¿En qué te ayuda unirte a una iglesia? 

Hechos 2:41-47

41 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 

42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 

44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 

45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 

47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

¡Qué increíble inicio de la iglesia neotestamentaria! ¡Qué increíble poder del Espíritu Santo mostrado en Hechos 2! Dice la Biblia que acababan de bautizar a tres mil personas y estas personas se habían añadido a la iglesia y en el momento en que se añadieron dice la Biblia  en el versículo 42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros”. La palabra comunión se forma de la palabra común y unión. De tal manera que había algo en común que los unía. La palabra comunión se encuentra doce veces en la Biblia, y se usa en su mayoría en nuestra comunión con Dios ¿Sabes que deberíamos buscar tener comunión con Dios? No podemos vivir nuestra vida cristiana solamente el domingo y decir: “Hoy domingo voy a tener comunión con Dios y el resto de la semana viviré como diablo.” No podemos, debemos tener comunión todos los días con Dios. La palabra comunión viene de la palabra griega Koinonía y quiere decir compañerismo y es una palabra que en su mayoría se usa de manera teológica para expresarnos la unidad que debemos tener con hermanos y esta iglesia tenía comunión, estaban unidos y por causa de que estaban unidos, dice el versículo 47 “alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” El Señor es quien añade a la iglesia y los añadía porque había comunión, unidad; una iglesia en la cual hay unidad es una iglesia que va a ver a gente que se convierte a Cristo, una iglesia que se la pasa en pleitos y en divisiones es una iglesia que no va a ver gente convertida para el Señor; que Dios nos ayude a tener una iglesia unida.

¿Cuántas veces se repite esto? Dice el versículo 42 en la comunión unos con otros,”  el versículo 44 dice: Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; Es importante la iglesia. El versículo 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, ¿Sabes que los cristianos de antaño se reunían cada día? Ellos estaban unánimes y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón. ¿Sabes que para poder tener comunión y compañerismo no tenemos que tener una fiesta con cerveza? A veces pensamos que la única manera de divertirnos es con una cerveza; ellos se juntaban, tenían cosas en común, hablaban de cosas de la iglesia, del poder de Dios, de la transformación que Dios estaba haciendo en sus vidas. Habla lo que Dios ha hecho en tu vida, comparte lo que Dios ha hecho en tu vida.

Hechos 2:42 dice “ Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles” no quiere decir que los apóstoles tenían sus doctrinas, sino que era la doctrina de Cristo y la iglesia obedecía las instrucciones que Dios les había dado a los apóstoles, la doctrina de los apóstoles es la Santa Palabra de Dios. No solamente perseveraban en la doctrina, también en la comunión unos con otros, había algo que los unía, perseveraban en el partimiento del pan. El partimiento del pan tenía que ver con que se juntaban a comer, también habla de la cena del Señor. Dios nos dejó dos cosas que hacer: El bautismo, el primer paso de obediencia; la segunda cosa es que celebremos la cena del Señor, recordando que Cristo murió en la cruz del Calvario, que él derramó su sangre por nosotros y que un día viene otra vez. Cuando nos juntamos y celebramos podemos decir: Tenemos algo en común que Cristo es nuestro Salvador. 

“… y en las oraciones.” Era una iglesia que se juntaba para escuchar la palabra de Dios, se juntaban para tener compañerismo, para poder comer y para orar. ¿En qué nos ayuda, que tan importante es la iglesia que da esa posibilidad de tener compañerismo y unidad?

1. La unidad de la iglesia nos ayuda a que nuestras oraciones sean contestadas

Hay ciertos momentos en que vamos a necesitar que nos juntemos como iglesia para orar. Es muy diferente orar solos y sí, Dios escucha nuestras oraciones cuando estamos solos, pero Dios dice que no solamente el Espíritu Santo de Dios va a morar en ti, pero de ahora en adelante vas a tener un lugar de refugio, de oración, un lugar donde te puedes reunir con otros hermanos para orar. Mateo 18:19 dice: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.”

Dice Hechos 1:12-15 “Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.” Estaban pidiendo al Señor y dice la Biblia “En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número)” De doce pasaron a ser ciento veinte, estaban perseverando en la oración y suplicando al Señor, un versículo antes, el Señor Jesús había ascendido al cielo, se quedaron solos y comenzaron a orar, y se comenzó a juntar más gente y Dios empezó a hacer algo en ese grupo y dice la Biblia en Hechos 2:41 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” ¿Habría servido que se hubieran unido a orar? Sí.

Necesitamos orar unos por otros. La unidad en la iglesia nos ayuda a que nuestras oraciones sean contestadas.

2. La unidad en la iglesia nos ayuda a hacer más por Dios

Eclesiastés 4:12 dice: “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” Es importante la unión. A veces pensamos que lo suficiente es estar un poquito agarrados de la iglesia. Cuando tenemos problemas decimos: “ahora sí me voy a agarrar un poquito” y pensamos que con eso es suficiente. El venir y no estar integrado en la iglesia no es suficiente. Pero cuando estamos bien agarrados en la iglesia, cuando oramos unos por otros, haciendo la obra del Señor no solamente nos agarramos un poco y a veces porque no estás bien integrado pasan dos años y decimos y el hermano tal? ¿Qué habrá pasado? y es porque no estabas integrado.

Dice 2 Samuel 23:16 “Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta;” Habla de tres hombres valientes que cuando David se acordó del agua del pozo, ellos fueron, cruzaron a través de los filisteos, sacaron el agua del pozo y regresaron, pero no fue uno sino tres porque si caía uno otro le podía levantar. Hay un dicho que dice que la unión hace la fuerza, pero la discordia debilita.

Esdras 3:1 dice: “Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén.” Cuando estamos tan unidos que somos como un hombre podemos hacer más para el Señor. “Entonces se levantaron Jesúa hijo de Josadac y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.” Hace dos semanas estaba leyendo acerca de la torre en Arabia Saudita: Burj Khalifa. ¿Cuántas personas habrán construido esa torre? Creo que en un momento había 60,000 trabajando en tres turnos, levantando una torre de casi 800 metros. ¿Cómo pudieron hacerla? Se pusieron de acuerdo. Con la torre de Babel dijeron vamos a construir para ver a donde llegamos, tenían una motivación diferente, pero nuestra motivación debería ser las almas, Dios y entonces dice la Biblia  edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios. Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde.“ Y el versículo 9 dice: “Jesúa también, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombre asistían para activar a los que hacían la obra en la casa de Dios, junto con los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, levitas.” Estaban haciendo algo por el Señor

A veces nos unimos a ciertos grupos y pensamos que son cosas importantes y hacemos la asociación de salvar a los alacranes, y si quieres participar en eso está bien, pero hay cosas más importantes que salvar a los alacranes y es la obra de Dios, son las almas.

3. La unidad de la iglesia nos ayuda a no sentirnos solos

Cuántas veces en nuestra vida estamos pasando por algo y no estamos en una iglesia, no estamos en un grupo, y hay algo muy peculiar que alguien pasa en su vida. Hay personas que tienen leucemia y nunca se habían puesto a pensar en el impacto de esta en su vida y dicen: “Soy el único que tiene leucemia” y empiezan a buscar en Internet y encuentran un grupo de personas que tienen leucemia y ya no se sienten solos aunque estén como a veinte mil km de distancia. Hay otras que llegan a un momento de desesperación, de soledad en donde sienten que nadie les escucha, que nadie les hace caso, se sienten desamparados, pero hay alguien que sí les quiere, que sí los ama, que los quiere ayudar y su nombre es Jesús, pero también Jesús nos ha dado la iglesia. Saber que no estamos solos es tan importante.

Mateo 28:20 dice: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Si hay alguien que quiere estar con nosotros es Jesús. Hageo 1:13 dice: “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.” Ciertamente Dios está con nosotros, Él no nos desampara. Santiago 5:16 dice: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” La Biblia dice orad unos por otros. En Hechos dice que ellos persistían en la oración porque estaban ganando al mundo para Cristo, querían seguir adelante en la obra de Dios y estaban viendo a cientos de personas unirse a la iglesia, pero cuando estamos pasando por alguna necesidad, no sentimos tantas ganas como para orar para que cientos de personas sean salvas, cuando estamos desanimados no es lo mismo, pero dice la Biblia: Orad unos por otros. Qué bendición es cuando podemos orar unos por otros porque ya no nos sentimos solos, sabemos que Jesús está con nosotros y qué bonito saber que Dios está con nosotros y es bonito cuando estamos ahí en cama enfermos y recordamos que el Señor está con nosotros y por veinte minutos nos sentimos bien y después decimos: “no te veo Señor”, pero después alguien nos llama y dice que va a orar por nosotros y ya no nos sentimos tan solos. 

La primera parte dice: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros” ¿Qué querrá decir? Cuando algo pasa en nuestra vida, quizás durante la semana no fuimos tan fuertes, podemos ir con algún hermano y decir: “Fracasé, ore por mí porque volví a tomar” y así estamos confesando, no para que el hermano nos perdone, sino que hicimos algo, pasó algo en nuestra vida y puedo ir con el hermano, pero no con cualquiera, vas a ir con tu amigo hermano, con el que te sientes más cercano: “Ora por mí porque volví a fumar”, “Ora por mí porque tengo la tentación.” Estaba platicando con alguien y me dijo: “Pastor ahí enfrente estaba la tentación y se me hacía agua la boca de la caguama y le dije a un hermano que me comprara un jugo.” Este hermano estaba confesando sus pecados, estaba confesando su tentación y cuando estamos en ese momento tenemos la iglesia.

¿Por qué vamos a amar a nuestra iglesia? Porque es un lugar donde nuestras oraciones pueden llegar al Señor, dónde estamos unidos y podemos hacer más por el Señor y es un lugar en donde no nos sentimos solos, hay alguien que puede orar por nosotros y a la misma vez confesar nuestras ofensas y pedir ayuda.

Dice la Biblia si ves a alguien que está caído dale la mano; al que está caído levántalo. Es un lugar donde no estás solo; por eso amo a mi iglesia