Los Requisitos del Diezmo

Malaquías 3:10

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

Dice: Traed y esta palabra significa simplemente hay que traer. Parte del diezmo es que hay que traerlo. El pastor no va a ir por él; la iglesia no va  enviar a alguno de los jóvenes, hay que traerlo.

El diezmo tiene que ser apartado. 1 Corintios 16:2 dice:Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.¿Cuál es el primer día de la semana? El domingo y ¿por qué el primer día de la semana? Fue un domingo cuando Jesús resucitó y donde los cristianos se estaba reuniendo y Pablo escribió a la iglesia de Corinto “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo,” El diezmo no solo hay que traerlo, también hay que apartarlo y nos está hablando del diezmo, pero ¿cuándo se puede hacer? Se puede hacer en domingo y una ofrenda, sea una ayuda como aquí que querían ayudar a la iglesia de Jerusalén o el diezmo es algo que se puede apartar. 

1 Crónicas 29 nos habla del tiempo en que David está a punto de construir el templo. Sabemos que finalmente no fue David quien lo construyó, sino su hijo Salomón. David tenía toda la intención, había preparado y había guardado mucho oro. El versículo 4 dice: tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas;Un talento de oro era aproximadamente lo que es un garrafón. Imagínate si te encuentras un garrafón lleno de monedas de oro y ¿cuánto dio David? Dio tres mil garrafones, es aproximadamente cien toneladas de oro. Era mucho oro.

1 Crónicas 29:1-8 dice:

1 “Después dijo el rey David a toda la asamblea: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Jehová Dios.” Esta palabra ‘casa’, interesantemente no es una palabra como home o casita. David usa una palabra de Persia que significaba palacio y él está diciendo: Este palacio, este lugar enorme es para Dios.

2 “Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.” El reunir lo que David reunió era un esfuerzo.

3 Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios: ¿En dónde está nuestro afecto? El afecto de David estaba en la casa de Dios.

4 “tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas; 

5 oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién quiere hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?

6 Entonces los jefes de familia, y los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente. 

7 Y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro. 

8 Y todo el que tenía piedras preciosas las dio para el tesoro de la casa de Jehová, en mano de Jehiel gersonita.” 

Esto no era un diezmo, pero podemos notar el deseo de David y del pueblo para dar a Dios. ¿Qué tanto tenemos ese deseo, esa generosidad y esa manera de sacrificar? Dice la Biblia que ellos dieron voluntariamente, lo prepararon y lo tuvieron que traer.

Uno de los requisitos del diezmo es que es para los hijos de Dios. Deuteronomio 14:22 dice: “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.” Si Jehová es tu Dios, y tú eres hijo de Dios debes dar esto. Antes solamente había un pueblo elegido y Jehová solamente era Dios, por decirlo así, de los israelitas, los gentiles no tenían acceso, no tenían parte de esta gran familia. El versículo 23 dice: “Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.”

El diezmo es para los hijos de Dios. Vimos en 1 Crónicas 29 que David hablaba a la congregación. En Malaquías 1:1 dice: “Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías.” Una profecía normalmente no comienza así, pero Israel se había apartado tanto de Dios que en Malaquías encontramos una y otra vez a Dios diciendo: Ustedes han pecado. 

Dice Hebreos 7:8 “Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.” Dice reciben, no recibían. Si el diezmo era algo que se olvidó en Malaquías, 400 años antes de Cristo, y pudiéramos decir: “Bueno, 400 años antes de Cristo dijo Traed,” pero en Hebreos está haciendo nuevamente referencia al diezmo. Hebreos se escribió entre los años 60 y 70 después de Cristo. Cristo ya había muerto y cuando el autor de Hebreos escribió “Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales” haciendo referencia que aún es una práctica, ¿solamente para los judíos? 

Hechos 10:1-2 dice: “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.” No era precisamente el diezmo, pero una persona que no era judía, pero estaba dando de su dinero aún al pueblo judío. Ve lo dice el versículo 31 “y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios.” Ese dinero que Cornelio daba no era un dinero desperdiciado, sino que Dios escuchó sus oraciones y vio su deseo de dar. Ahora que somos hijos de Dios debemos tomar parte del diezmo. 

Jesús dijo una parábola en Lucas 18:12 “ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.” Jesús no hace una referencia de algún sacerdote o una parábola que se refiera a lago que había pasado hace muchos años, sino que está hablando esta parábola haciendo referencia a los días, a las actividades y personajes que había en esos días, y en esos día había fariseos y ese fariseo dice: “Yo que estoy ayunando y diezmando seguramente Dios me va a escuchar”; pero el publicano que era un representante romano, que recogía el dinero del pueblo no era muy querido y a veces se le daba como un pecador por trabajar para los romanos, pero él decía: “Dios, sé propicio a mí, pecador.” El Señor Jesús está diciendo: “El publicano va a ser más prontamente oído que el fariseo”; pero no está diciendo que los diezmos del fariseos no iban a ser recibidos; era algo digno de hacer y de dar. Pero si alguien dice: “Pastor, yo no estoy muy de acuerdo con el diezmo.” Bueno, dicen los versículos 18-22 “Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. ”

Entonces, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, ¿Qué prefieres? Y no es una opción  de preferencia y decir: ahora sí doy el diezmo, pero este hombre rico, en cierta manera un poco de su orgullo espiritual decía: Yo ya he hecho todas esas cosas y el Señor Jesucristo el dice: Te falta algo, vende todo lo que tienes  y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. ”

Jesús no está hablando que si te haces pobre iras al cielo o que si vendes todo te irás al cielo, sino que está viendo un poco del orgullo que este joven tenía y a veces Dios ve el lugar en donde estamos faltando y dice: “A ver, en esta área de tu vida no andas tan bien, tienes que cambiar esto, y ahí vas a encontrar bendición.” ¿Qué área de tu vida necesitas cambiar o aun dar? Entonces si no estás muy de acuerdo en el diezmo, aquí tenemos unas opciones.

El diezmo es la décima parte de lo que ganamos. Para mí es más fácil dar el diezmo que ganar almas, levantarse el sábado, venir a la iglesia, tener el devocional, luego salir y en medio del calor, y luego nos gritan y regresar después de una hora o dos y el diezmo nada más abro mi aplicación y veo cuánto gané y entonces doy la décima parte y se envía. En la practicidad es más sencillo diezmar que ganar almas. Es más sencillo que leer la Biblia. Leer la Biblia me lleva mínimo 30 minutos. Dar el diezmo es más fácil que orar, pero dice la Palabra de Dios: Traed todos los diezmos al alfolí. 

De tal manera que el requisito del diezmo es que si somos hijos de Dios, si Dios nos ha provisto.

En 1 Crónicas 29:9 dice: “Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.” Otro de los requisitos del diezmo es darlo de corazón. Dice en el Nuevo Testamento “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7) No le vamos a decir: “Señor, voy a dar mi ofrenda, diezmo y mi promesa de fe porque necesito que tú me des para mis necesidades y si veo que no das para mis necesidades, entonces es la última vez que te doy a ti.” Hay que darlo con gozo y trae gozo cuando lo damos al Señor. Si damos para algo que nos gusta, no decimos: “Ay compre una coca de $15.” Dios dice que no des tu diezmo con amargura, sino que es algo que damos con un corazón agradecido; porque dice David: de lo recibido de tu mano te damos, dice el versículo 9 “porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.” Y el 10 dice: “Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; Ve esta oración de David, que es una oración que cada uno deberíamos tener en nuestro corazón. “y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo;” David no dijo: “yo trabajé, tengo mucha sabiduría y por eso tengo este dinero.”  Cuando le testifique a mi abuelo hace muchos años él dijo: “Yo no necesito de Dios. Todos estos terrenos que tengo me los gané.”Pero David dijo: Todo es tuyo. “en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.”

Después de darle 8 mil talentos de oro estaban bien contentos “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.” Si hay algo que debemos recordar es que todo es Dios. Un día vamos a morir y vamos a darnos cuenta que al cielo no nos llevaremos nada y al final son cosas materiales y vamos a ver las cosas de una manera muy diferente. Pero es necesario recordar que todo es de Dios. Dar a Dios es reconocer que todo es de Dios y que lo que estamos haciendo es que estamos dado a Dios lo que Él ya nos ha dado.

Un corazón agradecido es un corazón que reconoce: Dios me ha dado tanto. Pero lo que más nos ha dado es la salvación. No hay más don o regalo más grande que la salvación. Si pudiéramos darle precio a la salvación ¿cuánto pagaremos? Pero la salvación es gratis. Romanos 3:24 dice: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, “

Hay tres maneras de dar a Dios: 

  1. El diezmo – Lo damos por obediencia
  2. Las ofrendas – Las damos porque amamos a Dios
  3. Las promesas de fe – Las damos porque amamos a las almas, queremos que más gente vaya al cielo 

Como cristianos podemos comenzar a obedecer a Dios en el diezmo; diezmamos por obediencia a Dios.