Demostrando el amor de un esposo 

En otra ocasión hablaremos de la esposa, no se preocupe hermanas.
Hay mucho para abarcar de la familia, pero, hermanos que están leyendo, siempre me gusta abrirme ante los hermanos y hermanos, no quiere decir que lo que voy a predicar les haga pensar “ah el hermano Abraham, ya todo lo sabe” ¡no hermano! Dios me habla primero a mi de cosas que tengo que cambiar y yo tengo que cambiar y usted también tiene que cambiar como varón, si hermano, usted que está casado. 

Vamos a Efesios. 

Efesios 5:33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

Vemos hermanos aquí una de las cosas que dice la palabra de Dios, si usted lee en el capítulo 5 el versículo 25

Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

Vemos hermano que una de las cosas que el apóstol Pablo está enseñando a los hermanos de Efeso, les está diciendo que deben amar a la esposa, y es un principio que Dios manda, de amar. Y joven sino aprendes nada, por lo menos aprende que tienes que amar.

Muchas veces cuando hay noviazgo nada más amamos a la esposa en el noviazgo y pensamos que el amar es como lo hace este mundo, puras caricias, apapachos y besos; y si, todo eso es, pero ya en el matrimonio. 

Entonces hermanos, el amar es muy importante y estamos estudiando 1a de Corintios y que es el amar. Pero, en el matrimonio necesitamos amar, una de las cosa en el matrimonio que pasa, uno de los problemas que siempre hay es que dice la Biblia, que el esposo debe de amar y la esposa debe de respetar, son dos cosas que son unas de las cuestiones en el matrimonio y hermano, lo que pasa es que el amar y respetar es mutuo, el esposo ama a la esposa, la esposa respeta al marido, pero una de las cuestiones de los problemas es esto:
La esposa dice: “mi esposo no me ama, pues no lo voy a respetar” y el esposo dice: “pues no me respetas, yo no te voy amar” y es un problema de nunca acabar, y esos son los problemas en el matrimonio, he visto esos problemas en el matrimonio cuando estamos dando consejería y voy con mi esposa. Y uno de los problemas es: “no, hasta que me ame, entonces es cómo lo voy a respetar hermano” y digo wow, hermanitas y conoces a Cristo, debe haber un respeto, pero el esposo tiene que amar. 

Yo tengo que amar a mi esposa aunque ella no me respete y por ende cuando yo empiezo amarla mi esposa me va a respetar. Igual hermana, usted respete a su esposo aunque su esposo no la ame y no la trate como debería tratarla, pero usted cumpla con su deber y Dios va hacer lo demás ¡Sí hermana!

Porque muchas veces dicen “no, es que no puede ser así. ¿Cómo voy a respetar a este hombre sabiendo como me trata?” Yo entiendo eso hermana, pero usted haga lo que dice la Biblia y Dios va hacer lo demás, usted haga nada más eso. “Es que no lo merece” ¡Es cierto hermana! Nadie merece el respeto de usted, porque usted es una santa, ¡no es cierto hermana, es broma! pero usted tiene que cumplir lo que dice la Biblia. 

¿Cómo debemos nosotros los varones amar a la esposa? 

Vamos a 1 Pedro 

1 Pedro 3: 7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 

Una manera de amar a la esposa es valorandola, muchas veces nosotros como hombres no valoramos a la esposa, yo puedo ser el primero en decir “amén”, si usted no, entonces usted es santo, usted la sabe amar; pero, muchas veces nosotros no valoramos a la esposa que tenemos. ¿Cuándo fue la última vez que le dijimos; “mi amor, gracias por cocinarme”? ¡Es su deber hermano! Ella lo tiene que hacer…
Sí hermano lo entiendo, entiendo eso, es su deber, pero ¿cuándo hemos valorado? ¿Cuándo le hemos dado las gracias a la esposa cuando nos pone nuestro lonche, cuando salimos a trabajar? ¡Es que es su deber! ¡Y por qué no me pusiste!… Hermano, se tiene que levantar temprano, la esposa hace un esfuerzo para atenderlo, pero nunca lo valoramos ¿verdad que sí? no la valoramos los varones. ¿Cuándo le decimos “mi amor gracias por cuidar de mis hijos”? ¡Es que es su deber pastor, es su deber hermano! Ella tiene que cuidar, yo me tengo que ir a trabajar. No, no, no hermano el deber es de los dos, pero muchas veces toda la responsabilidad, la lleva ¿quién? la mujer; y nosotros ¿Cuántos varones vamos a darle gracias a la esposa que Dios nos ha dado? ¡Gracias a Dios que usted y yo tenemos una esposa. Porque si fuera así, la esposa ya nos hubiera dejado, pero de gracias a Dios que tiene una esposa; que a pesar de que no la valoramos esta todavía con nosotros ¡sí hermano! ya estoy regañando.

Hermanos valoren a su esposa, pero muchas veces nos valoramos solo a nosotros, nos compramos cosas, buenos zapatos, buenos tenis, buenas camisas y a la esposa, no le compramos ni un chicle. 

¿Cuándo vamos  a valorar a la esposa? ¡Ay hermano, es que el mundo así lo hace! ¡Sí, lo entiendo hermano! pero tu no eres del mundo ¿somos hijos de Dios? ¿Ha aceptado a Cristo como su único y suficiente salvador? ¡Muy bien hermano! Entonces usted ya no es del mundo, el mundo lo hace así, pero un cristiano; Dios nos dice en su palabra que el hombre tiene que dar honor ¿verdad que sí? ¡Dice la Biblia hermano! La Biblia dice que tu debes valorar, joven, muchas veces valoras a la esposa cuando andas de noviecito: “mi amor” y ya le traes las flores y lo chocolatitos, y ¿cómo se siente la mujer? ¡como pavorreal! “¡me ama!” ¿verdad que sí sienten que las aman? y la mujer anda hasta sonriendo de oreja a oreja y ya cuando se casan se cae la sonrisa, anda bien enojada ¿por qué? porque nosotros la valoramos cuando andamos de novios, pero no la valoramos cuando estamos casados y es cuando más la debemos valorar ¿Sí varones? ¡Aprendamos a valorar! Tratemos  a la esposa dándole gracias, terminemos de comer y “mi amor, gracias por la comida” hasta a la esposa le va a dar el patatus: “¡¿Qué te está pasando a ti?! ¡Si nunca me das las gracias!” Y que de repente usted le diga:  “te mereces ir a comer” ¡la está valorando hermano! 

Pensamos que como ya la tenemos ahí en la casa, ya está casada con nosotros, ya tiene un papel escrito que es mi esposa ¡y se tiene que aguantar! si hermano pero tienes que valorarla, por eso nuestra esposa luego se amarga, porque nosotros somos los culpables.

No es la esposa, somos nosotros, los varones.
Jovencito, que bueno que en el noviazgo, sí valora, y los chocolatitos y ahí estás, pero no nada más en ese tiempo. Desde ahorita joven metete en el cerebro la idea de que debes hacerlo también cuando estés casado. Porque son cosas que a lo mejor no sabíamos, muchos a lo mejor no sabíamos eso, porque no conocíamos a Cristo, pero ahora que conocemos a Cristo tenemos la palabra de Dios. Dios nos dice que debemos valorarla, no dice “en el noviazgo” dice en el “matrimonio” está hablando del matrimonio Pedro y es ahí donde lo tenemos que hacer hermanos. 

Queremos a veces que la esposa no nos grite, no nos recrimine, queremos que la esposa nos respete y nosotros no la valoramos. 

 

Vamos a ver lo que dice Colosenses 3: 19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.  

¿Cómo vamos a demostrar el amor nosotros hacía la esposa? 

Hablándole con suavidad, no ásperamente. Y muchas veces nosotros somos bien machistas, ¿verdad?

¡Te dije! que no se que y que no se cuanto, y empezamos. Hermano, es que mi papá era así, tu papá, pero ahora ya estamos en Cristo.
Dice la palabra que de modo que si alguno está en Cristo ¿verdad hermano? ¡Así dice la Biblia! Nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

¡Ah pues yo le gritaba antes a mi esposa! ¿Somos en Cristo? ¿Qué tenemos que hacer? ¡Cambiar! ¿verdad? 

Tratarla bien ahora. “¡No se lo merece hermano porque es una bruja!” ¡Sí hermano, es bruja, parece bruja! pero usted debe tratarla bien. 

No sea áspero con ella, pero a veces nosotros somos muy duros con la esposa hermano, porque es el sexo débil, porque la vemos a veces con debilidad, hay mujeres a veces que no son débiles. 

Necesitamos nosotros tratarla con suavidad ¿se acuerda cuando la trataba así? cuando éramos novios, ¿verdad que sí? “¡Ay mi amorcito! ¡corazoncito!” y ahora ya es: “¡gorda! ¡apúntate!” ¿verdad?

¿Cómo la tratamos hermano? ¡ásperamente! Y cuando nos enojamos, ya no le decimos su nombre, le decimos “¡Morales! ¡Te dije Morales!” ¡Ah caray! Ya subió de tono. 

A veces nosotros por cabezones, nos preguntamos ¿por qué está llorando? ¡cabezón! Me involucro en todo esto también hermano. 

Luego nos preguntamos por qué está llorando la esposa. Pues nada más vea cómo la está tratando ¿Qué le dijo? y usted dice “por cualquier cosita se enoja”. Hermano, se casó con una mujer, nos casamos con una mujer, no nos casamos con un hombre. La queremos tratar como si fuera un hombre hermano, y no es cierto, es una mujer, debemos tratarla bien. Pero muchas veces pensamos que nos casamos con un hombre ¿verdad? “¡y que se aguante!” así decimos hermano. Hermano es una mujer, tiene sentimientos, es frágil, a veces nuestras palabras las hieren, sí hermano, a veces pensamos que “no hermano, yo ya soy cristiano, yo ya acepte a Cristo, yo ya cambié, nueva criatura hermano (y bien bigotón) ya no le pego hermano, como antes” bueno al menos, gracias a Dios ya cambió un poquito. Pero a veces, una de las cosas que me gustaría mencionarle, es que nuestras palabras hieren más que un golpe, porque a la esposa se le queda en su corazón y en su mente y se acuerda; las palabras que nosotros les decimos a nuestra esposa, hieren más y hay mujeres que han dicho: “prefiero que me pegue a como me trata” y muchas veces hermano, la tratamos como una sirvienta, su esposa no es una sirvienta, es su esposa; se que tiene responsabilidades, se que tiene que arreglar, barrer, trapear, cuidar a los niños, hacer la comida y todo eso, pero ¿en dónde está el valor? y todavía que nos da un beneficio, todavía la tratamos mal. 

Entonces ¿cómo debemos tratar a la esposa? Hablándole bien, hablándole con suavidad, no hablándole ásperamente. 

1a Samuel 25:36 Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de Nabal estaba alegre, y estaba completamente ebrio, por lo cual ella no le declaró cosa alguna hasta el día siguiente.

25:37 Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra. 

25:38 Y diez días después, Jehová hirió a Nabal, y murió.

1a Samuel 25:2 Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en Carmel, el cual era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció que estaba esquilando sus ovejas en Carmel.

25:3 Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb.

Vemos hermanos, que este hombre era duro, era necio, hermanos ¿cómo vamos amar a la esposa? no siendo necio con ella.

Y muchas veces somos bien necios, somos testarudos. 

La esposa nos dice: “no mi amor es que tu me dijiste esto” 

“¡No te dije eso! ¡Tú por qué lo hiciste!”

Somos muy necios ¿por qué hermano? Porque no reconocemos nuestros errores, hermanos, no somos perfectos, cometemos errores, pero a veces nos hacemos tan necios cuando nuestra esposa nos dice: “es que mi amor, tu me dijiste esto” “¡No! no te dije eso! Y estamos de necios” Y decimos que amamos a la esposa y somos muy necios. 

Aquí Nabal era necio, dice aquí “duro y de malas obras” pero ¿qué pasó?  Varón te digo que pasó, ya lo vimos al principio. 

¿Murió o no murió? A veces los varones necesitamos que Dios nos de una buena sangoloteada para ver si así ya se calma el hombre necio, testarudo. 

Hermano, muchas veces nosotros con nuestra necedad, por eso estamos como estamos. Hermano estamos tratando mal a una hija de Dios; mire hermano yo tengo a mi hija, aquí está mi hija Lizeth y si alguien trata mal a mi hija, ¡ay papasito! se la van a ver conmigo, ahí si saco las manos.
Y hermano, si usted y yo tratamos mal a la hija de Dios ¿quién nos va a ejecutar? “Mi suegro ya se murió” ¡no, no, no! tiene un Padre Celestial y nos va a ir pero bonito.
Entonces no diga: “mi suegro ya murió y de sus hermanos ¿quién la va a defender?” Hermano hay alguien que la va a defender y es Jehová de los ejércitos El Dios Todopoderoso.
Y luego se pregunta porqué le pasan las cosas, nada más analicemos nuestra vida, reflexionemos y pidámosle perdón a Dios y pidámosle perdón a la esposa. 

¿Por qué no le pedimos perdón a la esposa? Porque somos necios, hay veces sino es que la mayoría somos nosotros quienes tenemos la culpa, pero nosotros somos necios, no queremos reconocer. 

Jovencito, el amar no nada más es caricias, no; amar es otra cosa. Jovencito si te llegas a casar, debes de tratar bien a tu futura esposa, trátala bien, no seas necio no seas testarudo, de esa manera tu vas a demostrar el amor hacía tu esposa. Valorala.

Salmos 128: 1-3

128:1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,

Que anda en sus caminos.

128:2 Cuando comieres el trabajo de tus manos,

Bienaventurado serás, y te irá bien.

128:3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa;

Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.

Vemos que la mujer será como vid que lleva fruto a lado de tu casa y luego habla de los hijos. El salmista está diciendo que la esposa es muy importante, una manera en que nosotros amemos a la esposa es dándole el lugar que ella merece, que es importante. 

Usted no se sienta menos si su esposo es ingeniero y eso, usted es importante, la Biblia aquí lo dice. Varón tu esposa es importante, pero muchas veces lo más importante ¿quién es? la mamá, verdad que sí, y ¿por qué es importante? porque tiene mamitis el hombre ¿quién es más importante a veces? los hijos verdad que si, son tus hijos, pero lo más importante y en primer lugar es tu esposa y luego los hijos. 

Muchas veces lo más importante es el trabajo, le dedicamos todo el tiempo y ¿la esposa? no es importante. 

Una manera en la que vamos amar a la esposa, es dándole el lugar que merece, lo importante que es para nosotros; que la esposa vea que ella es importante para nosotros, para nuestra familia y para nuestros hijos. 

Hermano la esposa se va dando cuenta ¿quién es más importante, yo, sus amigos, el trabajo, el fútbol, mis hijos? la esposa se da cuenta, nosotros no podemos engañar a la esposa, podemos engañar a los hermanos, pero a la esposa no la podemos engañar, pero la esposa sabe de qué pata cojeamos, en donde está el talón de Aquiles.
Debemos tomar con importancia a la esposa, sin embargo, me he dado cuenta que a veces es más importante el perro, tu animal, que tu propia esposa. Llega el perro y los mimos y le compra una cosa y otra y a tu esposa ¿qué le compraste? la esposa se está dando cuenta. 

A veces es más importante el carro, bien pulidito y todo, llantas nuevas y vamos a ponerle unos faros, idolatramos al carrito hermano, así deberíamos tratar a la esposa. Es importante la esposa, cuando tú y yo nos enfermemos, tu carro no te va a ver ni tu perro te va a ver.

Cuando tu te enfermes, cuando estés en el hospital, la que te va a ver va a ser tu esposa, se lo digo por experiencia, porque cuando yo me enfermé y estaba mal ahí estaba mi esposa atendiendome, apoco tus amigos te van a tratar igual, a poco tus amigos cuando te enfermas llegan a cuidarte, al hospital ¡no! La esposa es la que lo va hacer. 

Joven comienza aprendiendo esto, te vas a casar joven. Métete esto en tu cabecita, en el mundo a la mujer la tienen como basura, por eso las mujres se han levantado y está el movimiento feminista, por qué ¿quién es el culpable? los hombres, nosotros somos los culpables anden en meating, haciendo su relajo, haciendo todo el show. Tú y yo somos los culpables y jóvenes desde ahorita comienza a tener importancia por la esposa, tratala bien, Dios te va a dar una buena esposa a su tiempo pero cuando te la de ¡amala! Amala como Dios dice. 

  • Ay hermano, pero es que mi esposa ya se fue 
  • ¡Buscala! y vuelve otra vez amarla, a buscar,a pero con un amor sincero y pidele a Dios

Luego dicen: “hermano, es que mi esposa me abandonó”, hermano, Dios puede hacer milagros todavía, pero el primer milagro que Dios quiere hacer es cambiar tu vida, tu relación con Dios y después para que tengas tu relación con tu esposa y vuelvan nuevamente. “y ¿mi esposa por qué ya no me trata como antes?” ¡pues ya te imaginas porqué hermano, pues se da cuenta de la importancia que le tienes, y en el trabajo tratas mejor a la secretaria que a tu esposa, tratas mejor a las clientas que a tu esposa, verdad que sí. Y la esposa se queda viendo: “Ni a mi me tratas así, como con esa señora que te está dando trabajo” las esposas se dan cuenta, ¿verdad hermanita? Y empiezan los pleitos, verdad varones, empiezan las broncas. Hermano, yo se que tienes un negocio, lo se, yo también tengo un negocio, tenemos que aprender eso también. Pero como tratamos muchas veces mejor a una empleada, si usted tiene un negocio, ¿quién es más importante tu esposa o la empleada? Después vienen los problemas; tu empleada te va a tratar cuando estés enfermo ¡no! Ella va al trabajo porque le pagas, sino no va y tu esposa ahí está, le pagues o no le pagues ahí está. Hermano, la esposa es importante. 

Proverbios 5:15 – 17 

5:15 Bebe el agua de tu misma cisterna,

Y los raudales de tu propio pozo.

5: 16  ¿Se derramarán tus fuentes por las calles,

Y tus corrientes de aguas por las plazas?

5:17 Sean para ti solo,

Y no para los extraños contigo.

5:16 Sea bendito tu manantial,

Y alégrate con la mujer de tu juventud,

 

Valoremos a la esposa, tratamosla bien, le voy a decir algo, si usted, no la trata bien habrá alguién más que la trate mejor que usted y luego no llore “¿por qué me dejó?” “Es que anduvo de cusca” ¡No! Es que ella simplemente buscaba un amor que usted y yo no se lo damos.

  • “ay se fue mi esposa con otro hombre” porque esa es la mayoría de la excusa de los hombre”

Porque esa es la mayoría de la excusa que dan los hombres cuando su esposa se va con otro, y comienzan hablar… ah pero tu si puedes andar de mujeriego y ¿tu esposa se tiene que aguantar? ¡no hermano!

Dice la Biblia, alégrate con la mujer de tu juventud, con tu esposa, sean para ti, sean para ti nada más, valorala hermano, tratemoslas bien, que sientan que son importantes para nosotros, para nuestra vida, yo se que a veces se lo decimos, pero sus hechos dicen otra cosa, y luego andamos llorando hermano. Una de las cosas por las que he visto que las mujeres se van con otro hombre es por eso, descuidamos a la esposa, la descuidamos, lamentablemente y valoramos mejor a otra. 

  • ¡Ay! es que si te vistieras bien – ¡Pues dale dinero, pa’ que se vista bien!

Y empezamos con esos comentarios ya la esposa, no la valoramos, tratamos mejor a otras personas que a nuestra propia esposa, y luego la esposa se va a enojar y se va a ir con otro ¿si varón? 

Yo no se cual es tu situación hermano, por lo que estás pasando, pero si por algo Dios permitió este mensaje y si estamos fallando como varones, como líderes, necesitamos ponernos a cuentas con Dios y después con la esposa y decirle: “Señor perdóname, no estoy amando a mi esposa como tu quieres que yo la ame, he fallado, he fracasado.

Reconozcamos nuestros errores cuando hacemos mal, hermano, ser hombre es reconocer nuestros errores, y si voy a enmendar lo que hice mal, y vamos para adelante Dios, y pedirle perdón a la esposa: “mi amor, te he fallado, he cometido muchos errores, perdóname, de aquí en adelante ayudame para poder amarte como Dios quiere que te ame”

Y hermano esforcémonos, en amar a la esposa y eso va a ser de bendición para nuestra vida, porque tenemos hijos, y nuestros hijos nos ven y  ¿usted quiere que a su hija la traten bien, que a su hijo lo traten bien? ¿Qué ejemplo le estamos dando?