¿COMO EMPESAR A TENER BUENOS PROPOSITOS ESTE AÑO?
PASTOR ARTURO MUÑOZ JR.

1 Samuel 3:4:11
“4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.
6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate.
7 Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.
8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven.
9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.
10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.
11 Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos.”

Dice la Biblia que está aquí Samuel escuchando la voz de Dios, y el día de mañana la gente celebra algo que se llama los tres reyes o los reyes magos y parecido al día de los niños, es un día en donde uno quiere ver la felicidad de los niños, algunos papas que hablan acerca de los reyes magos, hay otros papas que explican.
Como cristianos yo creo que debemos de explicar que no hay santa Claus no hay reyes magos y estar ciertamente interesados por la felicidad de los niños, porque a veces no les damos esa felicidad a nuestros hijos cada día de sus vidas.

Muchas veces los papas toman este día como para purificar sus pecados y decir bueno tengo mi remordimiento, me he portado mal como papá, como mamá y le vamos a comprar un regalito y les vamos a decir que es de los reyes magos y a veces es una manera para poder curar esas heridas de no darle nuestros hijos la plena felicidad que Dios quiere en el hogar.

Hay una plena felicidad a través de lo que dice la Biblia, de lo que dice la palabra de Dios, y una manera de enseñar o tener felicidad en el hogar para con nuestros hijos es enseñándole a nuestros hijos a obedecer.
¿Porque? Porque cuando nuestros hijos están creciendo y no aprenden a obedecer, llegan a los 8 o 9 años y les decimos has esto has aquello, y lo hacen y luego el papá le dice hazlo y no lo hace y al siguiente día el papá le dice hazlo y no lo hace y ya pasa a la mejor tres, cuatro o cinco días el papá se harta y le da una golpiza de esas buenas y no entienden.

No va a poder entender ese niño esa parte de la felicidad en el hogar es la obediencia, ¿por qué? Porque de la misma manera por ejemplo en un trabajo, en un trabajo si el trabajador llega tarde lo van a correr, lo van a despedir, pero si llega temprano y le echa ganas, y el jefe le dice trapéale aquí y el trabajador le dice y empieza a levantar los hombres y dice no, pero me contrataron para las tortillas (en una tortillería) y el jefe dice bárrele aquí, no pero yo no porque nada mas fui contratado para las tortillas.

Entonces lo van a correr, pero si el trabajador, el jefe le dice al trabajador bárrele acá y el trabajador le contesta que si y empieza a barrer y el jefe le dice mira abres diez minutos antes porque estamos abriendo muy tarde y le obedece y abre quince minutos más temprano, y el jefe le dice mira no se te olvide esto, y has esto y el trabajador ahí está con una sonrisa con buena actitud, obedeciendo, que va a traer en ese cambien, o el jefe de ese negocio, o el jefe le va a dar más tortillas o a la mejor le va a aumentar veinte o cuarenta pesos.

Pero si el trabajador no es obediente y es flojo y va a terminar el jefe corriéndolo. En el hogar los niños deben de ser enseñados a obedecer y cuando nosotros enseñamos a nuestros hijos a obedecer, es nuestra responsabilidad, enseñarles ellos no llegan a este mundo obedeciendo, ya deposa dicen ¡no es que me salieron malos, no es que este si no me salió bueno, me salió bien desobediente!

¡Salió bien como su mamá, salió como la abuela o el abuelo! Y unos dicen no hasta se parece a mi suegra, le echan la culpa a la suegra, le echamos la culpa a todo mundo, pero la culpa de la obediencia o desobediencia es de los papas, nosotros tenemos la culpa.

Por ejemplo este trabajador que llega a trabajar a esa tortillería, si llega con malos hábitos no es culpa del jefe, del que lo empleo, si no que es culpa de esa persona, de ese joven de cómo fue criado. Hay papas que les enseñan a sus hijos a trabajar y como cristianos yo creo que debemos de enseñarle a nuestros hijos a ser buenos trabajadores que le echen ganas.

Y un buen propósito para este año seria ese, Señor ayúdame si estoy en un buen trabajo o en cualquier trabajo decirle al Señor ayúdame a echarle ganas a mi trabajo, quiero ser el mejor en este trabajo, quiero distinguirme en

este trabajo, y eso es algo muy bueno.

Aquí esta Samuel y en esta historia de Samuel a mi me impresiona la obediencia de Samuel aun antes de él ser salvo, de conocer al Señor.
Ver. 7

“7 Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.”

Dice acá que Samuel no lo conocía toda vía, había Samuel sido criado por una buena mamá que era cristiana y se llamaba Ana, y Ana le gusta ir al templo, le gusta ir a orar, y le gustaba hacer promesas y propósitos y decisiones.
¿Si se acuerdan de la promesa de Ana? Ana fue y estuvo ahí en el templo, orando y llorando y ¿Por qué estaba orando? Por un hijo, y ¿Qué le prometió a Dios? Si me das un hijo yo te lo voy a dar a ti, lo iba a consagrar a Jehová, era su propósito, tenía una petición pero era para dársela a Dios.

No hay nada de malo pedirle algo a Dios, para dárselo a Dios, ¡Señor dame fuerza hoy para ganar almas! Es una buena petición, ¡Señor dame dinero hoy, para gastármelo, en zapatos y en bolsas! En cosas que a la mejor a veces no nos ayudan, ahí Dios dice como que ahí no.

Pero cuando nosotros le pedimos algo a Dios para dárselo a él, es una buena oración, y el propósito de Ana era ¡Señor si tú me das un hijo varón yo te lo voy a ofrecer a ti! pero no se lo iba a ofrecer desobediente, si no, ¡si me das un hijo varón yo lo voy a criar en mi casa de tal manera que cuando tenga la edad para quedarse en el templo, el va a ser un buen niño!

El va a ser un buen joven obediente, ese va hacer o es un buen propósito, de decirle al Señor dame un hijo, yo te lo voy a dar a ti. Ahora este niño dice la Biblia aun no conocía a Jehová, de tal manera que a veces nos esperamos, y a veces cometemos el error de esperarnos a que nuestros hijos a la edad de ocho a diez años sean salvos, o llevarlos a la iglesia t entonces ahora si le voy a enseñar obediencia, que obedezca, que sea un buen niño.
Pero ya a los ocho, nueve o diez años ya a veces es muy tarde, Samuel fue educado para obedecer desde bebé, desde niño, antes de llegar al templo Ana tenía una buena influencia en el, ¿porque? Porque dice acá:
Ver.3

“3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,”

¿Dónde estaba Samuel, en el cine, en el disco, pachangueando, en la secundaria, en la tardeada? no verdad estaban en el templo, estaba durmiendo, en el templo de Jehová donde estaba el arca de Dios, en la presencia de Dios, y dice y antes que la lámpara de Dios fuese apagada:
Ver.4

“4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí”

El estaba acostumbrado a responder de una manera, y dijo, “heme aquí”
Ver.5-6

“5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.
6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate.”

En vez de enseñarles a nuestros hijos, cuando los llamamos ¡Pedro ven para acá! Y ¿Pedro que responde? ¿Responderá heme aquí? ¿O como responderá? ¡Que quieres! ¡Otra vez! ¡Todo yo, todo yo! ¡Ya voy! Y pura farsa, pura mentira, y hay unos que ni responden por los desniveles adecuados.

Nosotros los papas, desde chicos entrenamos a nuestros hijos así. ¿Qué hay que hacer para enseñar a nuestros hijos para que obedezcan rápido y con una buena actitud? Samuel tenía unas palabras que él tenía que responder, ya las tenía ¿Quién le enseño esto? Su mamá

Y el repondría “heme aquí” sería bueno que nuestros hijos dieran heme aquí, se escucharía medio raro, otra manera de decir heme aquí es como lo que dijo en el versículo 9
Ver. 9

“9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.”

¿Qué instrucción le dio Eli a Samuel? Dirás, en otras palabras, a la mejor es Dios y vete y ya no vengas allá y ahí ya no había instrucción. Pero cuando le dio creo que ya se lo que está pasando, creo que Dios te está llamando, esto es lo que vas hacer. En otras palabras:

Estaba enseñándole a Samuel la manera exacta, la forma exacta que él tenía que responder a ¿quien? A Dios, a Jehová, ¿y cuáles son las palabras exactas? Habla Jehová porque tu siervo oye.
Ver. 10

“10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces! Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.”

¿Qué le dio a Samuel que le dijera? Habla porque tu siervo oye, ¿y qué respondió? No le dijo un momentito porque me voy a dormir otros cinco minutitos, no verdad, dijo habla, porque tu siervo oye.

Eli le enseña a Samuel, esta es la manera que ahora debes de contestar de ahora en adelante cuando Dios te hable, y Samuel lo hizo así. Nosotros como papas debemos de enseñar a nuestros hijos la manera en que deben de responder cuando yo te hable, y podemos decirles exactamente de qué manera.

Aquí él le dice habla por que tu siervo oye, y en otras palabras mande, es casi lo mismo, mande usted. Podemos nosotros enseñar a nuestros hijos, si nuestros hijos dicen que, inmediatamente podemos decir no se dice que se dice mande. O podemos decirle si papá, y que quieres que haga, si mamá que quieres que haga, es una manera de enseñarle a nuestros hijos.

Nosotros nunca les decimos esta es la manera en que yo quiero que tú me respondas, pues ellos no van a saber cómo van a responder, ahorita fuimos a echarle gasolina al carro pero en la gasolinera el que estaba ahí dijo: por favor de ver el dispensario que marque ceros, y me dice marca ceros ¿está bien que comience a llenar su carro? Y yo le dije sí. Pero ¿Quién le enseño esas palabras?

Los jefes, le dijeron cuando llegue un cliente dile esta palabra, y dile esta palabra, a nuestros ujieres los estamos entrenando si una gasolinera puede entrenar tan bien a sus trabajadores, porque una iglesia no podría entrenar bien a sus ujieres.

Aquí hay una gasolinera en la esquina que ningún carro se para, porque no los han entrenado, pero si están entrenados y se les entrena entonces van a saber qué hacer y van a saber que decir, tal manera que nosotros podemos enseñarle a nuestros hijos y cuando vemos que ellos están obedeciendo hay una: Recompensa.

El perrito si el dueño le dice siéntate y el perrito obedece ¿Qué le da el dueño? Una galletita, porque esta obedeciendo, si no se sienta le da una patada, porque hay ya me canse y este perro no entiende, y hay perros que no entienden para nada, pero también hay unos amos que se desesperan, que no saben cómo hacerle.

Nosotros compramos una perrita y habían ciertas cosas que yo no sabía para entrenar a un perrito para que saliera al patio para ir al baño, y ¿Qué hice? Me puse a buscar, a indagar, a investigar de cómo se le hará, yo no nada más dije bueno pues a la mejor es así, pero eso es de acuerdo al entrenador.

¿Quién es el entrenador principal de todo? Pues Dios. Y Dios dice mira si tú no sabes cómo educar a tus hijos, aquí en mi palabra esta la manera en como tú puedes educar a tus hijos. ¡Ha es que no se voy a llevarlo con el psiquiatra! Y el siquiatra dice no señora es que su hijo esta medio loco, lo catalogan como niños hiperactivos y les dan unas pastillitas para calmarlos.

Y ya andan ahí todos drogados y tranquilos y ni obedecía cuando anda todo hiperactivo y ni obedece cuando anda ahí todo drogado, entonces los tratamos de llevar de acá para allá. Ahí algunas cosas que el siquiatra y que el psicólogo le van a atinar pero no todas las veces porque la palabra de Dios es la herramienta que Dios nos dice cómo enseñar a nuestros hijos.

¿Cómo enseñarles a nuestros hijos?


Hay que llamarlos.

¿Cómo llamo Dios a Samuel? Por su nombre

“10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.”

No lo llamo burro, no le puso apodos, si no que lo llamo por su nombre, ¿Qué hay que hacer?

1. Hay que llamar a su hijo por su nombre.

Para eso tenemos nombres, para identificarnos y hay un montón de apodos que los pobres hijos tienen. A veces ya rebuznan porque tantas veces han escuchado que es un burro.

2. Hay que asegurarnos que nos vean a los ojos.

Porque el contacto visual es bien importante, me doy cuenta si tiene mala actitud, si van a poder atención, si andan distraídos, y le dices as esto y después de diez minutos va contigo y dice ¿que me dijiste que hiciera? Que sacaras la basura.

Hay que asegurarnos que nos ven a los ojos. No tengo que ir subiendo la voz, evitar pegar gritos, ir subiendo la voz, si yo se que está escuchando, y él como que se está escondiendo esta en cerios problemas porque se está haciendo el loco.
Y nuestros hijos son bien bueno para hacer eso, ¡a me llamaste! Estamos a medio metro y si escucho, si escucharon.

3. Hay que dar la instrucción, la orden a nuestro hijo.

Y cuando le estoy dando esa orden asegurarme que me está poniendo atención, que me está viendo a los ojos. Cuando yo llamo a mi hijo Japeth debo de enseñarle que responder, por ejemplo en nuestra casa tratamos de enseñarles ingles y español, y en nuestra casa debe de responder yes sir Casi, casi como en el ejercito.

Ahora no se cuadran y no saludan nada de esas cosas, pero su respuesta debe de ser yes sir, la respuesta para mi esposa debe de ser yes mom, a veces en vez de responder yes sir responden yea, así como chale, no, no yes sir, o mande papá o mande usted.

En nuestra casa no hay un instructivo que diga que cada vez que le hable tiene que responder aquí estoy papá en este día para servirle a usted, me he levantado en esta mañana con la máxima actitud de obediencia y de respeto para el país, para mi nación, para mi estado y para mi familia que Dios me ha dado, sé que es importante obedecer, por eso en esta ocasión lo voy a obedecer con una sonrisa bien rápido.

Ahora esto va a ser muy largo, mejor de que respondan de esa manera podemos decir ok la siguiente ves que te diga algo, que te llame por tu nombre debes de responder aquí estoy, o pueden responder como dice la Biblia “heme aquí” mas espirituales.

Todo este año 2014 heme aquí, me voy a sentir como Eli, pero si hay que decirle a nuestros hijos como responder ¿porque? Porque de ahí estoy enseñándoles, esta es un ciclo, es una manera de empezar bien las cosas, y queremos como papas enseñarles, darles un instructivo una enseñanza.
Eli le dijo a Samuel, la siguiente ves que oigas la voz del Señor le vas a decir así, dirás, habla Jehová, porque tu siervo oye, esta es la manera que tienes que responder, y nosotros como papas debemos de decir nuevamente esta es la manera que tienes que responder, luego hay que enseñarles que respondan rápido.
Ver. 4-5

“4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.”

¿Fue caminando, fue arrastrando los pies? Y se tardan media hora en llegar, con una flojera y con una mala actitud, y Samuel no solamente estaba acostado, dice, estaba durmiendo.

Ahora es bien difícil llamar a un niño por su nombre que este durmiendo, soñando en los tres reyes magos, y decirle Samuel, Samuel y que se levante y diga heme aquí y después corriendo valla al cuarto de Eli y dice otra vez heme aquí, para que me llamaste.

En otras palabras mande usted.

“6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate.”
“8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven.”

¿Cuál era su respuesta? Heme aquí para que me has llamado, tenía una manera de responder, su mamá le había enseñado, yo estoy seguro que Ana le había enseñado de que manera tenía que responder, y ahora la sabe que Dios está llamando y dice bueno vamos a cambiarle un poquito en vez de decir heme aquí para que me has llamado, ahora di habla porque tu siervo oye.

Nosotros podemos enseñar a nuestros hijos a responder de una manera y que respondan rápido, se levanto corriendo. ¿Qué pasa cuando nuestros hijos no están obedeciendo como nosotros esperamos que ellos obedezcan? Tiene que haber un castigo.

¿Cuál es el castigo? Te voy a quitar los chicles que te estás comiendo, pues se pueden agarrar otros, buscarse otros o robarse otros. Pero nosotros podemos con una varita darles dos tres que arda, que arda que sepan quién es el papá, quien es la mamá y que ellos aprendan a obedecer, ¿cuando son irrespetuosos que van hacer?
Van a tronar la boca, van hacer los ojos chuecos, van hacer berrinche, van a fruncir el seño, como si estuvieran enojados, o van a gritar enojados, eso es falta de respeto, va a poner escusas.

Enseñarles que deben de obedecer rápido y con una buena actitud, muchas veces no van a tener una buena actitud, pero cuando obedecen de manera irrespetuosa, faltando al respeto o si no obedecen con una mala actitud, se debe de arreglar con unos dos o tres para que aprendan, pero cuando están obedeciendo con una buena actitud y le di tres cuatro cosas que hicieran y lo hicieron con una buena actitud.

Por ejemplo Raquel hoy en la mañana hizo algo que yo le pedí que hiciera y después estaba desayunando y fui y le di un abrazo y le di un abrazo y le dije me haces muy feliz en obedecer.

Y darle un abrazo, darle un beso, darles una recompensa, porque si nada mas estamos ahí como jefes y no hay recompensa pues se hartan. Si voy a trabajar dos, tres semanas y no me pagan ya no voy a regresar al trabajo porque ni me pagan, así es en la casa.

Dice la Biblia no provoquéis a ira a vuestros hijos y eso los provoca a ira cuando anda mas así les tronamos los dedos y no hay amor, no hay felicidad y no hay así regalotes, y podemos ir a la tienda y comprarles algo.