Día de las madres

Juan 19:23-30

23 “Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 

24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice:

Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.

Y así lo hicieron los soldados. 

25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. 

26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 

27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 

29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 

30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”

¿Dónde estamos en este texto? El gallo ya ha cantado, ya Pedro y los discípulos han huido de la escena por el temor a los judíos. A pesar del riesgo que ellas estaban corriendo, la Biblia dice en el versículo 25 que un grupo de mujeres valientes y humildes no estaba lejos sino junto a la cruz de Jesús ¿y qué vieron estas mujeres? Vieron esa fuente sin igual de la cual cantamos, no estaban viendo una película, estaban viendo en tiempo real, violencia real, estaban viendo clavos traspasando a brazos y manos, la piel del hijo de Dios romperse como si fuera un pedazo de papel y aunque hubo religión alrededor, personas haciendo sacrificios, el gobierno cerca, la mente de esas mujeres no estaban en la religión ni en el gobierno; sus ojos estaban en Cristo crucificado, y gloria a Dios por el Mesías que no solamente es de hombres sino también de mujeres y no solamente de padres sino de madres y gracias a Dios, que hay grandes necesidades entre las madres, pero para las necesidades hay un solo remedio: Cristo crucificado.

Me gustaría decir que hay grandes necesidades: hay mujeres sin ninguna clase de relación verdadera con Dios y otras mamás que están hasta el cuello con luchas espirituales, emocionales y familiares, hay otras que no han dormido bien desde que su hijo pródigo se fue otra vez a vivir en pecado y cargan eso, pero para cada necesidad hay un remedio: Cristo crucificado; y hermana, te invito alzar los ojos a ese hombre que te amó perfectamente y su amor nunca mengua. ¡Gracias por Cristo Jesús!

Dice el versículo 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Nos enseña su forma de muerte. Muriendo con los brazos abiertos para recibirte como su hija si aun no lo conoces. Míralo en su amor, en su piedad. Dice el versículo 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Él no fue crucificado por ratero, por violador o por asesino, fue crucificado por amor a ti. Míralo en su piedad. El mundo no es perdonador. Vives en un mundo que no perdona cualquier error que cometes como mamá, pero en Cristo encuentras esa misericordia que tanto necesita tu corazón. Míralo en su inocencia, aquí está el Santo Hijo de Dios colocado en el calvario para resolver cuentas que tú nunca podrías resolver.

Míralo en su dispoción, dice el versículo 20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.Dios revelando su evangelio, su gracia, su misericordia para mamás de toda cultura y de toda clase. Cristo crucificado es para ti, mamá.

Mi deseo no es cambiar tus circunstancias, sino cambiar tu vista. Colócala en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Algo que me confunde de este texto es la fascinación de estos hombres con la ropa porque típicamente son las mujeres más fascinadas por la ropa. Las mujeres necesitan combinar, estar bien listas, pero estos soldados romanos vieron la misma escena y dice la Biblia en el versículo 23 

“Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.”

Ellos vieron al Hijo de Dios estar dispuesto a brindarles gracia sempiterna, una salvación sin par y estaban tan cerca y lo único que sacaron de la escena fue ropa y hay tanta gente hoy en día que quieren a Cristo para un beneficio terrenal, pero quiero invitarte a ser como estas mujeres porque la escena da un cambio. Al lado de estos soldados romanos paganos y violentos, había un grupo de mujeres humildes que desde la escena, gracias a Dios, recibieron mucho más. Recibieron primeramente aprecio.

Mira lo que dice en el versículo 25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Nosotros vemos que se encuentra la madre de nuestro Señor Jesucristo aunque no la adoramos, podemos observar su fe e imitarla. La Biblia nos dice que ella recibió en el momento la consideración y el amor de nuestro Señor Jesucristo. El cuerpo de Jesús fue traspasado por una lanza, su alma estaba llena de tristeza por estar contestando a nuestro favor, la pena de todo pecado estaba colocado en él. 

Cuando un hombre mortal está sufriendo tiene autocompasión, busca que alguien le sirva, le apapache, le cuide y le ayude en el momento, pero Cristo no es mortal, Él es inmortal, no es solamente humano, Él es Dios; Emanuel, Dios con nosotros, tan diferente que aunque crucificado y en agonía tenía aún un momento para demostrar a su mamá un aprecio: “Mamá me voy, pero estoy a cargo de todas tus necesidades.”

Dice el versículo 26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Hay un grupo de muchos, Cristo había sido golpeado en la cabeza, sus ojos estaban hinchados, llenos de sangre, era difícil ver, pero entró por un momento la luz y la primera persona que Él vio desde que se encarnó en Belén fue su madre en su nacimiento y ahora la ve en su su crucifixión y al verla dice: Mujer, he ahí tu hijo. Le estaba diciendo: él se va a encargar de tus necesidades, ven lugar de mí; porque dice más adelante “Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

En la sociedad de los judíos en esos días, las personas más pobres y olvidadas fueron las viudas, no había un sistema de gobierno para cuidar esas necesidades el único que podía cuidar a una mujer era el esposo. Podemos sacar conclusiones de que José ya había muerto y Jesús estaba agonizando apunto de morir y gracias a Dios, Jesús en el momento demostró a María algo: Me acuerdo de ti.

Dios hizo a la mujer con cierta dependencia varonil. Cuando es una bebita, una niña, esa dependencia se coloca en un hombre llamado papá. Papá, tus hijas necesitan tu atención. Dios hizo algo en la mujer: Una dependencia varonil para su confianza, su protección y para su provisión espiritual, emocional, económica. Cuando la mujer crece, necesitas saber que no es una temporada sino una condición y eso se transfiere al esposo. El esposo de María ya no estaba en la escena, ella estaba mirando a Cristo siendo crucificado y Él le deja saber: toda esa atención que tú gimes tener de algún hombre viene de parte de mí. Siendo bíblicos eso no lo tenemos al revés, no era Cristo adorando a María sino María adorando a Jesús. Aquí, María era una mujer débil, impotente, confiando en el único Hijo de Dios y quiero decirte que espero que te vaya bien con tu hijo, que tu hijo te dé alegría, dice la palabra de Dios dice que el necio es la tristeza de su madre. ¡Cuántas veces en tiempo de ser pastor madres han llamado llorando: “Mi hijo es un homosexual; mi hijo es un bandido, mi hijo es un irresponsable”! y no hay dolor como el dolor en el corazón de una mujer que tiene como necio un hijo. Espero que tu hijo te dé mucha felicidad, pero hay mujeres buscando un mesías en su propio hijo. Coloca tus esperanzas en Cristo Jesús, Él siempre te va a amar con un amor incondicional que no se mengua.

Cuántas mujeres hay tan inestables en este mundo, y por la sociedad fijando en la economía, en un hombre irresponsable o colocando todas sus esperanzas en un hijo y quien sabe como él va a salir, pero el único que merece toda tu confianza y entiende perfectamente tus cargas, tus necesidades es Cristo Jesús. 

Dice Juan 19:27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

Tú que eres mamá, entiendes la realidad de ser madre que abraza a hacer muchas cosas por las cuales nadie te agradece. Dar a luz. Los varones pensamos que somos fuertes, Dios ha dado una fuerza muy profunda a las mamás, pero ¿cuántos de tus hijos han llegado y dicho: Gracias por dar a luz, gracias por sufrir esos tres meses de mareos y gracias por todo tu embarazo y luego 24 horas en el hospital casi agonizando para traerme a este mundo? Casi nunca le damos las gracias a la mamá por eso, y eso solo es el principio, luego el niño sale llorando y aunque tengan 25 años nunca ha dejado de quejarse, de exigir y si hay una persona de la que abusamos de su lealtad y de su amor es nuestra mamá porque sabemos en buenas y malas, ella va a estar ahí.

En mi país un hombre entró a casas y mató a varias personas y cuando lo pusieron en la audiencia, todo el público lo quería matar. ¿Quién lo defendió en la audiencia? Su mamá. Porque ser mamá es un amor bien distinto, es cambiar pañales y nadie le agradece. Es preparar comidas y dicen: “Mamá, ¿no sabes usar sal?” “Yo no quiero estos ejotes y zanahorias” 

He pensado que la mujer se dedica tanto en preparar comidas y entra por la boca y sale al pañal. Solo estarás trabajando para hacer más trabajo después, tu trabajo nunca termina. De hecho Proverbios 31 dice: Su luz nunca se apaga de noche. Como hombres tenemos nuestro trabajo y dejamos el trabajo en el trabajo, pero cuando tu título, gracias a Dios, sagrado y dado por Dios es ama de casa quiere decir que no hay horario. Cuando el niño está vomitando ¿quién está ahí? ¿papá o mamá? ¿Quién es la enfermera de la casa? ¿quién hace todo? ¿quién llora en secreto? ¿quién llora por un muchacho que está rebelde? Las mujeres hacen tantas cosas en secreto que nadie ve y si tú estás esperando un gracias de tus hijos, vas a ser una persona desesperada, deprimida y triste, pero tengo noticias para ti: Cristo te entiende porque Él también fue menospreciado aunque Él fue quien hizo grandes sacrificios. 

Hebreos 6:10 dice: Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Hay algo que describe a una mamá o esposa es trabajo de amor. Lo que va a ser combustible en tu tanque para seguir siendo la madre cristiana que debes ser no es el aprecio de tus hijos o esposo es el cuidado y el aprecio de Cristo crucificado que nota todos tus sacrificios. Dios no es injusto.

La Biblia dice: “Estad agradecidos en todo.” Tenemos que entender como varones que podemos sentir agradecimiento, pero se necesita expresar agradecimiento o el mensaje no llega al corazón. Dice la Biblia: “Dad gracias en todo” no sentid gracias. Las peores clases de hombres son los que piensan que lo merecen todo. Si Dios no es injusto, no seas injusto, agradécele a tu esposa por todo el esfuerzo, por toda la ciencia que tiene como mamá, por todos los sacrificios que hace para tus hijos. ¿Cuántos hombres admitimos que pasamos mucho tiempo fuera de la casa, pero si hay crédito para tener hijos exitosos, ¿quién lo merece? Es Dios a través de la mamá en la casa. Donde hay un Isaac, hay una Saraí; donde hay un Juan el Bautista, hay una Elisabet; donde hay un Samuel, hay una Ana; donde hay un hijo exitoso en tu hogar, hay una mujer al lado. Debemos estar bien agradecidos porque Cristo nota en su crucifixión todo lo que necesitaba su mamá.

El 16 de septiembre de 1944, 18 miembros de un equipo de espías americanos a riesgo de su vida, detuvieron un escuadrón total de alemanes y cambiaron o fortificaron todo lo que era casi la última recta final de la Segunda Guerra Mundial y para poder conseguir la victoria final para los Aliados. Uno de esos hombres fue  William James. Él volvió a EEUU y se curaron sus heridas, vivió con secuelas el resto de su vida y fue totalmente olvidado por 40 años. Murió sin que nadie le agradeciera por lo que hizo, hasta que un senador decidió levantar en honores a estos 18 hombres que sacrificaron todo para que otros tuvieran, pero el agradecimiento fue muy lento en venir. 

Lo que quiero decir a todos los hombres, los hijos e hijas, que el 10 de mayo no sea el único día que aprecias a tu mamá. Agradece a tu mamá. ¿Tiene defectos y problemas? obvio que sí, pero es tu mamá y la Biblia dice que honres a tu padre  y madre y que seas agradecido en todo porque Cristo lo hizo con su mamá. 

Y mamá, si ese agradecimiento nunca viene, fija tus ojos en Cristo crucificado porque tu parte en su reino no tanto es ser pastora, porque no creemos en eso, pero tu parte en su reino es ser ama de casa, infundir cristianismo en tus hijos y Dios te está usando grandemente aunque nadie lo vea. A la luz de Cristo recibes aprecio.

También recibes descanso. Algo tiene que darte descanso. En algún lugar tienes que buscar descanso. Dios puso en el corazón humano buscar, confiar en algo o en alguien  que es fiel. 

Estábamos mi esposa y yo en Hidalgo y salió el tema de las adicciones y una hermana se acercó y nos llevó a comer y cambió mi forma de pensar porque nos dijo: “Allá en Puebla tienen gente que cuando ven ciertos lugares, cantinas o puntos son muy tentados, pero mi tentación son las farmacias.” Porque ella tuvo una cirugía que por el dolor que tuvo en la rodilla, ella se hizo adicta a las pastillas. ¿Qué hace una pastilla? Trata con el dolor  y nos permite descansar. Ahora, hay personas y no les critico porque no vivo con ese afán pero hay personas que buscan psicólogos y ellos están en la bolsa del farmacista porque hay un negocio y lo que pasa es que hay tanta gente que no puede dormir. Mi propia madrastra era así, tomaba unas pastillas para poder dormir algunas horas, para poder simplemente descansar y la gente busca pastillas en la farmacia. Esta mujer dijo: Esa es mi tentación, me hice adicta a las pastillas por muchos años antes de que Cristo me liberara. ¿Qué nos dice eso? Su descanso no fue en una pastilla sino que su descanso fue el príncipe de paz. 

Y hermana, sé que en alguna manera en tu corazón como mujer vas buscando descanso en alguien o en algo y esa persona digna de toda tu fe y confianza es Cristo Jesús Señor nuestro. 

En Juan nos dice qué pasó y en Romanos porqué pasó.Romanos 3:24-25 dice: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 

La salvación tiene un alto costo, pero para ti, cero porque Cristo te ha redimido gratuitamente y solamente pide que pongas fe en Él.

“a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 

a quien Dios puso como propiciación” O sea, el que quita la ira en contra de ti. Como muchos hombres tenemos una herida paternal, muchas tienen una herida maternal. Nuestros padres como hombres con su ausencia, comentarios, insultos, nos hirieron, pero he aconsejado a mujeres que su mamá con un comentario, con una palabra hirió y esas mujeres viviendo con esos comentarios ahora son adictas al facebook y comparan la vida con los momentos más dulces que otros y piensan: “Yo nunca soy lo suficiente.” Para Dios tampoco eres suficiente, pero Cristo crucificado le agradó. Dios miró el sacrificio de Jesucristo y cuando Cristo dijo: “Consumado es” Jehová nuestro Padre vio desde la gloria y dijo: “Mi ira se quita con cualquiera que pone la fe en este sacrificio, acepto la muerte de mi Hijo y su sangre preciosa.”

Esto debe dejarte descansar. Descansa, no en tu almohada, sino en tu Salvador. ¿No notas que la tecnología de camas y almohadas se ha hecho mucho más? Hay camas y almohadas que no permiten que tengas problemas con el cuello. Por tanta tecnología de almohadas y de colchones como nunca antes, la gente menos duerme bien porque no es un problema físico, es un problema espiritual y no se va a resolver con una nueva almohada sino con una vista colocada en Cristo Jesús crucificado y Dios te dice: “Ya no estoy enojado contigo porque tú te escondiste en el sacrificio perfecto de mi Hijo.”

La razón de que nunca eres suficiente es que eres una hija caída de Eva que no puede agradar a Dios, pero la sangre de Cristo Jesús lo puede hacer. Y si necesitas una pastilla, mejor te doy la pastilla 24:

siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

¿Qué más necesitas en este universo que estas tres palabras? Por su gracia. Es tiempo de vaciarte de esas palabras que tu mamá te decía en tu infancia y escucha de tu Padre celestial esas tres palabras: Por su gracia.

Por su gracia: justificadas, cuentas en ceros, adoptadas, amadas para siempre, no ganando su favor solo recibiendolo por Cristo Jesús y seguras en Él para siempre.

Dios puso un valor muy distinto sobre las mamás y si tú no colocas la vista en Cristo, vas a perder muchas cosas porque la única alternativa si no adoras a Cristo crucificado lo único que tienes es lo opuesto: La depresión, la crítica y siempre viviendo en caos en tu hogar, pero cuando lo haces Dios te puede convertir en una mujer que es como ese Proverbio 31.

En Nueva York hay una compañía que renta mamás por día a un alto precio. Qué triste que hay niños que no tienen a su mamá o por tanto enfoque en la economía la mujer en lugar de estar cuidando su casa, cuida un negocio, sus hijos necesitan una mamá y en mi país pagan 40 dólares por hora para alquilar una mamá.

Hasta el mundo sabe el valor de una madre porque están dispuestos a pagar 800 pesos cada hora para rentar una. Hermana, eres tan invaluable y por ser tan invaluable, sin precio, alza la vista al que realmente te puede amar con un amor incondicional, que te puede dar un descanso y que también reconoce todos aquellos sacrificios invisibles para el hombre pero visibles para Dios.

Vales mucho, hermana. Alza la vista a aquel que te ha dado su valor, Cristo Jesús, Cristo crucificado.