Vosotros Sois La Luz Del Mundo

Mateo 5:14-16

14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.

16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

1. Es una gran responsabilidad

Dice Marcos 4:21 “También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?” Dios nos está reconociendo como la luz del mundo. No es un título que nosotros debamos llevar de una manera simple, no es un título que debamos quitarnos inmediatamente y decir que no nos gusta, es un buen título, es una gran responsabilidad el ser llamados la luz del mundo. Ahora, nosotros no somos los salvadores, somos los que reflejamos la gran luz, la luz de Cristo. Yo prefiero tener el título de luz del mundo que el de vasija de barro, la luz viaja rápido y llega a cualquier lugar, una luz alumbra y cuando hay oscuridad se disipa, así que no debemos tomar este título en vano

Dice la Biblia en Juan 8:12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”  Juan 9:5 “Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.” Jesus dice: “Yo soy la luz del mundo mientras esté en este mundo” pero luego dice la palabra de Dios que después que se fuera nosotros seríamos la luz del mundo, nos hemos quedado para ser la luz del mundo.

Juan 12:46 dice: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” Antes eramos tinieblas y no eramos vistos, estábamos sumergidos en el lodo cenagoso, pero ahora Dios nos ha puesto como una luz. Dale gracias a Dios que eres una luz y entonces al ser una luz debes de reconocer esta gran responsabilidad. 

Para poder ser esa luz a este mundo debemos de reflejar a Cristo para que la gente no permanezca en tinieblas. Este mundo está en una gran oscuridad y cada vez parece que las tinieblas están peor y esto es porque los cristianos cada vez estamos reflejando peor la luz de Cristo, vemos alrededor maldad y pecado, gente cometiendo grandes delitos, alrededor hay nuevas religiones y la gente se está oponiendo al creador y al género que Dios le ha dado, gente menosprecia el nombre de Dios y aun se burlan de él y aún hay iglesias que están dejando la Palabra de Dios, cristianos que no reconocen la Biblia como la palabra de Dios y solo lo que les conviene, lo que les gusta está bien y lo que no, lo hacen a un lado, estamos viendo a una generación que está negando la luz de Cristo, un mundo que se está poniendo más oscuro y ahora es nuestra responsabilidad ser esa luz.

2. La realidad de la luz

No puedes esconder una luz, y Jesús nos da unos ejemplos, como una ciudad no se puede esconder porque simplemente no se puede esconder y de la misma manera no se puede tener una luz y esconderla. La palabra de Dios dice: Tú eres una luz y no te puedes esconder. Y a veces nos queremos esconder y a veces estamos opacando la luz que somos, no nos damos cuenta que somos una luz y la gente nos está viendo cuando estamos caminando, gente mira nuestro testimonio y mira nuestro andar, oye nuestro hablar, mira nuestro vestir y conducta, pareciera que queremos dejar esa luz botada a un lado y ser luz cuando nos conviene pero durante la semana no nos gusta ser esa luz. Hay cosas que hacemos que no reflejan la luz de Cristo, hay cosas que hablamos y cómo nos conducimos que no reflejan la luz de Cristo y mejor nos gustaría dejar esa luz a un lado. cuando reconocemos que somos una luz actuamos mejor y no tratamos de escondernos, Adán y Eva se escondieron así. Cuando hacemos algo oculto nos queremos esconder. 

Dice Lucas 8:16 “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.” Y Marcos 4:21 “También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?” El almud es una vasija y si tú eres una luz no la vas a cubrir, pero la vas hacer llegar a varios lugares. Esa es la verdad, no debes esconder tu luz, no debes decirle al Señor que le de tu luz a alguien más. El ser hijos de Dios lleva una gran responsabilidad, queremos solamente la vida eterna pero no queremos los mandamientos y vivir para Dios.

La realidad es que no se puede esconder una luz. Siendo nosotros luz no nos podemos esconder. Si tú eres una luz no te escondas, si eres cristiano no te escondas, no quieras de alguna manera negar que eres una luz, no niegues a Dios. Es triste que queramos escondernos.

3. La razón de una luz 

Mateo 5:15 dice: Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.” Lo que debemos de hacer con esa luz es ponerla en el candelero y alumbrar a los que están alrededor, ese es el impacto que tenemos y podemos llevar. 

Algunas de las luces que existen son muy potentes, unas mas brillosas que otras, entre más fuerte sea la luz más lejos llega, pero la razón en sí de una luz es alumbrar, por eso dice la palabra de Dios: alumbra a todos los que están en casa.” La razón de vivir es alumbrar hasta donde más podamos alumbrar. ¡Qué bendición que podemos alumbrar en casa y todos podemos ser de bendición donde vamos! Si estamos quizá en el trabajo podemos alumbrar.

La razón de esa luz es alumbrar, no podemos alumbrar en donde no estamos, solamente alumbramos en proximidad con los que estamos, pero con todo lo que está pasando pareciera que hemos dejado de alumbrar, pareciera que hemos apagado nuestra luz y ya no queremos testificar como antes, ya no actuamos como antes y nos estamos yendo hacia atrás, hemos perdido esa razón de la cual Jesús nos ha llamado a ser.  El Señor Jesucristo dice: “Tienes que alumbrar lo más fuerte que puedas, esa es tu razón de vivir.” 

Nosotros somos la luz del mundo, pero si nos tratamos de esconder bajo el pecado vamos a alumbrar menos. El pecado, nuestras malas decisiones, nuestro temor de fe, nuestra infidelidad, el no estar leyendo la Biblia y el no estar orando opaca nuestra luz. Quizá alguna vez te ha sucedido que estás en la oscuridad y entonces con un poco de luz puedes alumbrar y ver bien pero con más luz ves que en una completa oscuridad puedes ver bien. 

Hace mucho tiempo iba manejando de Veracruz a Matamoros y llegué a un punto donde se empezó a oscurecer, se veía cuando estaba el sol pero después se oscureció, prendiendo las luces del carro llegaron los insectos y el parabrisas se llenó de insectos, después se oscureció más y prendí las luces. Los primeros minutos no podía ver bien y pensaba: Limpio o no el parabrisas, y no lo hice para no manchar el parabrisas y pasado el tiempo parecía que ya estaba bien, las manchas de los insectos no me estaba afectando y así pasa cuando viene el pecado pues nos acostumbramos a él, mancha nuestra visión y ya nuestra luz no llega lejos, pero al mismo tiempo nos acostumbramos al pecado y pensamos: “Está bien las mentiras, la maldad que he hecho, no está tan mal” y empezamos a encubrir nuestro pecado y pensar que no es tan malo. Decimos: “Me decían que no hiciera esto pero lo he hecho y no me ha pasado nada, que no cometiera adulterio, que tomara, pecara pero todo lo he hecho y está bien, no me ha pasado nada.” El diablo viene y nos intenta engañar que todo está bien con tal de que la gente no se entere de lo que estamos haciendo, el diablo nos hace creer que nuestra luz manchada está bien. Entonces paré en una gasolinera y limpié el parabrisas y los focos, me subí al carro, prendí las luces y todo se veía mucho mejor.

La razón de una luz es alumbrar más. Si tu luz se está opacando por causa del pecado limpia tu vida y camina con Dios, pídele perdón a Dios para que te ayude a ser esa luz que nos manda ser.

4. La regla hacia la luz que somos

Mateo 5:16 dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

El Padre quiere ser glorificado por cada uno de nosotros. Dios nos escogió como luz para alumbrar y el mandamiento o la regla que Jesús nos da es que alumbremos y esto glorifica a Dios, tienes que alumbrar a los demás.

Dice en Juan 1:5-7 “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.” Juan fue alguien que predicó en el desierto para dar testimonio de Jesús, la gente creyó por causa de Juan. De la misma manera que Juan alumbró, nosotros también debemos hacerlo. Dios quiere que prendamos ese foco y que si se llega a acabar la mecha la puedas prender otra vez, a veces se apaga por desánimo, porque ya no queremos seguir adelante, porque no hemos leído la Biblia y tenemos que prender esa mecha y aun subir la intensidad de la luz, debemos alumbrar y llegar más lejos, hay quienes han llegado muy lejos con su luz y eso no quiere decir que nosotros no podamos. 

Recordaba de Carlos Spurgeon, él a la edad de 24 años ya estaba predicando a cerca de 24 mil personas en Londres, en el Palacio de Cristal. Joven tú puedes brillar y subir a esa luz, dirige tu luz, podemos hacerlo y alumbrar pero a veces no estamos apuntando a algo, quizá solo prendemos nuestra lámpara pero no la estamos usando para dirigir a un lugar y ver bien.

Juan 1:4 dice: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.” La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Una luz resplandece en las tinieblas, Él es una gran luz. Ve lo que dice Lucas 1:79 “Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por el camino de la paz.” Dios quiere que nosotros seamos una luz para los que habitan en tinieblas, esa luz que Dios nos ha dado es para que la dirijamos, no solamente prenderla y dejarla, tenemos que decirle al Señor: “Ayúdame a llegar más lejos”. Hay ciertas cosas en que queremos llegar más lejos y no estoy en oposición a quien quiere tener una carrera pero debemos querer llegar a ser nosotros la mejor luz para alumbrar y llegar hasta donde Dios nos permita llegar. 

El apóstol Pablo pedía que oraran por él para que llegara lejos la palabra de Dios y así deberíamos de decirle al Señor. No solamente nuestra influencia pero nuestra luz, para poder ganar las almas y llegar a lugares donde nadie ha llegado. Un misionero llamado Keiton llegó a una isla de caníbales. Cuando llegó, era una isla infestada y no había muchas personas buenas pero cuando él salió de esa isla, cada una de ellos testificaba el nombre de Cristo y esto fue porque él quería ser una luz a los que había llegado. En los años 1500 llegó Jhon Knox a Ginebra para estudiar la Biblia y después regresó a Escocia. Cuando regresó fue de tal impacto que la gente de la ciudad cambia su lema de la ciudad y ahora era “Por Cristo y su corona” por el impacto que tuvo en ellos de buscar a Dios y buscar a Cristo. En otras palabras lo que estoy diciendo es que no debemos de estar satisfecho de pensar que tengo tres salvos en el barrio sino que todo Puebla sea salva, y si Dios nos manda de misioneros que a donde Dios nos lleve todos sean salvos, porque Dios nos ha usado para poder llevar su luz, y no quedarnos diciendo: “Soy una lucecita” sino decirle: “Tú me has hecho una luz, ayúdame a no ser una velita, sino a ser como la luz de un faro que alumbre lo más lejos posible para que más gente pueda ser salva.”