¿Cómo tener una casa digna para Jesús?

Mateo 10:5-15

5 “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 

6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 

7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 

8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. 

9 No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; 

10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. 

11 Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis

12 Y al entrar en la casa, saludadla. 

13 Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 

14 Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. 

15 De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.

Jesús dando este tipo de instrucciones, les está hablando acerca de ir y predicar, de hacer algo transformador en la vida de las personas. Si algo había que la gente necesitaba y el judío aun necesita es ver señal, alguna manera para que los convenciera que Jesús es el hijo de Dios. Sabemos que Jesús es el Hijo de Dios, pero Jesús está buscando una casa digna y dice: “Entrad en una ciudad o aldea e informaos quién en ella sea digno.” De tal manera que cuando los discípulos iban de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, cuando ellos llegaban muchas de las ocasiones había gente a la puerta de la ciudad que era la persona que se encargaba de juzgar la ciudad, aun para entrar o salir de la ciudad y algunos de ellos también chismosos. Los discípulos iban y decían: “Estamos trayendo el reino de Dios, predicando a Jesús y haciendo milagros y queremos posar en una casa, ¿Quién cree que sea una casa digna?” Estas personas pudieran decir: “Esta familia es una familia hospedadora, tiene buena actitud, tiene buenos hijos, vayan con esta persona” y entonces le daban indicaciones de cómo llegar a esa casa y esa casa tenía que ser digna. 

Pero, ¿qué será una casa digna?

1. Es una casa con buen testimonio

Los discípulos hubieran llegado y quizás escucharon de una familia que vivía en esa ciudad y hubieran preguntado por la familia “Martínez” y el de la puerta dijera: “Ahí se la pasan gritando todo el tiempo, en las tardes tiene música a todo volumen, se la pasan escuchando a Shakira. El otro día la esposa corrió al marido a sartenazos y lo corrió porque le estaba siendo infiel.” Encontramos que la gente sabe lo que nosotros hacemos. La gente sabe si somos o no somos cristianos, cómo nos comportamos, oye nuestra vida y sabe lo que hacemos. Dios está buscando una casa digna para Jesús. 

Lucas 1:5-6 dice: “Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Esta familia era una familia que era justa delante de Dios y era irreprensible, pero ¿cómo vamos a llegar a ser irreprensibles?

La Biblia menciona ciertos personajes bíblicos que eran por decir “perfectos”, pero también encontramos a ciertos personajes que caminaban con Dios, pero había ciertas imperfecciones en sus vidas y Dios dejó que nosotros podamos ver esas imperfecciones porque nadie es perfecto, pero nuestro sentir no debería ser: “Yo no soy perfecto, mi familia no es perfecta, de tal manera que nosotros no podemos calificar en ser una familia digna para el Señor porque así somos y nunca vamos a cambiar”; sino que nuestro sentir debería ser: “Yo he conocido a Jesús, Cristo nos ha salvado, su palabra me habla día a día y vamos a buscar ser cada día más como Cristo.” Esa es la actitud que deberíamos tener. Hay ocasiones que en nuestra casa no andaremos bien, no vas a ver sartenazos, pero quizás no estamos en nuestra mejor condición para recibir a alguien o como para platicar con alguien, quizás no siempre estamos bien, pero Dios busca que como cristianos vivamos con un buen testimonio. ¿Por qué? Porque dice la Biblia que somos la sal y la luz del mundo. Hay gente que está viendo tu caminar, tu vivir, cómo tratas a tu esposa, cómo tratas a tu marido. 

La gente conocía cómo era mi abuelo paterno y cuando llegaba de trabajar como a las seis de la tarde, todos los niños (ocho) deberían estar dentro de la casa y si mi abuelo llegaba y los niños no estaban les iba a dar una tunda a cada uno de ellos. De tal manera que cuando veían al papá de mi papá ya acercándose, todos los niños de esa calle le decían a mi papá y a sus hermanos: “¡Ya viene!” y empezaban a correr y se metían y cuando todos se metían el abuelo se paraba en la puerta y esperaba ver quien más faltaba y si alguien faltaba le daba su tunda. Pero la gente de alrededor ya sabía cómo era, y la gente sabe cómo somos y si no saben deberías decirle. “Ay pastor, me da pena decirle que soy cristiano porque entonces ya no me van a invitar a tomar” Pues de eso se trata, ¡Que la gente sepa que eres cristiano! 

Cuando llegamos a la colonia donde estamos hace 16 años, los hermanos que llegaban a visitarnos decían: “Vengo a ver al pastor.” Y yo pensaba: Pues no tienen que decirle que soy pastor, pero poco a poco Dios empezó a decirme: ¿Qué tiene de malo que sepan los guardias que eres pastor? Hay algunos que en sus carros tiene un sticker “yo voy a tal iglesia.” Muchas veces pienso: No puedo poner eso porque en ocasiones puedo hacer algo como cerrarmele a alguien, me freno muy fuerte, digo: Qué valentía de aquellos que tienen una calcomanía así.

El Señor Jesús dice que vivamos una vida irreprensible, con un buen testimonio, caminando bien, tratando bien a los hijos. ¡Vive una vida digna! Dios está buscando que tengamos una casa digna para Dios

2. Es una casa hospedadora

Mateo 10:11 dice:Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis.

En India hay una cultura interesante. Cuando llega un viajero y llega a una casa dice: “Señor, me presento. Quiero ser acomodado en su hogar.” Y la persona que está recibiendo, puede decir: “Mi casa es su casa” o “No puedo”. Pero las personas que buscan posada pueden decir que escogieron esa casa y la costumbre es sí aceptar a esa persona. Hay ciertos lugares y costumbres en donde esto así es, que alguien pueda llegar a una casa y ser hospedado en esa casa y cuando los discípulos llegaban a esa casa tenían que permanecer hasta que su trabajo terminaba y  no andaban de casa en casa, y las personas que lo recibían no decían: “Pues ahí está una cama, ahí usted se las ve.” Sino que cuando llegaba tenía que ver por sus necesidades porque los discípulos no llevaban comida, dinero,  ni ropa extra. De tal manera que la persona que los recibía tenía que ser hospedador, que se sentaba con ellos a comer, que platicaba con ellos, que los entretenía, que no solamente los veía y decía: “¿Cuántos días más va a estar acá? ¿Cuándo se va? ¿Por qué come tanto?” sino que para esa persona era una bendición tener a alguien.

Cuando Jesús quiere entrar a nuestra casa, ¿cómo es que lo recibimos? ¿Queremos platicar con Él? Dice la palabra de Dios: “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo.” Porque se supone que debemos hospedar a Jesús, pero la manera en que lo hospedamos es: “Entra, pero no me estés haciendo preguntas; entra, pero ahorita no tengo tiempo para cenar contigo.” 

Una de las razones por la que no queremos ser hospedadores es porque estamos viviendo mal.  A lo mejor por fuera aparentamos que estamos bien y los discípulos preguntaban y se informaban de esa persona, pero era hasta que entraban que ellos podían ver cómo eran. La manera en que podemos hospedar no solo es cuidar nuestra casa, sino también nuestro corazón. Debemos no solamente dejar entrar a Jesús, también debemos aprender a convivir con Él, ser amigables. 

Romanos 16:23 dice: Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. De tal manera que Gayo no solamente era hospedador, sino que también era amigable. ¿Sabes que es bueno saludar a alguien más? Eso muestra nuestro afecto, nuestro interés por alguien más. No solamente decir “hola”, sino ¿cómo estás? ¿Cómo está la familia? Me enteré que estaba buscando trabajo, ¿ya lo encontró? Me enteré que su hijo estaba mal, ¿cómo sigue él? Cuando alguien pregunta por nosotros y muestra un interés sincero uno se siente bien y como cristianos deberíamos tener ese interés sincero por alguien más, especialmente por los de nuestra casa, en la iglesia. Si ves a alguien que no viene, llámale por teléfono, porque eso muestra nuestro interés y que somos hospedadores. Pero decimos: Ya tiene como tres años que no lo veo, ¿dónde estará?

Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Literalmente Gayo era un hermano al que le encantaba tener gente en su casa. Pablo dice: Gayo les manda saludos, quizás Gayo decía: “¿Cuándo van a venir otra vez? Aquí están las puertas de mi casa abiertas.” Una casa digna es una casa digna, una casa que no se avergüenza. Decimos: Voy a recibir a alguien, voy a limpiar mi casa. Eso nos ayuda a recordar que hay ciertas cosas que tenemos que limpiar. Una persona que normalmente vive sola, va a tener su casa patas arriba porque nadie le visita. Cuando eres hospedador de Jesús y recuerdas que tienes que pasar tiempo con Jesús eso te recuerda limpiar tu vida. Una casa digna es una casa que hospeda, que está limpia no solamente afuera sino adentro . 

Dice 1 Timoteo 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; Un pastor debe ser hospedador, debe estar dispuesto a recibir gente en su casa y si hay algo que debemos arreglar o sacudir esa es nuestra oportunidad. 

Los discípulos cuando estaban yendo de lugar en lugar se informaban y esa casa tenía que tener un buen testimonio, pero entraban y ahora sí podían ver y el siguiente paso era predicar.

3. Una casa digna es en donde deja que Jesús entre y hable

Mateo 10:12 dice: Y al entrar en la casa, saludadla. Esta palabra significa saludar, pero también algo de abrazarla, un poco más personal, abrazar a esa familia como si fuera tuya. Cuando ellos llegaban se suponía que entraban a la casa y estando adentro ahora saludaban, los abrazaban “y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella” El versículo 14 dice: Y si alguno no os recibiere…Si los de esa casa decían: “No, no quiero nada con usted. ¡Fuera!” Entonces esa casa no era digna. Una casa digna es en donde deja que Jesús entre y hable, es donde escuchan la voz de Jesús.

Ellos entraban y primero tenían que predicar a la familia y después tenían que continuar predicando a la ciudad, al pueblo o a la aldea. Pero dice: Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, ¿Cuáles eran esas palabras? El reino de los cielos se ha acercado. (Vers. 7) Entonces llegaban y era tiempo de hablar con la familia y si ellos decían que no querían nada con el reino de Dios, ni con Jesús, entonces era una casa no digna.

Los gadarenos rechazaron a Jesús. Un endemoniado tenía miles de demonios y estos cuando estaban a punto de ser sacados de ese hombre, le piden a Jesús si pueden entrar a un hato de cerdos y el Señor Jesús le dio permiso y una vez dentro de los cerdos se avientan al mar  y entonces dice la Biblia en Marcos 5:16-17 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.Le dijeron a Jesús: “No te queremos aquí. ¿A nosotros qué nos importa la vida de una persona? Lo más importante es nuestro dinero.” 

Mucha gente ha cambiado la importancia de una vida y la han intercambiado por lo material, por sus negocios, por sus intereses. Estamos viviendo en días en donde la vida humana ya no tiene valor. Le dijeron a Jesús: Fuera de aquí. Entonces, Él se fue y Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Los gadarenos no querían nada con Jesús pero este hombre lo que más quería era a Jesús porque Jesús había cambiado su vida. “Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.(Vers. 18-20).

Una casa digna es una casa que deja que Jesús entre y hable: El reino de los cielos se ha acercado. Jesús viene. Encontré a una señora, ganando almas, y me dijo que ella asistía a una iglesia y me dijo: “Sigan adelante predicando porque ¡Jesús viene!” Tengo que recordar en algunas ocasiones que Cristo viene. Cuando dejamos que Jesús entre en nuestra casa y estamos con Jesús, Él dice: “¿Cómo está tu vida? ¿Cómo estás caminando? ¿Qué estás haciendo para mí? ¿Estás predicando? ¿Le estás echando ganas? ¿Cómo está tu matrimonio? ¿Cómo están tus hijos? Recuerda que yo vengo pronto.”

Debemos recordar que el viene pronto y mientras Él viene no solamente debemos guardar un buen testimonio, dejar entrar a Jesús, sino que también que Él nos hable. Cuando Jesús entró a la casa de Marta y de María. Marta estaba ocupada, barriendo y le dice a Jesús: “Dile a mi hermana que no sea una floja.” Y Jesús dijo: “Marta, Marta, afanada y turbada. Tu hermana ha escogido la buena parte, ella quiere escucharme.”

Una casa digna es una casa que se sienta alrededor de Jesús y dice: Queremos escucharte. ¿Sabes cómo se escucha mejor a Jesús? Bajándole a la música, apagando la televisión, sentados alrededor de la Biblia y tomando un tiempo para escuchar qué tiene Jesús para nosotros. Esa es una casa digna.

Cuando Zaqueo estaba en el árbol sicómoro, Jesús estaba pasando y Jesús dijo: Zaqueo, bájate de ahí porque a tu casa quiero ir.” Y Zaqueo no dijo: “En la torre… mi casa como esta?” sino que dijo ven y cuando Jesús entró a su casa dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa. (Lucas 19:9).

Una casa digna es la que deja entrar a Jesús y dice: Jesús, queremos ser salvos, queremos oír de ti. Jesús dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa. 

¿Son todos en tu casa salvos? ¿Hay alguien que necesita de Cristo? ¿Hay alguien a quien debes hablarle de Jesús en tu casa? 

Busquemos tener esa casa digna para Jesús.