Que tu fe no se debilite

Romanos 4:21 

plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;

Está hablando que había algo en él que estaba plenamente convencido, de tal manera que él pudo haber dicho: “Señor, no puedes hacer esto, es imposible”, pero al contrario de lo que pudiéramos pensar, al contrario de lo convencional, Abraham dijo: “Yo voy a creer en Dios” y esa es la fe. La fe es cuando escuchamos la voz de Dios, cuando leemos en su palabra, cuando su Espíritu Santo habla a nuestra vida, cuando estamos completamente convencidos y de repente podemos mirar a otros y escarbar en nuestra incredulidad y decir: Alto, no puedo confiar en lo que no puedo, pero sí en el que puede: Dios.

Dios lo puede todo y debemos recordar eso y que Él creó el universo simplemente por decirlo y lo hizo en un instante y ese mismo Dios puede hacer todo. Romanos 4:20 dice: Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios”. En esos momentos en que te encuentras débil en la fe, fortalécete, cuando viene la duda, fortalécete, en esos momentos en donde tu subconsciente se revela y dice no se puede fortalécete en la fe. Pero si constantemente te estás acercando a este mundo que te debilita, tienes amistades que no creen en Dios y constantemente te están diciendo que no hay Dios, tienes libros que dicen que no hay Dios, tienes una televisión que dice que no hay Dios e Internet y celular que dice que no hay Dios vas a terminar creyendo que no hay Dios.

Hay cosas que nos debilitan personal y físicamente. Si no tenemos buena salud vamos a estar débiles. Nuestra edad, conforme va avanzando ¿y quién puede parar su edad? Nadie, nuestra edad nos debilita; la depresión nos debilita, no queremos levantarnos, no queremos trabajar, no queremos hacer nada; la flojera ¿has amanecido con flojera? De los 13 a 19 años entra la flojera y por causa de nuestra flojera decimos es que no puedo, no tengo fuerzas y entre más pensamos en esa flojera decimos: No puedo hacer nada. El tipo de alimentación que llevamos. Estaba hablando con un misionero y me estaba diciendo que su hija a un mes de irse al colegio bíblico, le detectaron una enfermedad, pero con cierta alimentación iba a estar bien. Pero cuando su hija se fue y entró al colegio comenzó a comer la comida del Instituto y se enfermó más y tuvo que salir del colegio. Nuestra manera de alimentarnos nos afecta, también la falta de ejercicio nos va a debilitar.

En nuestra vida cristiana decimos: “Yo voy a la iglesia, creo en Dios, tengo una Biblia y la llevo cada domingo”, pero cuando vienen los dardos de fuego del maligno, ¿qué pasa? “Ay pastor, vino esta situación y no pude” y parte es el diablo, pero me he dado cuenta últimamente que parte es el drama de la persona misma. ¿Sabes que causamos tanto drama en nuestras vidas? Hay drama y más drama, diciendo: “No puedo, y ¿qué voy a hacer?”, y le echamos la culpa a todo y somos culpables de no ser fuertes en la fe. Abraham tuvo ciertas promesas.

Dice Romanos 4:20-21 “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; El versículo 18 dice: “Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.¿Sabes cuál es esa esperanza? La primera esperanza es la que Dios nos da, la segunda es nuestra esperanza, algunos no la tienen y la esperanza de Dios es más grande y la promesa de Dios es más poderosa, es más confiable. Si te subes a un carrito todo destartalado y quieres ir a la frontera ¿vas a llegar? No porque no es confiable. Si te subes en un carro nuevo, ¿vas a llegar? Muy posiblemente sí. La esperanza que Dios nos da es la esperanza que es verdadera, es la que Dios dice: Tienes vida eterna. Él nos dice: Un día va a venir el Mesías y se va a cumplir esto y esto y se cumplió porque tenemos la palabra profética más segura  y porque la tenemos y tenemos un Dios Creador de los cielos y porque sabemos que Dios es poderoso podemos poner nuestra esperanza en Él y dejar de confiar en nuestra esperanza.

Abraham creyó en esperanza contra esperanza. La otra esperanza es lo que dicen los demás, la otra esperanza es lo que va decir la gente. Tú dices: “Sí, Dios puede”, pero la gente dice que Dios no puede; tú vas a decir: “Sí, creo en Dios” y otros van a decir que Dios no escucha, que no existe, que no está ahí y nos comienza a hacer dudar. Abraham tuvo que confiar en esperanza contra esperanza. Es tiempo de que comencemos a confiar en esperanza contra esperanza, contra lo que la gente dice. Abraham dijo: Yo voy a confiar en Dios.

Abraham tuvo varias promesas. Génesis 12:2 dice Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. ¿Cómo alguien puede tener una nación grande si ni siquiera tiene hijos? Dios le estaba diciendo que haría de él, de su familia la más importante sobre la faz de la tierra y Abraham decía: “Señor, se te está olvidando algo, que no tengo familia”. Abraham tenía casi 100 años, pero tuvo que creer en esperanza contra esperanza, contra lo convencional y normal, contra la lógica y debemos no basar nuestro cristianismo en la lógica, sino en nuestra fe que tenemos en Dios. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (Génesis 12:3) Porque fue a través de Abraham, de Isaac, de Jacob, el padre de doce tribus y una de esas, la tribu de Judá, de ahí viene el rey David, y de ahí viene Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios. Si Abraham no hubiera creído este linaje no hubiera sido, pero él creyó que por él serían benditas todas las familias de la tierra porque es a través de Jesús, que quien pone su fe en Él, puede tener salvación y si tú aún no has puesto tu fe en Jesús, te invito a que pongas tu fe en Él. Abraham creyó.

Dice Génesis 15:6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.Dios tiene promesas para nosotros. Éxodo 20:12 dice: Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Filipenses 4:19 es una promesa de provisión: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.Una promesa de descanso está en Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Y sí es descansar de todo ese pecado, pero que bonito es descansar en Cristo cuando tenemos tantas cosas que hay momentos en que decimos: “Señor, lleva todas mis cargas, ya no puedo más” y es una promesa; una promesa de que estará con nosotros a aquellos que estamos yendo y predicando el evangelio, dice Mateo 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.  Nos ha dado una promesa de nuevas fuerzas en Isaías 40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Tenemos promesas de que escucha nuestras oraciones; Tenemos un promesa de la vida eterna: 1 Juan 5:11-12 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. La vida eterna no está en una iglesia, ni en buenas obras, sino en Jesús.

Dice Romanos 4:19Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. ¿Sabes lo que a veces nos debilita? Nosotros mismos. Lo que nos debilita en la fe, somos nosotros. Cuando comenzamos a considerar; entre más pasa el tiempo comenzamos a considerar ciertas cosas, y el problema de considerar nuestra edad, nuestro cuerpo, nuestro yo, situaciones en las que decimos: “Dios no puede hacer eso porque la edad que tengo, la manera en que yo soy, mi situación” y Dios dice que quiere usarnos, quiere hacer de nosotros un predicador, un misionero, un evangelista, un fiel obrero y lo primero que decimos es: “Señor, ve mi cuerpo, ve donde yo he estado, ve el pecado que ha habido en mi vida, ve la manera en que te he dado la espalda, ve cómo he caído y no hay manera de que puedas hacer algo en mi vida” y así es como empezamos a considerar. Deja de considerar y cree en Él. Deja de ver cómo has vivido, deja de ver el matrimonio que has tenido, el que está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Dios puede hacer algo, Él hizo algo en la vida de Abraham, y Abraham pudo haber considerado su vida, su cuerpo, su edad, pero se fortaleció en fe y tuvo una plena confianza de que Dios sí podía hacer algo en su vida. Si él hubiera ido con el doctor, le hubiera dicho no hay esperanza, pero Abraham creyó en Dios antes que en los hombres

Dice el versículo Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.No solamente estaban viejitos, había un problema con Sara, era estéril. Pero Abraham creyó en Dios, creyó en esperanza contra esperanza. ¿Cuál es tu esperanza? ¿Es una esperanza terrenal o sublime? Debemos recordar que nuestra esperanza debe estar en Él. 

Romanos 4:20 dice: “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,La palabra incredulidad significa sin fe, se menciona 11 veces en la Biblia y las 11 veces están solamente en el Nuevo Testamento y cuando nos habla la Biblia de incredulidad es simplemente no tener fe. El cristiano debe tener fe porque ya creyó en Dios, pero le decimos al Señor: “Yo confío y pongo mi alma en tus manos, te la doy, confío en ti”, pero de repente vienen los problemas y Dios dice: “Confía en mí, tienes fe de que soy tu salvador, que yo te doy vida eterna, ¿Cómo es que en esto que es menos increíble digas que no tienes fe? porque esa incredulidad al paso del tiempo, cuando no estamos haciendo ese ejercicio, nos estamos debilitando, cuando no nos fortalecemos, nos estamos debilitando, cuando no venimos a la iglesia, cuando no leemos la Biblia, cuando no oramos nos estamos debilitando. ¿Qué podemos hacer? Leer la Biblia, así de sencillo; Ora, lleva un cuaderno en donde pones la fecha y petición. George Müller tenía muchos cuadernos y se dice que más de 50,000 peticiones que él pidió a Dios escribiéndolas directamente, Dios las contestó porque tenemos un Dios que contesta la oración.

Dice la Biblia en 1 Timoteo 4:7 Ejercítate para la piedad; Si haces ejercicio vas a estar fuerte. Ejercítate en las cosas de Dios, si te ejercitas en las cosas de Dios vas a fortalecer tu fe, no vas a andar como alguien que dice que su fe está muy débil, tu fe se va a fortalecer y cuando venga el dardo, alguna situación tu digas: “Dios es bueno, Dios sí puede, yo no puedo, pero él sí puede.”  

Dios les dio a Isaac, el hijo de la promesa.