Dios, Nuestro Padre

El Padre nuestro no solamente nos enseña a orar porque creo que debemos aprender a orar, muchos no nacimos orando ni sabiendo qué es la oración. Aquellos que crecimos en un hogar cristiano, escuchamos a nuestros padres orar, estuvimos en una iglesia y escuchamos a personas orar y cuando se nos pide orar, creo que sabíamos cómo orar. Por ejemplo cuando le pedíamos a nuestros hijos orar por los alimentos u otras cosas  y quizá ellos no se acuerdan cuando fue que hicieron una oración. No recuerdo cuando hice una oración en público, y si tu fuiste salvo después de los veinte años y te pidieron orar en público tal vez dijiste: ¿Qué digo? ¿Cómo oro?

Aquí tenemos una oración que es el Padre nuestro

Dice Mateo 6:5-8 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, Una diferencia sería amar el orar. Todos deberíamos amar el orar, pero ellos no amaban orar, sino que ellos amaban el orar en pie ¿Por qué? para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa”. Tú y yo tenemos recompensa por orar porque tenemos un Padre celestial que escucha nuestra oración. 

Imagínate que el Señor Jesucristo estuviera diciendo esto de ti y de mí porque en algunas ocasiones nos gusta ser vistos de los hombres, nos gusta que si vamos a hacer algo, por ejemplo lavar los baños nadie nos va a ver, pero si nos piden limpiar el púlpito, vamos a decir: “Lo voy a limpiar cuando haya gente que me vea para que vean que buen trabajador soy”. De tal manera que a estas personas les gustaba ser vistos por los hombres.

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Nuestro Padre celestial quiere que oremos en secreto a él, quiere que vayamos a él y le reconozcamos. Daniel oraba tres veces al día y aun cuando en el decreto del rey decía que nadie orara a otro dios más que al rey, él siguió orando al Dios de los cielos. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos”.

Hay ocasiones en que al estar orando repetimos y repetimos. Dios al decirnos que no usemos vanas repeticiones, no quiso decir: Di veinte padres nuestros. Pudiéramos decir diez padres nuestros y ni siquiera saber lo que estamos diciendo, solo repetir por repetir. “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. En la Biblia encontramos oraciones que son pequeñas, pero poderosas. Esto no quiere decir que nos vamos a levantar y decir: “Señor, bendice a todo el mundo y bendice mi vida Amén”. Creo que la oración debe ser específica, pero dice la Biblia “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. Tenemos un Padre celestial que sabe lo que necesitamos. Creo que cada mamá conoce, quizá no perfectamente a sus hijos, pero sí conoce mucho de sus hijos. Deberíamos conocer cuales son sus problemas y entre más entran a la edad de la adolescencia deberíamos sentarnos y platicar con ellos. Tenemos un Padre Celestial que nos conoce perfectamente, conoce nuestras necesidades. Si Dios Padre conoce nuestras necesidades ¿Para qué quiere que le pidamos si ya lo sabe? Dios quiere escuchar de nosotros que clamamos y le reconocemos como nuestro Padre. Hay un Padre celestial que está esperando a que nosotros le clamemos a Él. ¿Qué situaciones estás pasando y no le has pedido a Dios ayuda?

Mateo 6:9 dice: Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”. Aquí reconocemos la gloria del Padre Celestial. Dice Santiago 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. ¿Cuántos de nosotros tenemos falta de sabiduría? Creo que todos los días tenemos falta de sabiduría en nuestro trabajo, con nuestra familia, con nuestros vecinos, cómo hablar a la gente, necesitamos mucha sabiduría, pero ¿le pedimos a Dios sabiduría?

Nuestro Padre celestial es un buen padre porque él nos oye, él está ahí. Como buenos padres deberíamos tomar el ejemplo de nuestro Padre celestial. Un buen padre es aquel que escucha a sus hijos. Cuando nosotros vamos a él y entramos al aposento, cerramos la puerta y comenzamos a orar, él no dice: “Ahorita no tengo tiempo”. Pensamos que él no nos va a atender, pero gloria a Dios que tenemos a un Padre celestial que está listo para escuchar.

¿Has sido menospreciado o rechazado porque querías hablar con alguien y no te hizo caso? A veces como personas podemos rechazar a nuestros hijos, ellos quieren hablar con nosotros y como les decimos después ellos dicen: “Bueno, para que voy con mis papás si mis amigos me pueden poner atención”. Dios no es así. Tenemos un Dios que nos escucha y cuando vamos a él, él está ahí.

¿Cuál es La mayor necesidad del hombre? Es la salvación. Dios quiere darnos esa necesidad. Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”; La palabra don significa regalo y ese obsequio de Dios es la salvación, pero ¿cómo podemos obtener ese obsequio? Nuestra fe la debemos poner en Jesús;no por obras, para que nadie se gloríe”. 

Podemos ir a Dios y pedirle por medio de la fe. Romanos 3:21-24 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia  por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, Somos salvos por su gracia. Un regalo es gratuito, a alguien le costó; el regalo de la salvación le costó a Jesús, él derramó su sangre por nosotros, pero para nosotros es gratuito.

Dice 1 Corintios 9:15-18 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada”. ¿Sabes que podemos dar un folleto de buena gana o de mala gana? Podemos darlo de buena gana y Dios nos va a recompensar, pero si lo hacemos de mala gana por lo menos lo dimos y obedecemos a Dios. No deberíamos dar folletos o presentar el evangelio de mala gana. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio”. Dice Pablo El evangelio hay que presentarlo gratuitamente. Imagínate que cada vez que presentemos el evangelio digamos: “Le voy a hablar de Cristo, pero deme $500”. El evangelio es gratuito y Dios nos ha encomendado a llevar el evangelio de  manera gratuita.

Mateo 6:9-13 dice:

9 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 

10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 

11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 

12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”.

Aquí dice: Padre nuestro, ¿Será Dios Padre, Padre nuestro de todos? Juan 1:9-12 dice: Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.  A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Jesús vino a los judíos y ellos le rechazaron. Pero dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; ¿Crees en Jesús? El diablo cree, pero es un creer de saber, no es de decir: “yo sé quién fue Jesús”, sino de creer que él tiene poder para salvarnos, que él murió en la cruz por nuestros pecados. Si crees en él y pones tu fe en que él te puede salvar, él te da potestad de ser su hijo.

¿Será Dios Padre padre de todos? No, solamente para aquellos que reciben a su hijo Jesús. ¿Le has pedido a Jesús que te salve, que te dé vida eterna, vive en tu corazón? Si Él vive en tu corazón puedes decir: “Dios es mi Padre” porque le has pedido salvación. Si dices: “Yo no sé si soy salvo, no sé a dónde voy a ir, no sé qué pasará con mi vida, no le he pedido salvación a Jesús”. Entonces hoy es un buen día para que le pidas a Cristo salvación.

Jesús está ahí para darnos vida eterna. Dice Gálatas 3:26 “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. Dice el versículo 25 “Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,” Está hablando acerca de que los gálatas estaban pensando que a través de la ley podían ser salvos y entonces Pablo les dice: La ley es buena, pero la ley es el ayo, el instructor, el canal que te guía a Jesús. De tal manera que es a través de nuestra fe en Cristo Jesús que podemos tener salvación.

Jesús murió en la cruz del calvario y quiere darte salvación. ¿Has puesto tu fe en Jesús? Y si no, hoy es un buen día para poner tu fe en Jesús?