Somos siervos de la justicia – Hno. Alejandro

Vamos a leer la nuestra Biblia en Romanos capítulo VI, vamos a leer los versículos del 15 al 23. Dice:

15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;

18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.

21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

 Nuestro Padre Celestial, gracias Señor por la vida y la salud que nos das en este momento. Nos hemos reunido en este lugar para escuchar tu palabra, para cantarte, para alabarte. Ayúdanos Señor para que esta porción de tu palabra sea de bendición, sea de edificación para cada uno de nosotros. Espíritu Santo toma el control de esta escuela dominical, te lo pedimos en nombre de Cristo Jesús, Amén.

Aquí estamos en el libro de Romanos. El libro de Romanos estuvo escrito por el apóstol Pablo. El apóstol Pablo lo escribió para los Romanos, y es un libro de mucha doctrina. El evangelio de Juan y de Romanos se usan para dar el plan de salvación. Aquí en el libro de Romanos aparece el plan de Salvación de manera muy clara. Romanos nos presenta el camino de Salvación y aparece mucha doctrina y nos dice en el libro de Romanos que ya no estamos bajo la Ley, sino bajo la Gracias, ya no estamos en el tiempo de ojo por ojo, diente por diente, y si alguien te quita un brazo quítale también un brazo. Ya no estamos bajo el tiempo de la Ley y ahora estamos bajo el tiempo de la Gracia. Cuando nuestro Dios nos da de su favor inmerecido, no lo merecemos. Dios nos dejo vivir en este tiempo de la Gracia, otros vivieron el tiempo de la Ley. Cuando un hijo era rebelde lo sacaban fuera y lo apedreaban. ¿Así nos gustaría ahorita que fuera hoy en día? Que si nuestro hijo se rebela nos dieran la oportunidad de apedrearlo, toda la congregación, pero ya no estamos bajo la Ley. Pero ahora nos vamos al extremo, porque estamos bajo la Gracia, decimos ya no estamos bajo la Ley, pero estamos bajo la Gracia. Pero la porción de los versículos que leímos, dice, versículo 15: ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

El estar bajo la Gracia no nos da autorización de llevar una vida más relajada, más light, no, no se trata de eso. Sino que debemos aprovechar la misericordia de Dios, la Gracia de Dios, y no andar en pecado. Nos vamos a enfocar en el versículo 22, Romanos VI, versículo 22, dice: Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Empieza este versículo diciendo, Mas ahora que habéis sido libertados del pecado. Sabía usted hermano que está libre del pecado. Antes, sin Cristo en nuestro corazón vivíamos esclavos. No había manera de salir de ese círculo en el que vivíamos. Dice que todos hemos sido libertados, hemos experimentado que éramos esclavos del pecado, no había manera de salir de ese círculo. Un drogadicto esta medido en un círculo, en una esclavitud del pecado, él sabe que le hace daño, que le hacen mal los vicios, le hace mal la droga, pero no puede salir. ¿Alguna vez alguno de ustedes trabajaba toda la semana y esperaba el fin de semana para gastarse todo el dinero en borracheras o en discos o en todo lo que le gustaba? En las empresas se ve mucho que se trabaja toda la semana y ya llega el fin de semana y se acaban el dinero en un solo fin de semana, el viernes, sábado y domingo, para el lunes volver a empezar. Y en ese círculo están en semana con semana y con semana y no tienen y no tienen otra manera de vivir, es una esclavitud. Y toda persona sin Cristo esta esclavizada por el pecado, no podemos salir de la esclavitud del pecado. Vamos al Evangelio de Juan capítulo VIII, versículo 31, dice:

31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?

34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.

35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.

36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Toda persona sin Cristo somos esclavo del pecado. No hay manera de salirnos de ese círculo del pecado, el pecado nos esclaviza. La única manera de salir del pecado y ser verdaderamente libres es conocer la verdad, la verdad nos hace libres, la verdad nos quita el yugo del pecado, ese yugo que tenía Satanás sobre nosotros, el Señor Jesucristo nos quita la esclavitud del pecado. El Señor Jesucristo nos hace verdaderamente libres. ¿Usted quiere ser libre o ya es libre? El Señor Jesucristo nos ha venido a libertar de la esclavitud del pecado, ya nos libertó, la gente sin Cristo no puede salir de esa esclavitud. Nosotros con el Espíritu Santo si podemos salir de esa esclavitud, pero nos tenemos que someter al Señor Jesucristo para que el pecado no se enseñoreé de nosotros. El pecado tiene poder, a nuestra carne le gusta, el pecado esta a la puerta, está a la vuelta de la esquina, rápidamente podemos caer en el pecado, pero no debemos ser esclavos del pecado. Vamos a Romanos capítulo VII versículo 11, dice:

11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;

13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Hermano, nosotros como cristianos podemos ser libres del pecado. La gente sin Cristo no tiene la manera de salir de ese círculo. Pero a ustedes y yo, el Señor Jesús nos ha capacitado, nos ha dado las herramientas para no estar otra vez esclavizados en el pecado. ¿Un cristiano puede ser esclavo del pecado? Si puede serlo, si no está haciendo lo que Dios le dice. Dios nos ha dado su Espíritu Santo, está en nosotros el Espíritu Santo. Dios nos ha dado el poder de la oración, usted y yo podemos orar, nos ha dado su palabra. Nos ha dado de su Gracia. Tantas herramientas que el Señor nos ha dado para que el pecado no se enseñoreé en nosotros, para que no estemos viciados, para que no estemos en ese círculo de pecado. Un cristiano, aún con Cristo en el corazón, puede ser esclavo del pecado si no hace lo que debe hacer. El Señor nos ha dado muchas herramientas para que el pecado no se enseñoreé de nosotros. La gente sin Cristo no tiene manera. Pero los cristianos, los que tenemos a Cristo en nuestro corazón puede ser libre del pecado, que el pecado no lo esclavice, no se enseñoreé. Antes vivíamos en una vana manera de vivir, una vana manera de vivir como cualquier persona, pero el Señor Jesucristo nos ha libertado. La Palabra dice que la carne es débil, pero nos podemos fortalecer en Cristo, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Dios nos ha dado las herramientas para que el pecado no se enseñoreé de nosotros, no nos gobierne, que no lo obedezcamos en sus concupiscencias. Dice la Palabra de Dios: No reine en nuestro cuerpo mortal de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias. Viene la concupiscencia a su mente, viene el mal pensamiento a su corazón, sus malos deseos. El cristiano no debe obedecer al pecado, no lo tiene que obedecer. Fortalézcase en la oración, pídale al Espíritu Santo, sumérjase en la palabra de Dios, a manera que el pecado no tome control de nuestra vida. Entonces: 1) Somos libres del pecado. El Señor Jesucristo nos ha libertado de esa vana manera de vivir. Y 2) En Romanos capítulo VI versículo 22, dice: Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios.

 Ese el número 2) Somos hechos ciervos de Dios. Dios es demasiado bueno con nosotros. Nos dice que nos saca del mundo, nos saca del pecado. Nos da libertad y ahora nos ha libertado y nos llama siervos de Dios. Antes con todo nuestro cuerpo, con toda nuestra mente, con todo nuestro ser servíamos al pecado. Pero ahora con ese mismo cuerpo pecador, con todos los miembros que tiene en su mente en su corazón, todo lo que usted es, puede servir a Dios. La misma persona que estaba sin esperanza, sumergida en el pecado, como usted ve sumergida a la gente allá afuera sin Cristo, allá dios quiere tomar siervos para Él. Dios quiere usar la vida de esa persona. Yo era pecador. ¿Usted era pecador? ¿y sigue siendo pecador? Pero Dios no quiere que este cuerpo este esclavizado por el pecado, sino que sea libre, sea redimido, sea comprado, sea justificado, sea santificado. Yo me arrepiento de mi pecado y ahora Cristo quiere que yo le sirva a Él. Usted pude servir a Dios. Yo puedo servir a Dios. Antes le cantaba al mundo, ahora a cantarle a Dios. Usted prestaba su mente para que el diablo le llenara su mente de basura, de canciones y películas sucias, su mente y sus miembros eran prestados para el pecado. Mire como la gente vive en pecado, su boca la usaba para el pecado, ¿lo hizo alguna vez? ¿Sí? ¿Su estomago lo usaba para le vino? Usando sus miembros para el pecado y a la gente le da risa, ¿Cómo le decían cuando levantaban las copas? Decían que hacían ejercicio. Usando sus miembros, su cuerpo para el pecado. Y la gente está sumergida en ese asunto. Sus ojos usándolos para el pecado, pero Dios dice ‘has sido libertado del pecado, ya no estás esclavo, pero ahora quiero que seas siervo de Dios’. Ahora –a pesar de que soy pecador, que usted es pecador- podemos servir a Dios, somos hechos siervos de Dios. Eres libertado del pecado para servir a Dios. Vamos a 2da de Timoteo capítulo 2, versículo 21, dice:  Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

Hermanos hemos sido libertados del pecado, que el pecado no se enseñoreé en nosotros. Dios nos quiere usar. Si alguno se limpia de estas cosas, ¿Cuáles cosas?, del pecado. La mentira, la lujuria, las borracheras, las orgias, todo el pecado que el hombre es capaz de hacer. Dios quiere que sea libertado de ese pecado, que yo me limpie, que me aparte de eso, que me santifique para que sea útil al Señor. ¿A quién de ustedes le gusta tomar agua en un vaso sucio? Lo usaron en la mañana, lo usaron a medio día y lo usaron en la noche y lo dejaron toda la noche reposando, añejando, y al otro día volver a usarlo. ¿a usted le gustaría usar un vaso donde tomaron tepache o licuado de dos días, que ya está sacando espumita y una lama y dentro de 3 días va a usar ese vaso? ¿A usted le gustaría usar un vaso así? Dios nos ha libertado del pecado y ahora quiere que seamos instrumentos santificados para El, útil al Señor, dispuesto para toda buena obra. Dios puede usar –no sé qué tan pecador haya sido o sea- pero Dios lo puede usar, Dios lo puede limpiar, Dios le puede usar de otra manera. Limpiémonos de estas cosas y sirvamos al Señor, dispuestos a cualquiera buena obra. Hermanos, el pecado no se debe enseñorear en nosotros, Jesucristo nos ha libertado para que seamos útiles a Él. Vallamos a 2da de Corintios capítulo V, versículo 17, dice:

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;

19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.