Amigo más que un Hermano

Proverbios 18:24

“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.”

Si tienes un amigo debes considerarte dichoso. No a cualquier conocido se le considera amigo. Un amigo es alguien que conoce tus debilidades y virtudes y aun así te ama, ese es un amigo de verdad. Si estás en el hospital, te llama, te visita. Es una bendición tener un amigo y si dices que porqué no tienes amigo es porque no te portas como amigo. Dice la Biblia: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.

Proverbios 17:17 dice: “En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.” Tengo cinco hermanos y cuatro hermanos, pero estamos muy dispersos. Uno está en Los Cabos, San Lucas, otro en Monterrey, uno en León, en Tlapa, en la montaña. Dice la Biblia que es bueno tener amigos y que ese amigo esté cerca, es por eso que dice la Biblia que es bueno hacer amistad con la gente cercana a nosotros, por ejemplo los vecinos.

La Palabra de Dios nos enseña que en todo tiempo ama el amigo y que es un hermano en tiempo de angustia. Sabemos que el mejor amigo es Dios, pero muchas veces nosotros no somos buenos amigos para Él. Queremos mucho la bendición de Dios, queremos su ayuda, su perdón, su comprensión, todo, pero muchas veces nosotros no queremos darle el tiempo que le corresponde, entonces, no somos buenos amigos de Dios, a menos que aprendamos a darle el tiempo en la cuestión de la oración, de la lectura y de la consagración.

¿Se puede tener un amigo verdadero en esta tierra? Sí, alguien que tenga las mismas metas, los mismos propósitos y que tenga temor de Jehová. Yo no voy a meter a mi casa a un hombre que va a empezar a encariñar a mi mujer. ¿Qué hombre metería a un hombre en su casa y ese amigo empieza a enamorar a su mujer? Nadie lo haría. ¿Qué hombre metería a alguien a su casa y esa persona está viendo que robar? Nadie la haría. Por eso, tenemos cuidado con la clase de amistades que tenemos.

Tuve un compañero en el instituto bíblico que me dijo que ya no iba a regresar porque un amigo le estaba ofreciendo un trabajo, que se iban a ir a Querétaro a una empresa de construcción y que de diciembre a junio trabajaría muy duro para juntar dinero y pagar su colegiatura el siguiente año. Mis compañeros y yo le dijimos que no se fuera, que le echara ganas, pero él dijo que era un amigo de confianza y que no pasaba nada. Se fueron a Querétaro y estaban trabajando en lo alto de una construcción, el andamio donde estaban no aguantó el peso de la gente y se cayó el andamio precisamente donde estaba nuestro amigo trabajando y murió. A veces hay amigos que no son muy sabios y te quieren invitar a hacer cosas que no son buenas, que te alejan de la palabra de Dios, te alejan de la iglesia, ten cuidado con eso. Haz caso a tu pastor y a tu amigo cristiano. Pero, a veces hay amigos cristianos que no caminan con Dios y es peligroso hacer caso a los consejos de los cristianos carnales, aun dentro del pueblo cristiano debemos tener cuidado, debemos tener discernimiento en saber quien es nuestro amigo y quien no.

Dice la Biblia en 1 Samuel 18:1-5 Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte. Y salía David a dondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba prudentemente. Y lo puso Saúl sobre gente de guerra, y era acepto a los ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl.

Dice la Biblia que el alma de David quedó ligada al alma de Jonatán. ¡Eso es impresionante! Es un amor increíble, un amor de hombres, de amistad, de hermandad. A tal grado que la acción de Jonatán fue quitarse el manto. Jonatán era el príncipe, era el hijo del rey y David ¿quién era hasta ese momento? Un pastorcito de ovejas. El mismo dijo: “Es insignificante la casa de mi padre Isaí. Yo soy el que cuida las ovejas.” El Señor mismo declara que a David lo tomó de la majada de las ovejas.

Imagina que tú vives en una zona bien rica y bien bonita y vas a la colonia más pobre y te haces amigo de uno de ellos. Le das tu playera polo, le das tus tenis Nike, le das tu membresía de Sam’s o Costco y le prestas tu coche, le dices que vaya a tu casa a comer. Vas con tu papá y le dices que invitaste a un amigo a comer a la casa. Tu papá te pregunta “¿Quién es? ¿Dónde vive? ¿Vive en esta zona donde vivimos?” Y le dices que vive en una casita de cartón y que él y tú se hicieron amigos. Tu papá te dice que lo lleves, que se siente a la mesa y ese amigo nunca ha conocido una mesa de cedro, no ha conocido la elegancia, no ha visto tanta comida en la mesa, y hay personas que le acomodan en la mesa, y lo vistes con tu propia ropa, lo andas paseando por la ciudad como si fuera niño rico. Eso fue lo que pasó con David. Me imagino que David se sentía fuera de lugar, él estaba en el palacio del rey. 

Prácticamente es un cuadro representativo de lo que Dios hace con nosotros. Dios nos tomó vagando en el mundo, Dios se apiadó de nosotros. Es como ver a alguien tirado, abandonado y tener piedad de él y traerlo vestirlo, ponerlo en la mesa y hacerlo parte de la familia. ¡Es lo que Dios hizo! Dios nos vio en el basurero del pecado, en el mundo, vagando sin destino, sin dirección en la vida, él sabía que al morir iríamos al lago de fuego, pero él envió a su Hijo Jesucristo para redimirnos, para salvarnos del pecado y para hacernos sentar a la mesa del Rey.

Todo lo que Jonatán tenía como príncipe se lo puso a David y después vemos a un hombre pastorcito vestido de príncipe, vemos a un pecador vestido de perdón y de la gracia y de la justificación de Jesucristo y ahora dice: “Alcancé salvación. Dios te bendiga.” Ahora tiene una Biblia y la lee y comparte. ¡Qué hermoso cuadro de redención! Dios nos salvó y nos dice: “Ya no quiero que andes allá. Quiero que vengas a mi familia, quiero que recibas la bendición.” Eso es lo que Dios quiere para cada hombre. No sé cual es tu vida y trasfondo y mayormente si no has recibido a Cristo en tu corazón y si no tienes un buen amigo, puedes encontrar un amigo en Cristo. Él puede darte vida, una mente clara para tomar decisiones, un cambio de vida y el cambio de tu destino eterno.

Decidir ser un buen amigo también es una buena obra. El mes de febrero en nuestra iglesia lo llamamos el mes de las obras. Tenemos una semana de evangelismo de 10:00 am a 7:00 pm. una familia prepara la comida en la iglesia, todos los que salimos a evangelizar en la mañana, regresamos a las 2:30 pm y comemos todos juntos, tenemos un tiempo de refrigerio, descansamos un ratito y otra vez a las 4:00 pm volvemos a las calles y cuando el sol empieza a ocultarse es la hora de irse a casa. Buscamos la forma de que cada hermano tenga la oportunidad de hacer un bien a un amigo, a un vecino, a la gente, de tener una buena actitud con todo mundo. Buscamos a alguien que tiene necesidad en la iglesia y le llevamos una despensa.

La mejor obra que haremos a alguien es darle el evangelio de Jesucristo. No hay mejor obra que darles el evangelio de Jesucristo.

En 1 Samuel 18:4, lo viste como príncipe; en 1 Samuel 19:4-5 dice: Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus obras han sido muy buenas para contigo; 5 pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa Primero lo viste como príncipe y segundo  lo defiende y habla bien de él. Un amigo siempre va a estar ayudando, defendiendo, hablando bien y buscando tu bienestar.

La amistad de David con Jonatán tuvo un pacto en lo cual dijo Jonatán: “Mira David, yo entiendo que el reino va a ser para ti porque de Jehová así es. Nada más quiero pedirte un favor. Quiero que cuando seas rey, no te olvides de mí y de mis hijos, quiero que la amistad que tengo contigo perdure y cuando Dios te haga rey no te olvides de mí.” Y años después un muchacho hijo de Jonatán, que había quedado lisiado, estaba en un lugar siendo criado por otro hombre. David preguntó si había un hijo de Jonatán con el cual pudiera hacer misericordia, le dijeron que sí y que estaba en Lodebar. Lodebar significa un lugar pobre, miserable. Ahí estaba Mefi-Boset. David  lo mandó traer y le dice que él comerá en su mesa todos los días, por amor a su amigo Jonatán.

¿Ves una amistad perdurable en el corazón de un hombre que logró amar a un hombre cuando este no era nada? Y después vino la recompensa hasta los hijos de Jonatán. Cuando Jonatán murió con su padre en el monte de Gilboa, los filisteos celebraban, pero David lloraba y hasta compuso una canción: “Como han caído los valientes. Doncellas, lloren a Saúl, a sus hijos.”

Cuando llegaron los hombres y le dijeron a David: “Yo encontré a Saúl y le corté la cabeza.” Pensando que traían buenas noticias, David dijo: “Tu boca ha hablado de ti. Agarrenlos y matenlos.” Porque David no tenía odio a Saúl, él amaba a su hijo. No puedes amar al Hijo y odiar al padre. No puedes amar al Padre sin amar al Hijo, No podemos amar a Dios y lastimar al prójimo. La Biblia dice que todos hemos sido formados a imagen de Dios. A veces decimos amar a Dios y lastimamos al prójimo, venimos a la iglesia, cantamos alabanzas, oramos, damos un buen diezmo y ofrenda y podemos pensar que al lado de tu casa puede haber alguien que no tiene que comer, puedes pensar que alguien no sabe cómo pagar la renta. Si pudiéramos amar al Padre, pudiéramos amar a sus hijos y pudiéramos ser bendición. Si amamos al Padre, podemos amar a alguien que no nos puede generar nada de ganancia como nosotros no generamos nada de ganancia a Cristo cuando nos salvó. ¿Qué tenía que ofrecerle a Cristo cuando me salvó? Nada. Pero si puedo hacer algo es por Él. 

Hacemos un gran bien al mundo cuando podemos darle el evangelio por nada. A veces al predicar el evangelio, la gente te puede humillar, quizás cuando invitas a alguien a la iglesia te pude decir que no, que ya no le hables de tu iglesia, religión, de la Biblia y es más si insistes en eso ya no serán amigos y cuantos así asumimos el riesgo y decimos: Yo te amo y aunque me dejes de hablar y te enojes conmigo, déjame explicarte que el te ama, te quiere ayudar, quiere dirigir tus pasos así como lo ha hecho conmigo

1 Samuel 20:13 dice: Pero si mi padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre.Saúl un día tuvo la bendición de Dios en su vida, un día Jehová lo respaldó, pero algo daño su corazón. La bendición de Dios está garantizada a la obediencia. La salvación es un regalo, pero la bendición de Dios está garantizada en la obediencia.

Dios no ha salvado, nos ha dado vida eterna y Él quiere que seamos prosperados, pero si no leemos la Biblia, no oramos, no venimos a la iglesia, no practicamos las buenas obras, la bendición de Dios no va a estar sobre nosotros. Si nos llenamos de envidia, de celo, de coraje, de odio y a veces en la iglesia hay hermanos que no se llevan. A veces los hermanos de adelante no se llevan con los que están atrás, y la hermana fulana checa si está la otra hermana para no saludarse, evitan verse y saludarse. Pero decimos amar a Dios. Ten cuidado con esto. Quiero animarte a entender que cuando Dios se hizo siervo, hombre y estando en la condición de hombre, Él se humilló a tal grado de lavar los pies de los apóstoles, de caminar en el polvo, de sufrir lo que un hombre sufre. ¿Amas a los hombres? Muéstrales el camino de Dios a la salvación y muéstrales cómo avivar y tener avivado ese fuego para que su cristianismo se mantenga bien.

Dice 1 Samuel 20:15-18y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David. 17 Y Jonatán hizo jurar a David otra vez, porque le amaba, pues le amaba como a sí mismo. Luego le dijo Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío. Jonatán decía: “David, te voy a extrañar.” No hay peor tragedia que tu mejor amigo muera y no lo vuelvas a ver nunca. Prácticamente esa fue la despedida de David con Jonatán. Poco después Jonatán moriría y David ya no lo volvería a ver en esta tierra.

¿Habrá un amigo tuyo que comió en tu mesa, que compartió tiempo en la secundaria, en la preparatoria, en el colegio, que fue tu compañero de empresa que irá al infierno, porque no fuiste suficientemente amigo para hablarle? Cuando no conocíamos el evangelio, no teníamos que dar, pero ahora conocemos a Cristo. No tengas miedo de abrir tus labios y hablarle a tu amigo que hay un mejor Amigo que le ama y que le quiere dar vida eterna. Hay un canto que las hermanas Sloan cantan y dice: 

“Amigo, en juicio yo estoy y la culpa yo a ti te doy. En la tierra caminaba junto a ti, mas nunca me hablaste de este lugar. Ahora yo voy al infierno, ahora tú gozas de estar con Dios, pero yo voy al infierno. En la tierra caminaba junto a ti, pero nunca me dijiste la verdad. Mientras tú vas al cielo a gozar por la eternidad, yo me quedo aquí a quemar por la eternidad. ¿Por qué nunca me dijiste que había un camino de salvación? ¿Por qué nunca me comentaste que ibas a una buena iglesia cristiana? ¿porque nunca me dijiste que el cambio que yo veía en ti, eran por leer las Escrituras y por ser salvo? Tú me dijiste que estabas tomando terapia. Me dijiste que ya no tomabas porque tu médico te lo prohibió. Me dijiste que ya no podíamos vernos el domingo porque estabas ocupado con la familia, pero nunca me dijiste que era Cristo el que había transformado tu vida, ahora vas al cielo y yo voy al infierno. ¿Qué clase de amigo haría eso?”

Tengo un amigo que conocí en el trabajo secular en el mundo y siempre tuve carga por él. Católico de hueso colorado, tiene una cuñada que es monja, un primo que es sacerdote, un tío que es sacerdote y está metido en la iglesia y varias veces a punto de darle el plan de salvación, había temas que cambiaban todo y un día Dios puso en mi corazón una carga que tenía que ir a verle y un sábado por la mañana tomé mi Biblia y con otro joven de la iglesia llegamos a su casa, y nos sentamos ahí y por cuarenta minutos le expliqué del amor de Dios. Y se puso de rodillas y pidió a Jesucristo perdón. Poco después supe que él estaba enfermo y está enfermo ahora, pero sé a dónde va si algo pasa. Pero hay amigos que no alcancé y no fui suficientemente amigo para guiarlos a los pies de Cristo. Si tienes un amigo que te ha traído a la iglesia dale gracias a Dios.

El mejor Amigo que podemos tener dice: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. (Juan 15:15-16)

¿Sabes qué relación quiere tener Dios contigo? De amigo. Él quiere ser tu amigo. Un amigo sabe todo lo que le pasa a su amigo. Dice el Señor Jesús: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Y aunque está hablando en término a la iglesia local, ese texto bien fácil se aplica a que Jesús quiere entrar a tu corazón y quiere convivir contigo.

Desde que Cristo me salvó toda mi vida ha cambiado. Si no has recibido a Cristo en tu corazón, ¿Por qué no haces de Cristo tu amigo? Cuéntales todas tus penas, todas tus cargas, ponlo sobre Él porque aparte de ser amigo es tu Padre, es tu Redentor, abrió el velo del tabernáculo del templo para que pudiéramos tener acceso al Padre y si clamas a Él por perdón, Él te perdona.

¡Quién como David y Jonatán con esa hermosa amistad! Pero también puedes tener en Cristo un buen amigo y Cristo puede darte un buen amigo terrenal.