Un sacrificio sobre el altar

Romanos 12:3-5

3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 

4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 

5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.”

Creo que uno de los libros maravillosos de la Biblia, que habla mucho de la doctrina es el libro de Romanos. Este libro es una bendición para nosotros. De hecho, el capítulo 1 habla que todos somos pecadores; en el capitulo 2 habla que los judíos también han pecado; el capitulo 3 habla que todos somos pecadores pero en Cristo hay justificación gratuita, hay redención, hay salvación y en el capítulo 5 habla de los beneficios de la justificación. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;” (Romanos 5:1). En el capítulo 6 habla de que hemos muerto al pecado. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;” El capítulo 7 habla que hemos muerto a la ley que ya no hay poder de la ley en nosotros porque en Cristo estamos justificados porque Él vive en nosotros. En el capítulo 8 habla que ya no hay condenación, de que el Espíritu Santo vive en nuestro corazón. “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. (Romanos 8:16-17) y también que los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien. En los capítulos 9 al 11 habla del pueblo escogido de Dios no para salvación, sino para que se cumpliesen sus propósitos.

En el capítulo 12 que vamos a estudiar, el apóstol Pablo nos dice cómo poner en práctica lo aprendido, tenemos muchas bendiciones en el Señor, pero cómo debemos ponerlo en práctica. En el versículo 1 dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” El verdadero servicio y el vivir cristiano debe empezar con la dedicación personal al Señor, nadie más puede vivir la vida cristiana por usted, usted debe poner en práctica, tiene que tener dedicación personal al Señor y es muy triste hoy en día pensar que podemos vivir con la fe del pastor, de los padres o de los hijos, pero es importante entender que Dios quiere un sacrificio en el altar del Señor, debe ser por amor al Señor, por lo que Cristo hizo por nosotros. Jamás vamos a poder pagar la deuda de nuestros pecados, gracias a Dios que ya fue pagado por Cristo Jesús, pero lo importante es que cada cristiano debe dedicar su vida al Señor. 

Dice 1 Samuel 13:8-14

8 “Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 

9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 

10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 

11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 

12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 

13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 

14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. ”

Aquí vemos que Saúl no tenía una vida dedicada al Señor, estaba haciendo lo que no se le permitía hacer, eso le correspondía a Samuel, pero Saúl dijo: “Como se me está yendo el ejército por un lado, mejor hago esto” y no supo hacer, no tenía una vida dedicada al Señor, vemos a través de la Biblia como su vida fue tremenda porque no dedicó su vida al Señor como debiera. Nosotros cometemos muchos errores en la vida cristiana, queremos las cosas rápidas, decimos “ya tengo un año en la iglesia y como no veo cambios mejor tomaré otras decisiones” y tomamos decisiones a la ligera. La vida cristiana debe ser una vida de dedicación, un sacrificio sobre el altar. Hay una gran necesidad de que entendamos que el verdadero vivir cristiano debe empezar con la dedicación personal. Qué triste que lejos de que tengamos una vida consagrada, vivimos desobedeciendo al Señor.

1 Samuel 15:10-13 dice:

10 “Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 

11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. 

12 Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal. 

13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová.”

Se le había dado una orden de destruir a los amalecitas a todos a hombres, mujeres, niños y aún los de pecho, todo lo que había ahí, pero Saúl perdonó lo mas bueno de los animales, luego llegó Samuel y le dijo: “Yo he obedecido.” Es como cuando nos pregunta el pastor ¿Has leído tu Biblia? y le decimos que sí y ni siquiera la hemos leído. Pero Dios ve el corazón, nosotros vemos el rostro, pero Dios el corazón. Muchos de nosotros vivimos fingiendo lo que no somos, una vida en la iglesia, otra fuera, otra en el trabajo y el domingo venimos a santificarnos a la iglesia, pero ¿cómo está nuestra vida? Lo que Dios nos dice es: Les he dado mi Hijo, le he dado una nueva vida en Cristo y lo único que espero es que consagren su vida al Señor.

Vemos como Saul dijo que había cumplido pero dicen en los versículos 20-22 “Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal. Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

¡Qué tremendo es esto! Cuando no tenemos una vida dedicada al Señor, buscamos excusas, pretextos, echando la culpa a alguien más, “Si no fuera por la mujer que me diste, mi vida sería consagrada” y le echamos la culpa al Señor. Los hijos dicen: “Yo sería un buen hijo si no fuera por mis padres.” Usted es el hijo que es, no por sus padres, sino porque su corazón está así. 

Saúl falló y le costó su reino. Por eso es importante esta enseñanza, a veces pensamos que estamos fallando un poco, y que ahí vamos, pero así vamos a fracasar y vamos a estar lejos de las cosas de Dios porque no hay una vida consagrada al Señor, no hay una rendición total a la voluntad de Dios. Lo podemos ver de muchas maneras, a veces somos fieles a la iglesia, y por cualquier detalle dejamos de venir. “Es que escuché que iba a predicar alguien más por eso no vine.” Pero usted no viene a ver el pastor, o ver quien o no vino, usted debe tener su vida rendida al Señor todos los días.

El motivo de la dedicación es el amor. Pablo no dice: Les ordeno, sino dice: “Os ruego, vean la misericordia de Dios para con nosotros.” Romanos 12:1 dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” No recibimos  a Cristo para recibir sus misericordias, sino que ya las tenemos, le servimos por amor y agradecimiento. Debe haber gratitud en nuestras vidas. Después de que el Señor Jesús hizo el milagro en la vida del gadareno, quitando todo mal que él tenía, él le quería seguir, pero el Señor le dijo: “Ve a los tuyos y cuenta cuán grandes cosas ha hecho el Señor y como ha tenido misericordia.” En ese momento él empezó a anunciar. ¡Cuánta gratitud hace falta en nuestras vidas como cristianos, cuánto amor necesitamos para servir al Señor! La verdadera dedicación es presentar nuestro cuerpo, mente y voluntad a Dios día tras día. Es someter el cuerpo, tener la mente renovada por la palabra de Dios. Necesitamos tener una mente renovada por la Palabra del Señor.

Santiago 1:21-22 dice: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Es necesario que la mente sea renovada con la Palabra de Dios. Dios tiene grandes propósitos para nuestras vidas. Qué importante es que nosotros dediquemos tiempo todos los días meditando y escudriñando la palabra de Dios, es la única manera, pero qué triste es que en la mañana buscamos mensajes de Facebook y Whatsapp y vemos cualquier otra cosa, lo primero que debemos hacer es meditar en la Palabra de Dios. El diablo es muy listo para quitar la semilla sembrada en nuestro corazón, se nos predica y después de tres horas se nos olvida.

Salmos 19:7-11 dice:

7 “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;  El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.

8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.

9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.” 

Pero la única manera de tener una mente renovada es por la Palabra de Dios, rendir la voluntad de Dios por medio de la oración. No tendremos la victoria en nuestra vida cristiana a menos que nos rindamos al Señor todos los días en oración. Hay cosas que debemos confesar a Dios, diario debemos confesar pecados, estar a cuentas con él. Algunos dicen que no pecan ¿y qué van a confesar?; otros dicen: “Mejor peco para confesar algo”, ni saben lo que dicen.

Salmos 139:23-24 “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.” La única manera de rendir la voluntad es por medio de la oración, nuestra carne no quiere doblar rodilla en la mañana, quiere hacer cualquier otra cosa por eso vivimos vidas fracasadas porque no rendimos nuestra voluntad al Señor y el salmista dice: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame.” ¿Cuándo fue la última vez que le dijo a Dios esto? Probablemente hay pecados ocultos que no le ha confesado al Señor y por eso no hay éxito en su vida cristiana. Por eso no quiere dejar de escribirse con aquella mujer que no es su esposa, no quiere dejar algún vicio. Algunos han pensado que Dios no les escucha, Dios quiere escuchar su oración todos los días. “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” (Jeremías 33:3). Dios nos salvó para tener comunión con Él.

Romanos 16:19 dice: “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.” Nadie es perfecto, pero qué tan importante es cuando hay obediencia a los que Dios nos manda hacer. Unos son llamados a servir a Dios de tiempo completo y no obedecen, Dios quiere que usted sirva más a la obra de Dios. Hay bendición por obedecer  a Dios.

2 Corintios 10:5 dice: “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” Cada día, cada cristiano debe rendir nuestra mente, cuerpo y espíritu al Señor en sacrificio vivo santo agradable a Dios que es vuestro culto racional. Romanos 12:2 dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Dice no os conforméis a este siglo, cada cristiano o alguien que se conforma viviendo por y como el mundo o alguien transformado que llega a ser cada vez más semejante a Cristo. La palabra griega transformaos es la misma que se traduce transfigurarse. Mateo 17:2 dice: “ y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.” Dice 2 corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” Dios no nos salvó para hacernos más miserables, si eso fuera así nos hubiera dejado, nos salvó, nos quiere seguir transformando, la salvación es un don gratuito que Dios nos da, pero qué importante es que nosotros rindamos nuestro cuerpo, mente, voluntad al Señor, que cosas no haría el Señor en nuestras vidas si tenemos una vida rendida, una vida más como Cristo, que nuestros vecinos digan: “Antes era un borracho, un drogadicto, un chismoso pero ahora vemos su vida transformada.” y se preguntan qué le habrán hecho, pero es Cristo en nosotros. Usted no debería ser la misma persona de hacer un años, debería estar más animado, más consagrado, más rendido al Señor, no yéndose al mundo como hoy en día está pasando en nuestro cristianismo, lejos de que la gente vuelva su corazón a Dios los estamos alejando por la forma en que vivimos porque no hemos rendido nuestra voluntad al Señor.

1 Juan 2:15 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” ¿A quién le está hablando?  A los hijos de Dios. El apóstol Pablo dice: “Os ruego” y luego el apóstol Juan dice: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” Y luego dice que no amemos al mundo. No hay nada bueno en el mundo.

Dice la palabra de Dios “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.  Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:16-17)

La devoción más profunda es la de quienes aman la voluntad de Dios y la hallan perfecta. Como hijos de Dios debemos presentar nuestro cuerpo en sacrificio vivo santo y agradable a Dios.

1 Pedro 2:1-5 dice: 

1 “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 

2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 

3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 

5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”

La pregunta es ¿Ya ha rendido su mente al Señor o todavía está luchando con eso? Por eso muchos no se emocionan en las cosas de Dios, pero cuando rendimos nuestra voluntad a Dios esto es una bendición para nosotros.

Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Lo que Dios tiene para nosotros es agradable y perfecto, la decisión es de usted.