No os conforméis

Efesios 4:1-2

1 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,

2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,”

Hoy en día vemos que nos conformamos como estamos y decimos simplemente “así soy”, escuchamos de la Palabra de Dios pero no hay un cambio en nuestra vida, parecemos como estatuas cuando vamos a la iglesia y hacemos caso omiso a la Palabra de Dios pero siempre la Biblia nos va a querer hablar algo. Si usted abre su Biblia en cualquier página le aseguro que Dios le va a hablar quizás es un área que está batallando o un área de su vida que conoce en lo íntimo, por eso es necesario que no estemos conformes a cómo estamos.

Como cristianos debemos de seguir creciendo a la imagen y ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, debemos de poner en práctica lo que la Palabra de Dios nos enseña, lo que Jesús nos puso por ejemplo, porque hay “cristianos” que dicen “es que yo soy así”, “nadie me va a cambiar” “Dios me hizo así” y se cubren bajo la sangre de Cristo al decir eso pero Dios quiere que cada día haya un cambio en nuestras vidas y reflejemos un cambio, que no sea solo ir a la iglesia por ir sino que vayamos con un corazón dispuesto a cambiar y a aprender algo y preguntarle a Dios ¿Que es lo que me quieres enseñar? Pero tal vez antes de llegar a la iglesia hay problemas en la  casa, en nuestro corazón, en nuestra mente, tal vez estamos batallando con algo y eso impide que pongamos nuestra atención a lo que Dios quiere decirnos. 

Cada día debemos de morir a nuestros sentimientos a nuestras pasiones porque este cuerpo es pecador y busca los deseos de la carne todo lo contrario a lo que Dios le agrada por eso debemos someternos a la voluntad de Dios.

Nuestro máximo ejemplo es nuestro Señor Jesús y bendita gracia de Dios que nos hizo aceptos hacia él, y dio su vida por nosotros muriendo en la cruz, perdonando cada pecado por nosotros y nos adoptó como sus hijos porque yo no creo que el hijo pródigo al regresar con su padre no hubiera hecho un cambio en su vida. Tal vez veía a su padre con indiferencia pero él regresando a su casa fue un excelente hijo; tal vez antes quería hacer nada en su casa pero después sí sabiendo que después de todo lo que él hizo su padre lo seguía amando y esa debería de ser nuestra actitud de que si ya estuvimos en el mundo y conocimos de ese pecado, vivimos en nuestros deleites, haciendo lo malo ahora debemos de regresar a Dios pero lo que pasa es que muchas veces actuamos como el hermano del hijo pródigo y hasta nos da envidia y celos cosa que no debería de ser así.

Si usted está con un corazón indiferente Dios no va a hacer una obra en usted, debe de haber un corazón contrito y humilde para que Dios pueda hacer una obra. Yo le invito para que abra su corazón a lo que Dios le quiere hablar.

Quiero hablarle de algunas cosas para seguir creciendo y no conformando a nuestro propio YO. Necesitamos cada día tomar decisiones y decir “No voy a pecar”. 

1. Crecer en amor

Efesios 4:2 dice con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, Debemos de seguir creciendo en amor. Romanos 13:9 dice, Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y Mateo 22:34-39 “Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Y es que necesitamos crecer en amor para poder seguir adelante.

Si no tenemos amor los unos con los otros la iglesia no va a poder seguir adelante, por eso muchas veces la obra de Dios cesa porque tal vez hay pastores y misioneros que no están de acuerdo en hacer algo grande para Dios y no tiene amor por la obra de Dios y mucho menos por esa persona y si  amamos a Dios sobre todas las cosas no vamos a pecar contra él y no vamos a hacer algo que va en contra de su Palabra e igualmente con nuestro prójimo si sabemos que una palabra es ofensiva a nuestro hermano no la vamos a estar diciendo. Si sabemos que la envidia está mal no vamos a tener envidia de nuestro hermano, si la amargura está mal no vamos a estar amargado con nuestro hermano pero muchas actuamos de una manera contraria. Debemos amar a nuestros prójimos.

Al amar a nuestro prójimo no vamos a permitir entrar a la amargura, a la ira, al enojo, a la envidia, a los celos y si Dios le proveyó algo vamos a decir “¡que bendición!” pero si no lo amamos decimos “De seguro se lo robó”, “quien sabe que andara haciendo que tiene tanto dinero” pero muchas veces son bendiciones de Dios y por no amar a nuestro prójimo pensamos lo contrario y pensamos que estamos bien cuando estamos mal.

Dice en Romanos 13:10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. y 1 Juan 4:20 dice Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y eso es cierto si no amamos a nuestro prójimo es un claro ejemplo de que no estamos haciendo la voluntad de Dios, de que no estamos creyendo lo que la Palabra de Dios dice y no nos engañemos, realmente sabemos cómo andamos.

2. Crecer en paciencia

Dice Efesios 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, ¿Y cuánta paciencia nos hace falta tener? Lo digo por mi, yo soy bien impaciente.

La Palabra de Dios dice en Santiago 1:2-3 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” Necesitamos paciencia para la vida cristiana, para soportar las aflicciones que vengan a nuestra vida, para soportar las tentaciones y las pruebas.

Muchos queremos paciencia pero no queremos pasar por pruebas y tristemente para que uno crezca en paciencia tiene que pasar por pruebas, quizás con el fallecimiento de un conocido o alguna enfermedad, Dios tiene que hacer algo en nuestra vida para que tengamos paciencia y aprendamos a confiar en él.

Dice la Biblia “soportándoos con paciencia los unos a los otros” Va a haber disensiones, es lógico, cada uno tiene un pensamiento y sentir diferente y es por eso que debemos de ser pacientes y aun con nuestro yo personal. Pero también necesitamos paciencia unos con otros para que Dios pueda bendecirnos. Dios pondrá a prueba nuestra fe para que crezcamos en paciencia y tal vez por medio de una persona que va a estar atrás de nosotros diciéndonos, criticandonos, haciendonos y deshaciendonos y muchas veces rompiéndonos el corazón pero lo que debemos de hacer es juntarlo, pegarlo y una vez más darlo porque es lo que Dios hace con nosotros Porque de tal manera amó Dios al mundo, y ese amor se demuestra cada día simplemente con darnos un día más de vida vemos la misericordia y el amor de Dios.

Colosenses 3:12 dice Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; Lo que tenemos que hacer cada día es poner nuestra playera del amor y después nuestra chaqueta de la paciencia para que no solamente cuando andemos de buenas tengamos paciencia sino también cuando andemos de malas, cuando andemos en aflicción, cuando parece que todo está perdido en nuestra vida y Dios no está obrando tengamos paciencia y recordemos de las bendiciones que Dios nos ha dado y principalmente para no pagar mal por mal. Muchas veces por no tener paciencia al momento de que nos ofenden estamos regresando la ofensa cosa que no debería de de así. Siempre debemos de reflejar el buen testimonio de quedarnos callados y dejarselo todo a Dios.

2 Pedro 1:6 diceal conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; La paciencia va ligada con el dominio propio. Quien no tiene dominio propio no va a tener paciencia. Cada día debemos de entregar nuestra voluntad a Dios porque si no lo hacemos va a llegar la ofensa y lo que vamos a hacer es regresar la ofensa pero tenemos que tener dominio propio.

3. Crecer en humildad

Efesios 4:2 dice con toda humildad y mansedumbre, Pasa mucho y lo he visto últimamente que el hermano se cree mucho y tiene mucho orgullo y así mismo son sus hijos pero necesitamos más humildad porque no somos nada lo unico bueno en nosotros es Dios. Romanos 12:3 dice Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. No debemos de pensar ese “hermano ni me llega a los talones.” Probablemente al momento de decir eso nosotros somos peores, nadie es perfecto.

Filipenses 2:3 dice, Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; Hay una frase que dice “Todo hombre es mi maestro” y si la pudiéramos aplicar vamos a ver a los demás como a superiores a nosotros y vamos a decir hoy tengo que aprender algo de ese hermano (pero aprenda lo bueno y no lo malo). Cada uno de nosotros tenemos cualidades: muchos son trabajadores, muchos son muy pacientes, muy alegres pero no somos nada, el unico bueno es Jesús y debemos de aprender de él.

4. Crecer en perdón

Dice en Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. ¡Cuánto nos ha costado perdonar a alguien! O a alguien le costó perdonarnos alguna ofensa, algún maltrato, algún menosprecio, alguna palabra mal dicha y muchas veces hablamos por hablar y no sabemos cuánto daño estamos haciendo y vivimos con ese enojo de decir “me ofendieron” ya no vemos al hermano de la misma manera, ya no le queremos saludar, es más le sacamos la vuelta porque no hemos aprendido a perdonar.

Colosenses 3:13 dice, soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.Es fácil decirlo “perdoname” pero cuando nos lo hacen si cuesta y mucho pero es necesario recordar todo lo que Dios hizo por nosotros. Cada pecado, mancha fue quitada de nosotros y en ese momento en que llega la ofensa  a nuestra vidas no la podemos detener pero podemos cambiar cómo actuamos y en lugar de enojarnos y responder simplemente debemos perdonar y olvidar. Dice la Biblia en Mateo 18:21-22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Lo que el Señor Jesús estaba diciendo que no hay un límite para perdonar si le ofenden debe de perdonar y si le vuelven a ofender vuelva a perdonar.

Muchas veces actuamos conforme a nuestro enojo. Vamos a la iglesia y en lugar de que vayamos felices, que le vamos a cantar a Dios, que le vamos a pedir al pastor un buen consejo, que vamos a escuchar la palabra de Dios por causa de que no hemos perdonado a alguien eso está en nuestra mente y le ponemos cara de fuchi y actuamos como niños porque no aprendemos a perdonar “Es que el hermano no me saludó” “Es que le preste dinero y no me lo regresó”.

La ofensa no la podemos detener pero sí podemos cambiar cómo reaccionamos debemos de perdonar y olvidar pero eso va depender de nosotros en que eso nos va a afectar o no porque muchas veces por no perdonar vamos a la iglesia con el semblante decaído, no saludamos a nadie y como alguien nos ofendió así tratamos a nuestra familia y se vuelve tema de conversación en cada comida. Debemos de aprender a perdonar, pero para perdonar necesitamos amor, paciencia y humildad.

No debemos de quedarnos estancados sino que cada día debemos de morir a lo que batallamos, a nuestro yo, a los deseos mundanos para que podamos aprender a amar a nuestros hermanos, a ser pacientes, a ser humildes y a perdonar.