¿Cómo sostener la Obra Misionera?

El motivo de la epístola de Filipenses fue agradecer una ofrenda de dinero que la iglesia en Filipos entregó al apóstol Pablo por medio de Epafrodito. En esta carta el versículo central es “porque para mi el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” Pablo cuando estaba escribiendo esta carta era prisionero, pero esta epístola daba voces de triunfo y leyendo esta carta vamos a encontrar resaltada la palabra gozo, regocijarse. Puedes imaginarte al apóstol Pablo que estaba encarcelado, pronunciando estas palabras: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”

Dice Filipenses 4:1-4

1 “Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.

3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 

7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.

11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 

12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

El apóstol Pablo un gran hombre de Dios el cual tuvo el encuentro con el Señor Jesucristo camino a Damasco y ahora vemos una situación, él estaba encarcelado y tenía un gozo a pesar de estar viviendo ese momento de dificultad y les recuerda que el Señor está cerca, y nosotros debemos alentarnos con estas palabras. El mundo nos engaña con sutilezas que Cristo no viene, pero tenemos que seguir preguntando porque el Señor es paciente para con todos, no queriendo que nadie perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Es por eso que el Señor está deteniendo su venida porque su misericordia es grande y sabemos que tenemos familiares que no han sido salvos y están yendo al infierno y tenemos que rogar por ellos. Hay hombres de Dios que están invirtiendo sus vidas en ir a tierras lejanas, dejan su lugar de origen, su cultura, todo por llevar el evangelio y el apóstol nos invita a ser parte de. 

Dice el versículo 11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.Ahí está la ayuda del Señor, su fuerza. Este hombre de Dios no se movía por circunstancias, había aprendido a tener escasez y a tener todo y él recalca en el versículo 13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Su fortaleza venía de parte de Dios y es la misma fortaleza que viene a  nosotros. 

Pero esta carta nos continúa diciendo: Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos;Puedes imaginarte a sí se necesitan recursos para avanzar más, para ir a donde nuestros pies no pueden, pero hay alguien que está dispuesto a ir más allá de esa milla y dejar su lugar de comodidad. Ponte en los zapatos de un misionero que piensa: “Pasé por esa iglesia y prometieron dar un poco” y mete la tarjeta en el cajero y sale ese papel en ceros.

El versículo 17 dice:No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.Tienes una cuenta en los cielos. Todo viene a raíz del corazón, cuando damos nuestras vidas al Señor ya no es una carga, sino una bendición llevar el evangelio, empezamos a pensar en los demás, en que otros más escuchen el evangelio. Hay testimonios de gente que ha sido salva por un folleto que se ha compartido. No dejes de llevar folletos, de compartir el evangelio, alguien invirtió en nosotros también y dejó lo que estaba haciendo para llevarte el evangelio. Ahora nos toca a nosotros hacerlo.

Dice el versículo 18Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Cuando tú das es olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. El versículo 19 dice:Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. La carta termina diciendo Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan. Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.” 

¿Cómo sostener la obra misionera?

1 Corintios 16:1-2 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana … Ahí empieza como sostener la obra misionera, cada primer día de la semana. Número 2 cada uno de vosotros… Esto está hablando de cada quien, individualmente. Número 3ponga aparte algo según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

“Ay hermano, es que yo soy bien pobre.” No, hermano, Dios nos ha bendecido. Estamos en un México rico y bendecido, Gracias a Dios por haber nacido en México, siéntete orgulloso de tu país. ¿Tuviste alimento esta semana? ¿Dios te falló algún día? Claro que no. Dios es bueno y siempre hay bendición de parte de Él.

Gracias a Dios por la salud, por la enfermedad. Dios tiene control de todas las situaciones en nuestra vida. Todo esto de sostener la obra misionera tiene que ver con el corazón porque primero nos tenemos que dar a nosotros y quitar prejuicios. Cada quien va a dar cuentas, tenemos que obedecer la palabra de Dios.

Dice la Biblia en 2 Corintios 8:10-11 Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis antes, no solo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado. Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así.El dar sale del corazón, el Señor pone en nosotros el invertir y gracias a Dios por la organización que hace la iglesia, y lo hace llegar a tiempo al campo misionero. Y aquí vemos la organización, promete desde un año antes, esa es una promesa de fe, es que Dios nos va a ayudar, nos va a proveer para dar esa promesa de fe.

2 Corintios 9:10-13 dice:Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; Es una acción de gracias dar a la obra misionera. Cuando pones tu promesa de fe estás agradando a Dios. Para dar un paso más hay que entregarnos nosotros. 

Antes de que su servidor entregara su vida al servicio de Dios, mi corazón no sentía nada por los demás, por las almas perdidas, pero cuando recibí al Señor Jesucristo entendí por la gracia del Señor que tenía que entregar mi vida, que me tenía que dar por completo al Señor para tener compasión por los demás. Gracias a Dios que el Señor puso en mi esposa el ir a prepararnos y en ese tiempo Dios nos empezó a enseñar porque Dios me puso muchos ejemplos y puso una familia que tenía una camioneta y cada vez que nos veía caminar hacia el colegio, estaban dispuestos a darnos un ride en su camioneta, y Dios me enseñó a despojarme y proveer a los demás. Y les digo esto porque no todos tenemos un corazón dadivoso, pero por eso es promesa de fe, nos tenemos que dar primero al Señor y así, él va a empezar a trabajar en nosotros. Y poco a poco voy aprendiendo a dar. Es mejor dar que recibir, porque el Señor nos ha dado mucho. Sin Cristo hubiera perdido a mi familia, ahora, gracias a Dios, tengo a mi esposa e hijos. 

La obra misionera es sostener a los misioneros, pero primero debemos darnos a nosotros para que el Señor empiece a trabajar en ti y en mí.

2 Corintios 8:12-15 dice: Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos. Esto es algo práctico para sostener la obra misionera, ser prudentes. Tenemos que pedirle al Señor sabiduría y pedirle que nos ayude a cumplir esa meta que hemos puesto en nuestro corazón.

Un ejemplo está en los versículos 1 al 4Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Esta es una gran lección para nosotros. Eran hermanos que habían entregado su vida al Señor y después estaban pidiendo participar en este privilegio de sostener a los santos, tenían un corazón dispuesto, amaban las almas perdidas.

Hay hombres que están dispuestos a dejar su cultura, su nación y nosotros que estamos en nuestra comodidad invirtamos en ellos para que la obra de Dios se siga extendiendo. Un día en el cielo alguien te va a dar las gracias y te van a decir: “Por ti estoy aquí, tuviste un corazón dispuesto para llevar el evangelio” y llegó tan lejos porque tuviste un corazón dispuesto.

Te invito a que primero nos entreguemos nosotros porque no hay excusa, Dios ha sido fiel y él ha provisto para nuestros hogares. Él es fiel y él es bueno. Tengamos un corazón dispuesto.

Dice la Biblia “pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.

2 Corintios 9:1-10 dice:

1 “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba; 

2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría. 

3 Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados; 

4 no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza. 

5 Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra.

6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 

7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 

8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; 

9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.

10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,”