduría porque puedan tomar buenas decisiones, para que se mantengan en el camino de Dios, para que se mantengan constantes en la obra de Dios.

Dice Santiago 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. David oró y él dijo “Señor frustra el plan de Ahitofel.” En otras palabras que Absalón, su hijo, no escuchara el plan de Ahitofel. Y si David lo podía hacer, como papás podemos orar por nuestros hijos. Quizás nuestro hijo está tomando una mala decisión podemos orar y decirle a Dios que frustre esa decisión y que tome una buena decisión. Hay que orar por sabiduría para nuestros hijos. 

Decía un pastor que parece que los hijos ahora tienen atole en las venas porque ya no caminan, ahora se arrastran, necesitan como media hora para despertar y esta juventud de hoy está bien mal. 

¿Cuántas veces los hijos quiebran el corazón de sus padres por malas decisiones? Malas decisiones hechas fuera de la voluntad de Dios, decisiones sin pensar. Sin pensar se meten en una relación y los enamora una muchacha mundana, vienen los papás y les dice que no les conviene pero el hijo está bien embobado y a eso se le llama enamoramiento y el enamoramiento emboba, quita toda clase de sabiduría e inteligencia en el corazón y en la mente y nadie los puede hacer entender. El muchacho piensa que la va a ganar un día. Por eso debemos de orar para que Dios dé sabiduría a nuestros hijos.

Una manera sencilla para que Dios dé sabiduría a nuestros hijos es leer la Biblia con ellos, y Dios hablará al corazón de ellos pero si solamente vas una vez al mes a la iglesia y te olvidas de Dios y la Palabra de Dios no está en sus corazones ellos no van a tener sabiduría. Dice la Palabra de Dios en Salmos “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” Su Palabra es una lámpara que nos da sabiduría. Ora por tus hijos para que Dios les dé sabiduría pero también ponlo en práctica, llevalos a la iglesia mientras están pequeños. No te esperes a que tengan 15 años porque ya no van a querer ir. Llévalos desde pequeños. Llévalos todos los días que las puertas de la iglesia se abran.

5. Ora porque sigan a Dios todos los días de su vida

Hay que orar a Dios aun cuando se hayan ido de casa, que sigan a Dios. Proverbios 22:6 dice, Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Hay que orar para cada varita implantada en un lugar correcto pueda hacer algo en la vida de nuestros hijos pero sigue orando para que sigan a Dios.

¿Cómo pueden seguir a Dios todos los días de su vida? Comenzando con una buena disciplina, con una buena educación con buenos principios bíblicos en la casa, ora para que se casen de un matrimonio santo y que Dios los guie a que se casen con un joven o señorita cristiana que amen a Dios. 

Dice en Génesis 24:3-4 y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. Abraham estaba consciente de que quería de que su hijo Isaac viviera toda su vida sirviendo al Señor, pero él sabía que si Isaac se casaba con una de las mujeres de la tierra de los cananeos, su hijo se iba a apartar de los caminos de Dios. Y cuando Eleazar llegó allí ni siquiera terminaba de orar que Dios le contestó. Eso nos habla acerca de una vida entregada. Si Isaac no se hubiera casado con esa muchacha sino que se hubiera casado con alguien incrédula, alguien que no amaba a Dios, la vida de Isaac hubiera sido una vida no bendecida por Dios y por eso Abraham sabía lo importante que era esto.

Como papás tenemos una gran responsabilidad de criar a nuestros hijos en los caminos de Dios y de orar por ellos siempre y que Dios pueda hacer algo en el corazón de ellos. Sigue orando por ellos que Dios tenga misericordia, que Dios los salve, que los vuelva a traer a sus caminos, que la Palabra de Dios comience a hacer algo en el corazón de ellos. A nadie le gusta ver a sus hijos el ser zarandeado de la manera que el demonio lo estaba haciendo, pero dice que el Señor Jesucristo habló con este demonio y dice Mateo 17:18 “Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.” Y todos los demás dijeron que por qué ellos no pudieron y Jesús les dijo que por su poca fe.  Les dijo que tuvieran un poco más de fe como un grano de mostaza porque nada les sería imposible. 

Quizás necesitas añadir ayuno a tu oración, quizás un poco más de fe, quizás necesitas persistir un poco más, pero sea lo que tengas que hacer, clama a Jesús y dile, Señor, ten misericordia de mi hijo porque tenemos un Dios que nos puede ayudar.