No eches el rollo al fuego

Jeremías 36:1-4 

1 “Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 

2 Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. 

3 Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.

4 Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado. ”

Jehová mandó a Jeremías, le dio palabras para el pueblo de Israel, Baruc lo escribió en el rollo y le está diciendo: “Te va a venir una situación difícil va a venir un problema para ti, como dicen por ahi “te va a caer el chahuistle”, te voy a mandar un profeta para que quizá escuches y te arrepientas.” Y con nosotros ¿qué pasa? Venimos a la iglesia, Dios nos habla a través de la predicación, ¿y qué dice Dios? “Quizá alguien de la iglesia se arrepienta y cambie su manera de vivir.”

Dios a través de Jeremías le está diciendo que vendría un problema y nosotros hemos tenido problemas, van a venir problemas, pero lo que hacemos es lo que va a definir el rumbo de nuestra vida. 

Dicen los versículos 5 y 6 Después mandó Jeremías a Baruc, diciendo: A mí se me ha prohibido entrar en la casa de Jehová.  Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de Jehová a los oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades. ” Me quedé pensando ¿Qué hacía el pueblo de Israel en la casa de Jehová? Ayunando y aun así tenían un problema porque estaba el pueblo en la casa de Jehová ayunando y Jehová mandó a uno de los mejores profetas a advertirle lo que estaba pasando. Si se supone que estaba en la casa de Jehová, viviendo una “vida recta delante de Dios”, si estaban en la casa de Jehová se suponía que estaban haciendo las cosas bien, porque cuando tú andas en pecado ¿andas en ayuno? Si estamos en pecado lo menos que queremos hacer es ir a la casa de Jehová y ayunar, pero ellos estaban en la casa de Jehová ayunando, pero aun así les había mandado Dios una advertencia a través del profeta Jeremías.

Muchas veces caemos en esa situación como los fariseos hipócritas muchas veces venimos a la iglesia con corbata, las mujeres con falda larga, estamos en ayuno y vivimos de cierta manera, pero Dios nos dice que debemos cambiar cosas en nuestra vida, que debemos quitar cosas de nuestras vidas, pero muchas veces vivimos de esta manera, venimos a la iglesia , ayunamos, servimos pero Dios nos está llamando la atención a través de predicaciones y esta gente estaba en la casa de Jehová y sí sabían que vendría un ejército que los iba a destruir.

Muchas veces nos espantamos de la palabra “cine” pero ¿si te preguntara del diezmo? Con la palabra “batería” te persignas porque se comentan ese tipo de palabras pero ¿cómo está tu relación con los hermanos de la iglesia, muchas veces nos fariseisamos y la doctrina bautista fundamental independiente en sus bases está bien, pero si no leemos la palabra de Dios la torcemos y nos enfocamos en otras palabras que casi casi linchamos al hermano que las dice, pero lo que realmente tenemos hacer, como realmente debemos vivir no lo hacemos,

¿Por qué Jehová les iba a mandar un problema a sus vidas? Era por la manera de vivir, lo que debían hacer no lo hacían.

Dice el versículo 10 Y Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la casa de Jehová, en el aposento de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová, a oídos del pueblo. Se supone que estaban en la casa de Jehová e iban a escuchar la profecía de Jeremías ¿Quién estaba? Todo el pueblo. ¿Quién más debió haber estado en ese lugar? El rey. Pero vemos que el rey no estaba donde debería estar, porque se supone que el líder debía dar el ejemplo y si sabían que Baruc y Jeremías iban a leer la profecía el pueblo debía estar ahí y el rey también. Pero vemos que solo estaba el pueblo. ¿Dónde estaba el rey? Dicen los versículos 11 y 12 Y Micaías hijo de Gemarías, hijo de Safán, habiendo oído del libro todas las palabras de Jehová,  descendió a la casa del rey, al aposento del secretario, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados, esto es: Elisama secretario, Delaía hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes.

Si Micaías no hubiera llegado a decirle al rey lo que estaba pasando, ¿el rey se hubiera enterado? Dice 2 Reyes 24:1-2En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia. Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él. Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas.

Si tú supieras que un ejército viniera contra ti ¿no estarías en la casa de Jehová diciendo qué es lo que tienes qué hacer? Pero ¿dónde estaba el rey? En su casa. Entonces, solo estaba el pueblo escuchando y si Micaías no hubiera ido a la casa del rey a avisarle, el rey ni se hubiera enterado, hubiera estado bien cómodo en su casa sin enterarse de las advertencias. Por eso es básico no perderse ninguna predicación en tu iglesia, por eso es necesario que vengas todos los servicios de la iglesia porque la predicación siempre te va a hablar en algo porque si no vienes a la iglesia ¿cómo te vas a enterar de las advertencias que Dios tiene para ti? No va a venir por arte de magia, sino por sentarse y escuchar.

Tenemos que venir a la iglesia para escuchar la palabra de Dios con el objetivo de que Dios nos hable y que podamos cambiar nuestras vidas. dice  Jeremías 36:13-14 Y les contó Micaías todas las palabras que había oído cuando Baruc leyó en el libro a oídos del pueblo. Entonces enviaron todos los príncipes a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijese a Baruc: Toma el rollo en el que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y vino a ellos. En vez de que las personas estuvieran en la casa de Dios, ahora resulta que le dicen a Baruc, “ven a predicarles acá, queremos que vengas y nos prediques acá”, y así como está la situación cristiana actualmente resulta que en un futuro le vamos a decir al pastor: “No escuché palabra en la casa de Dios pero si quiere que yo escuche venga y prediqueme” porque no queremos esforzarnos para levantarnos temprano, bañarnos, y venir a la iglesia, queremos que ahora la predicación venga a nosotros, ya no queremos venir a la iglesia, mejor nos metemos a Facebook, a la página de la iglesia y escuchar con la pijama, con el mameluco, con la taza de chocolate porque está frío y así queremos escuchar la predicación porque nos estamos acostumbrando a esta situación del coronavirus, queremos que la predicación venga a nosotros. 

El cristiano se está conformando ante esta situación a como está pasando acá: “Yo no voy a ir a la casa de Jehová a escuchar a Jeremías, quiero que Jeremías venga acá y predique”  y muchas veces como cristianos tenemos esa actitud, no queremos ir a la iglesia, “estoy desvelado”, “tengo mucho trabajo”, queremos que la predicación venga a nosotros y ponemos el teléfono y así escuchamos la predicación.

Dicen los versículos 20-23 Y entraron a donde estaba el rey, al atrio, habiendo depositado el rollo en el aposento de Elisama secretario; y contaron a oídos del rey todas estas palabras.  Y envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó del aposento de Elisama secretario, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban. Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él. ” Ve la actitud del rey, ve la decisión, su corazón, y quiero enfocarme en eso Cuando Jehudí había leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cortaplumas de escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero había.

¿Qué es lo que hizo el rey? Rechazó la palabra de Dios, agarró el rollo, ni siquiera lo termino de leer y lo aventó al fuego

Dice 2 Crónicas 36:6-7 Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia, y lo llevó a Babilonia atado con cadenas. También llevó Nabucodonosor a Babilonia de los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia. ¿Cuál era el problema que se le avecinaba al rey Joacim? Cautiverio, iba a llegar un rey a destruir su ciudad, todo lo que él tenía, pero ¿qué hizo Joacim cuando escuchó el problema? Agarró la palabra de Dios y la rechazó. ¿Qué haces cuando escuchas de un problema? Me temo que muchos de nosotros tomamos la palabra de Dios y la quemamos en el fuego, de pensamiento decimos “yo soy cristiano, yo voy a la iglesia, yo sirvo” pero cuando realmente tenemos que actuar ¿qué hacemos? 

¿Qué esperabas del rey Joacim? Muchos reyes en ese momento rasgaban sus vestiduras, se echaban cilicio, ayunaban eso es lo que se esperaba, el agarró un cortapluma de escribas, rasgó el rollo, y lo aventó al fuego diciendo “no me interesa las cosas de Dios”

La pregunta es ¿qué haces cuando viene un  problema a tu vida? Me temo que todos hemos actuado como el rey Joacim, aventamos la Biblia, la tenemos en nuestra casa, venimos a la iglesia, pero cuando debemos actuar como cristianos poniendo en práctica toda la palabra de Dios, ¿la echamos al fuego o la ponemos en práctica? Cuando decidimos poner a un lado un principio básico de la palabra de Dios estamos aventando al fuego las cosas del Señor, espiritualizamos y decimos “Es que Dios entiende mi situación.” 

Todo lo que sube tiene que bajar, esa es una ley física que jamás se va a quitar, ni Einsten puede quitar eso y la salvación es a través de Cristo, ¿eso se puede modificar? Eso es intocable, Dios dijo que solo a través de Jesucristo puede existir la salvación y si Dios ya dijo que demos nuestros diezmos y misiones Dios ya estableció este principio, es algo que necesitamos hacer y si tú quieres justificar y espiritualizar que Dios entiende, tú lo puedes pensar, pero Dios ya estableció este principio. Cuando estamos desobedeciendo en ese punto, del diezmo estamos aventando el rollo.

Cuando tenemos problemas económicos y no guardamos el principio de dar nuestro diezmos y ofrendas lo único que estamos haciendo es agarrando la palabra de Dios y las estás echando al fuego diciendo “a mí no me interesa la palabra de Dios.” ¿Realmente estamos obedeciendo la palabra de Dios o la estamos echando al fuego?

Debemos actuar como dice la palabra de Dios. Otro pueden ser los problemas maritales y  lo que dice el mundo, las redes sociales, el compadre, la suegra: Si tienes problemas con tu esposa, divorciate, además hay siete mujeres para cada hombre, y cuando tomamos esa decisión estamos echando al fuego la palabra de Dios. Cuando la Biblia dice que resuelvas tus problemas, ama a tu esposa, perdona, platica, ten paciencia, sobrelleva la situación, eso es lo que tenemos que hacer. 

Joacim fue lo que hizo, no le importó cuando vino el problema a su vida, y echó al fuego el rollo y nosotros con nuestras acciones echamos la palabra de Dios al fuego sin importarnos las bases fundamentales de la palabra de Dios. Debemos tener cuidado.

Dice Jeremías 39:1-8 

1 “En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. 

2 Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. 

3 Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. 

4 Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. 

5 Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. 

6 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. 

7 Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. 

8 Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.

Ese fue el problema al que se le iba a enfrentar Joacim y toda su descendencia. llegaba el rey Nabucodonosor y sin importarle mataba al que se le ponía enfrente, violaba a sus mujeres y azotaba a los bebés en las piedras, los encadenaba pero cuando le llegó esa situación agarró el rollo y no le importó.

Debemos tener cuidado porque cuando vienen problemas a nuestra vida en vez de guardar la palabra de Dios muchas veces la agarramos y las echamos al fuego sin importarnos las consecuencias que vana a venir a nuestra vida, por eso es importante venir a la iglesia, cada servicio porque no sabes si ese servicio iba a hablar a tu vida,  pero agarramos la palabra de Dios y sabemos que tenemos que diezmar ya hasta nos cansamos de escucharlo, pero muchas veces cuando llega el momento de actuar de poner el dinero en el sobre, tomamos el dinero  y lo ponemos en Coppel, en la luz y ponemos a un lado la palabra de Dios. Cuando no diezmas estas agarrando el rollo y lo estás aventando al fuego, cuando no das a misiones estás agarrando la palabra de Dios y la estás arrojando al fuego y no te espantes de lo que hizo Joacim porque muchas veces hacemos lo mismo. Cuando te quieres divorciar estas agarrando el rollo y lo estás aventando al fuego; cuando no quieres perdonar a  tu hermano, estás agarrando la palabra de Dios y la estas aventando a fuego; cuando no quieres venir a la iglesia estás agarrando la palabra de Dios y la estás aventando al fuego.

Muchas veces esa es la manera de actuar de nosotros que nos llamamos cristianos. En vez de poner práctica la palabra de Dios y todos tenemos cosas que mejorar por eso venimos a la iglesia,para que Dios nos hable y transforme nuestras vidas y poner en práctica, pero cuando ya sabemos que tenemos que hacer no lo hacemos estamos agarrando la palabra de Dios y la estamos aventando al fuego, así como hizo Joacim.

Pongamos en práctica realmente la palabra de Dios porque así como nos espantamos de Joacim, con nuestras acciones estamos agarrando la Biblia y la estamos echando al fuego. Cuando no queremos perdonar a nuestra esposa, cuando preferimos a nuestros amigos mundanos, cuando estamos en fornicación estamos agarrando la palabra de Dios y la estamos echando al fuego. Tenemos dos opciones: Poner en práctica la palabra de Dios o agarrarla y echarla al fuego, simplemente es poner en práctica la palabra de Dios y esperando la bendición de Dios en nuestras vidas.