La Fe de los menos conocidos

Hebreos 11:31-40

31 “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.

32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 

33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 

34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 

35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. 

36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 

37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 

38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

39 Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 

40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.”

Probablemente hemos escuchado la historia de aquel hombre que se le conoció como el padre de los huérfanos. George Müller en 1832 se mudó a Bristol, Inglaterra para comenzar a trabajar en la capilla Bethesda, más tarde para dar evidencia del Dios vivo comenzó a publicar reportes de las bendiciones recibidas y las respuestas a sus oraciones. Entre ellas, la de suplir las necesidad del ministerio de huérfanos. El trabajo de George y su esposa con huérfanos comenzó en 1836, con la adecuación de su propia casa alquilada para el alojamiento. Comenzaron con treinta niñas. Al paso del ministerio de este hombre, alcanzó a más de diez mil huérfanos en Inglaterra por causa de que estaba amando a la gente en necesidad. Pero una de las cosas que podemos ver en la vida de Geroge Müller era la fe que tenía en Dios. A pesar de todas las dificultades, las necesidades de los niños, Geroge Müller nunca solicitó apoyo financiero, no se endeudó, ni pidió apoyo del gobierno. Muchas veces recibía donaciones de alimentos no solicitados, solo unas horas antes de que fueran necesarias para alimentar a los niños.

Geroge Müller oraba constantemente para que Dios tocara los corazones de la gente que iba a donar. En una ocasión se habían sentado todos los huérfanos, todas las trabajadoras, incluso el mismo pastor George Müller para comer, pero había un detalle, no había comida. De tal manera que él dijo que iba a orar para que Dios proveyera de alimentos y Dios los bendijera. En ese momento, todos cerraron los ojos y George Müller empezó a hacer una oración y dijo: “Gracias mi Dios porque has provisto de los alimentos que aunque no los podemos ver, sabemos que tú los vas a proveer.” Acabó de hacer la oración y llegó alguien a tocar la puerta, era un panadero al que se le había destruido la carreta, y no podía llegar y donó todo el pan. Comenzaron a meter las canastas y tan pronto se oyó que alguien decía: “Señor Müller, mi carreta se acaba de averiar, ya no vamos a poder llegar a donde tenemos que entregar la leche, ¿se la podemos donar a ustedes?” Empezaron a meter la leche y nada más habían pasado unos minutos de la oración,estaba el comedor lleno de alimentos para los niños huérfanos y él decía “Gracias a Dios porque nosotros creíamos que iba a suplir aun antes de que lo pudiéramos ver.”

Hay dos cosas en esta vida que impresionan a Dios, una de ellas es la fe y la otra es la fidelidad. No podemos impresionar a Dios con nuestras acciones, o por lo que tenemos, por lo que pudiéramos decir que somos, esas cosas no impresionan a Dios.

En Hebreos 11 nos enseña que es la fe y la fe puesta en acción por aquellos que también conocemos como héroes de la fe. Siervos de Dios que marcaron la historia, es fácil recordar aquellos personajes como: Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, Esaú, José, Moisés, Rahab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Es fácil recordar a aquellos personas que Dios usó grandemente para hacer cosas impresionantes, milagros de parte de Dios, pero nota lo que dice el versículo 35Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros […] El versículo 36 dice: otros y muchas personas de la Biblia no están escritas sus nombres, pero ciertamente fueron personas que fueron usadas por Dios por estas dos características que mencioné: La fe y la fidelidad.

Quiero hablar de este tema: La fe de los menos conocidos.

1.  La familia de Noé

Dice Génesis 6:11-17 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Quiero que veamos la fe de la familia de Noé.

Muchas veces hemos hablado de esta gran hazaña que el siervo de Dios hizo. Noé tuvo fe en aquello que Dios le había mostrado que iba a hacer y sabemos que aquellos tiempos no existía la lluvia. Este mandato que Dios le estaba diciendo era que hiciera una arca porque vendría un diluvio que destruirá todas las cosas vivas, era algo difícil de creer y esa es la razón por la cual la gente no creía la predicación de Noé pero hubo unas personas que sí creyeron, siete personas que entraron al arca aparte del siervo de Dios.

La primera fue la esposa de Noé. Me gusta imaginar algunas historias de la Biblia. Imagina cuánto tiempo Noé se tardó en construir el arca. Habían pasado cien años aproximadamente desde que  Dios le dijo que construyera el arca hasta que vino el diluvio. Por cien años la esposa de Noé lo veía cada día salir a trabajar, ir a cortar madera, ir a buscar la manera de proveer de las necesidades de su casa y estar trabajando un día, un año, y luego otro, y luego diez años, veinte años, treinta años, y probablemente la esposa de Noé recibía burlas cada vez que a lo mejor iba al mercado la gente le decía “Tu esposo ya se volvió loco. ¿Para qué un barco gigante si no cae una gota del cielo?” Y es probable que la esposa de Noé haya tenido dudas y se haya preguntado: “¿Será que está haciendo bien mi esposo?” Pero una cosa que hizo fue permanecer fiel, siguió adelante creyendo y apoyando a su esposo, porque este hombre no hubiera llegado a cumplir el mandato de Dios sino fuera por su esposa. Hay un dicho “Detrás de un hombre hay una gran mujer” y realmente un siervo de Dios no puede ser un siervo de Dios si su esposa no lo está apoyando. En este casó, Noé tenía una esposa que tenía fe, que había creído en él , tenía hijos que tenían fe. Una cosa es obedecer y otra someterse porque Noé no pudo haber hecho toda la obra solo, él necesitaba quien le ayudara, y cuando empezó a hacer ese trabajo le decía a sus hijos: “Vamos a ir al bosque y vamos a cortar unos árboles porque vamos a construir el arca” y quizás sus hijos en algún momento pensaban “¿Qué caso tiene hacer esto?” Pero al ver la fe de su padre decidieron someterse a la voluntad de él. comenzaron a hacer las cosas de manera distinta porque una cosa es hacerlo y otra hacerlo con amor. 

Sus hijos habían comenzado a trabajar con su padre, diciendo: “Lo vamos a hacer porque amamos a Dios y amamos a nuestro padre.” La fe de estos jóvenes no se expresa en la Biblia, pero se ve el resultado al entrar por esa puerta en el arca el día que Dios traería destrucción a este mundo.

No solo la fe de ellos, también la fe de las nueras de Noé. Ciertamente su familia estaba ligada a Noé, pero sus nueras no. Ellas empezaron a aprender las necesidades que había de otros, la fe y el trabajo de su suegro, el trabajo de sus esposos y a través de esto decidieron apoyar, empezaron a hacer la obra de Dios juntos. Fácilmente pudieron haber dicho: estamos con unos locos, los dejamos, pero no fue así. Ellas empezaron a renunciar a los prejuicios, a las influencias familiares, a dejar a un lado aquellos comentarios negativos que en muchas veces en nuestra vida cristiana así van a llegar. 

Cuando empezamos a llegar a la iglesia, a veces nuestra propia familia nos desanima, nos dice: “¿Para qué vas a la iglesia? Si ya conocemos que eres un borracho, un mentiroso, un flojo.” Y muchas veces la familia nos desanima de servir a Dios. He visto que a veces jóvenes que rinden su vida para servir a Dios de tiempo completo, animados y deseosos de hacer algo para Dios, llegan a su casa y dice: Papá, mamá voy a ser un misionero y a veces los mismos papás le dicen: “Se te va a pasar, es una emoción, mejor ponte a estudiar, vas reprobando, no eres bueno para nada. ¿Qué vas a estar yendo de misionero?” y a veces jóvenes que tenían deseo de servir a Dios son desanimados por la familia.

2.  La fe de los israelitas con Moisés

Dice Éxodo 14:13-15 Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 

Nos encontramos con una historia de victoria que hasta la fecha recordamos del poder de Dios. Aquellas personas que habían estado en opresión por tanto años, 430 años de opresión por los egipcios, dice la Biblia que iban a salir libres conforme a la promesa de Dios, pero algo que podemos ver es que esta gente había estado muy oprimida por tanto tiempo que su fe había sido alterada. La gente tenía aflicciones, estaba trabajando día y tarde y su consuelo era un poco de descanso en la noche, un poco de paja y alimento y nada más eran personas que tal vez no tenían oportunidades, aspiraciones y Moisés el siervo de Dios les dice: “Pueblo de israel, Dios te va a dar libertad, a la tierra que fluye leche y miel, solo tienen que creer en la palabra de Dios.” 

Me acuerdo de iglesias predicando la palabra de Dios, pero hermanos oprimidos, miembros de la iglesia que quizas estan tan metidos en las necesidades cotidianas y quizás venimos y escuchamos palabra de Dios y en nada nos afecta porque estamos oprimidos. Pero aquellas personas, a pesar de su opresión quisieron tener fe en Dios y dijeron: vamos

Una cosa que puedo notar es la fe independiente de la edad. Muchas veces pensamos “Es que es muy chico, ¿que puede hacer? Este es muy grande ¿ya que puede hacer?” Eso es una mentira del diablo. La fe de un niño, la fe de un anciano es igual de valiosa para Dios y a veces pensamos que no podemos hacer nada, que ya estamos grandes, que somos débil, pobre, o enfermos pero son simplemente engaños del diablo en la vida del creyente para que no hagamos algo para Dios. Aquellas personas que estaban oprimidas, que estaban siendo atormentadas por los egipcios, estaban con la oportunidad de ver la mano de Dios si creían. En ese momento delante del mar rojo tomaba la decisión de cruzar o quedarse.

Lo que la iglesia necesita es hermanos orando, hermanos que estemos entregados a la oración porque lo creemos de verdad, que Dios hará algo, pero desgraciadamente se cree que el cristiano promedio ora en la semana diez minutos. Esto abarca desde que nos paramos y damos gracias por la vida, por los alimentos y cuando estamos en la iglesia. Es una cantidad muy pequeña y ¿qué demuestra nuestra poca cantidad de oración? Nuestra poca cantidad de fe. Necesitamos arrodillarnos en nuestras casas media hora, una hora y pedir por la gente de la iglesia, por la salvación de aquellas personas perdidas en este mundo, que Dios use la iglesia para que seamos un faro de luz, pero la verdad es que no oramos. 

La gente que estaba ahí, ya fuera niños o de la tercera edad dijeron: “Señor, creemos en tu palabra, vamos a cruzar el mar Rojo”, y dieron unos pasos, empezaron a llegar en medio y probablemente había dudas, miedo, pero fe no es no tener dudas, fe es actuar a pesar de las dudas que tengamos y aquellas personas empezaron a poner su fe en práctica. Lo que muchas veces no estamos haciendo es eso, poner en práctica nuestra fe porque podemos decir yo lo creo, pero si no lo estamos haciendo como decía Santiago: La fe sin obras es muerta. Podemos decir que la salvación es lo más valioso en esta vida, pero nos estamos afanando por tener un mejor sueldo, una mejor casa, un mejor coche, un mejor prestigio con la fe, vendemos nuestra convicciones afuera para que nos digan amigo, que no somos como esos santos que se la pasan siendo unos hipócritas y vendemos nuestras convicciones por falta de nuestra fe. Necesitamos poner en practica nuestra fe porque una de las cosas que impresionó a Jesús fue ver la fe de aquellas personas que probablemente no valían para los judíos, pero la fe de los poco conocidos para Dios es importante. La fe de un niño, de un anciano o de cualquiera de nosotros que quizás no vamos a ser reconocidos como un gran conferencista pero delante de Dios la fe de un cristiano es valiosa. Pongamos en práctica nuestra fe.

3. La esposa de Job

Job fue un hombre que nos muestra que el sufrimiento tiene un propósito en las manos del Señor. Job 2:5-9 “Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. 6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza. Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.”

A diferencia de la esposa de Noé, es una situación muy distinta. Lo que a veces nos hace mostrar nuestra verdadera naturaleza son las adversidades, si todo va bien  decimos: Gloria a Dios, ¡Él es bueno! Pero cuando las cosas se tornan difíciles, ¿cómo reaccionamos? La esposa de Job estaba mirando al amor de su vida, al hombre con quien había decidido pasar el resto de su vida, había perdido a sus hijos, todas sus posesiones, absolutamente todas las esperanzas terrenalmente hablando y ahora estaba perdiendo a su esposo con una enfermedad que cualquiera pensaría que moriría. Cuando la esposa de Job estaba mirando todo ese sufrimiento, estoy seguro no dejó de creer en Dios, a pesar de todo el dolor reconocía a Dios y le dijo a su esposo “Maldice a Dios, y muérete.” La razón por la que dijo estas palabras era por el sufrimiento que tenía. Al ver a su esposo desecho, sin nada que pudiera hacer le decía: Ya mejor dile algo a Dios, para que él te quite la vida y te quite todo este sufrimiento de una vez. Porque no soportaba ver el dolor de su esposo, ya era suficiente el dolor que tenían por todo lo que habían pasado y no lo podía soportar.

Cuando uno se casa sabe de qué está hablando aquí la Biblia. Cuando la esposa o esposo o los hijos están sufriendo uno dice que se me pasara su enfermedad a mí, pero que ellos no sufran. Hemos tenido ese sentir porque amamos a la familia. Así la esposa de Job decía: “¿Por qué le está pasando todo? Si es un hombre temeroso de Dios, apartado del mal mejor que se vaya a la presencia de Dios de una vez.”

La fe de la esposa de Job ante la incertidumbre es algo que impresiona. Ella pudo haberse apartado, haberse ido con sus papás y ya no ver sufrir a su esposo, pero se quedó ¿y cómo crees que este hombre sobrevivió todo este tiempo? Buscó la manera de conseguir algo, quizás iba con sus vecinos a pedir ayuda, y quizás buscando algún remedio para todo el dolor que tenía. Se dice que era una enfermedad llamada elefantitis por la cual su cuerpo empezó a crecer, no podía mover sus dedos por eso agarraba un palo y se rascaba y su esposa buscaba la manera de ayudarle 

Necesitamos que antes de la incertidumbre permanezcamos, que cuando no sepamos qué cosas van a pasar, nos quedemos, cuando las cosas se ponen difíciles digamos: Yo no sé porque está pasando esto pero yo voy a confiar en Dios y voy a serle fiel. Una cosa interesante es que no había una garantía de que iban a ser restaurados y a pesar de todo eso, ella quiso confiar en Dios porque el cristianismo no es condicional, es un asunto de fe. Yo no decido ser cristiano si me va bien, yo debo ser cristiano porque Dios así me lo ha dicho, porque he decidido creer en un Dios bueno y soberano, que aun cuando no entienda las cosas que están pasando, le voy a dar la gloria a Él. Quizás la gente nos va a decir que estamos locos, pero que seamos locos para el Señor, que decidamos hacer su voluntad.

Cuando decidimos poner nuestra confianza en el Señor, Él nunca nos va a defraudar. Mira lo que dice al final de esta historia. Dice Job 42:10-13Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro. Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas,  y tuvo siete hijos y tres hijas.

Esta mujer pudo haberse apartado, pero al final vio la misericordia de Dios. Dios les había dado el doble porque Dios es bueno. La pregunta es ¿Vamos a ser fieles o vamos a apartarnos ante la dificultad e incertidumbre?.

Muchas veces venimos a la iglesia y pensamos que no somos valiosos, a los ojos de Dios somos tan valiosos que entregó a su hijo por nosotros. Venimos a la iglesia y quizás pensamos ¿hago la diferencia en esta iglesia? Tú decides si vas a hacer la diferencia o no. Hay muchos en la iglesia que estamos por causa de una mamá que no dejó de orar por nosotros, y la fe de una mamá ha hecho que estemos muchos de nosotros. Muchas veces pensamos que nuestra fe no va a hacer la diferencia, pero déjame decirte que sí puede hacer la diferencia, simplemente hay que creerlo.

Mateo 10:40-42 dice: El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Lo que hagamos si lo hacemos para Dios, para el Señor cuenta. Tal vez nadie se va a dar cuenta pero Dios sí, tal vez nadie te va a aplaudir, tal vez en la iglesia no van a poner tu foto, pero Dios no te va a dejar sin recompensa si lo estás haciendo con fe. Cuando tú estás orando en tu casa por otros, Dios no te va a dejar sin recompensa, pero a veces pensamos que no vale la pena y es la razón por la que muchas veces no estamos actuando, trabajando, orando, no nos estamos involucrando con las cosas del Señor, y debemos tener cuidado porque cuando empezamos a hacer las cosas para ser vistos de los hombres no vamos a ganar nada. Nuestra recompensa ya está ahí, pero cuando lo hacemos para Dios, Él paga mejor, Dios no es deudor de nadie.

¿Vale la pena? Sí vale la pena. Ora, trabaja, ven a la iglesia para Dios. Estamos en tiempos en los cuales venimos a la iglesia porque es una costumbre. Si tú estás viniendo a la iglesia porque quieres alabar a Dios, porque le amas, porque es un mandato y lo haces de corazón, Dios te va a bendecir, pero si lo haces de mala gana, Dios no va a hacer nada por ti, en su misericordia te va a ayudar, pero Dios tiene cosas grandes para nuestras vidas si nosotros nos aferramos a Él, si tenemos fe en Él.

Dice la Biblia en Hechos 2:43-47 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Una de las cosas que podemos encontrar en los inicios de la iglesia es que esas personas tenían fe. Ellos querían dar, participar, estar cada día en la iglesia, querían estar en comunión. La fe de una iglesia local se refleja. Muchas iglesias tienen bendición de Dios por causa de que están poniendo su fe en práctica porque han decidido creer y son iglesias bendecidas, que están creciendo, que están haciendo la obra de Dios, pero las iglesias que deciden no creer serán iglesias que desgraciadamente en un tiempo terminarán desapareciendo y es por causa de que la iglesia no está practicando la fe. Nuestra fe cuenta para Dios, nuestra fe es valiosa para Dios.

Hebreos 11:35-36,38Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Ciertamente nuestro nombre no está escrito en la Biblia, pero yo quisiera pensar que cuando la Biblia habla de otros creyentes que pusieron en práctica su fe para hacer la diferencia en este mundo, quisiera que así me viera Dios, que tal vez aunque no estamos escritos en la Biblia, estemos escritos en la memoria de Dios. Hagamos lo posible para alcanzar la bendición de Dios por causa de que fuimos fieles y tuvimos fe, aunque nadie lo sepa, Dios lo sabe.

Si crees esto, haz lo posible para que la fe de los menos conocidos sea la fe que mueve este mundo.