La Iglesia ante Situaciones Incómodas

Efesios 5:1-2

1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 

2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

El libro de Efesios es una carta muy práctica. Es una carta donde el apóstol Pablo nos expresa cómo debe guiarse la iglesia, pero no tanto doctrinalmente, sino más práctica. Romanos es una carta más doctrinal, pero la carta a los Efesios es más práctica, se puede llevar más a la vida cotidiana.

La carta de Efesios se puede dividir en tres partes. La primera parte puede ser la posición del creyente, donde el Señor nos aclara nuestra posición ahora como hijos, eso abarca del capítulo 1:3 al 3:21. La segunda parte es la vida y servicio del creyente porque nos habla de cómo es que tiene que servir una persona y cómo debemos guiarnos en nuestra conducta y la tercera parte nos habla de la lucha del creyente lleno del Espíritu.

Pablo, antes de dar instrucciones, recordaba la posición que tenían y que podían hacer en esa posición. Efesios 1:3-5 dice: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,  según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

Aquí Pablo dice: “Hermanos si han conocido el evangelio no es por sus propias fuerzas, o méritos, es porque el Señor antes de la fundación del mundo, él los vio, los amó y los perdonó” y comienza a hablarnos de esa posición y dice el versículo 4 para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Pablo nos habla de nuestra posición en Cristo y nos dice: Ahora como hijos de Dios deben vivir en santidad y deben crecer espiritualmente. 

Efesios 1:8 dice: “que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,” Pablo pone primero la sabiduría y después la inteligencia. La inteligencia es la capacidad de hacer las cosas bien. La sabiduría es la capacidad de hacer lo bueno. Hay una diferencia entre hacer las cosas bien y otra es hacer las cosas buenas.

Cuando llegamos a Cristo, fuimos sellados por el Espíritu Santo y ahora tenemos esa capacidad como hijos de Dios, de sabiduría e inteligencia. La sabiduría de Dios es muy diferente a la sabiduría del hombre. La sabiduría del hombre está muy por el piso, y la sabiduría de Dios nadie la puede comprender, Él es sabio en todo momento. Cuando fuimos salvos él nos dio la capacidad de tomar buenas decisiones y hacer las cosas bien, y la Biblia dice que si alguno tiene falta de sabiduría la pidamos a Dios y si no tenemos sabiduría no es porque no podamos sino porque no pedimos. 

Efesios 2:1 dice: él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia Pablo les está diciendo que hay una grande diferencia entre lo que eran y lo que ya deberían ser. Cuando la Biblia nos habla de nuestra posición en Cristo, nos lo está diciendo para mostrarnos las responsabilidades que tenemos como cristianos y hermanos en Cristo en la iglesia. 

El versículo 3 dice: entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Tiene que haber cambios en nuestras vidas. Ya no somos lo que eramos antes. Tenemos que distinguirnos entre el antes y el después. Si antes batallamos con la ira, ahora por medio del Espíritu Santo, tenemos que saber controlar esa ira. ¿Nos vamos a enojar? Sí, pero la Biblia dice: “Airaos pero no pequéis.” No es malo enojarse, pero sí es malo querer hacer algo en contra de esa persona.

Pablo nos muestra la posición y nos muestra quienes eramos antes. Usted sabe con lo que batallaba antes y con lo que batalla hoy, pero ¿ha habido un cambio o sigue batallando de la misma manera que como cuando llegó al Señor Jesucristo? Muchas veces se nos hace fácil pensar que estamos bien y que así vamos a servir al Señor y no nos damos cuenta que lo que hacemos así para el Señor es en vano.

Dice Efesios 2:4-5 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). Es por pura gracia que hemos sido salvos y eso debería sorprendernos todos los días y es gracias a Dios. No lo buscábamos, pero Él nos tuvo que humillar para que alguien nos hablara del evangelio, porque si fuera por nosotros nadie estuviera aquí.

Recordemos que la iglesias primitiva estaba compuesta generalmente por judíos, entonces cuando un gentil quería venir a la iglesia muchos judíos los excluían. Les decían: es que tu eres gentil no puedes acercarte a nosotros, vete con los tuyos.

Dicen los versículos 11-13 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

El tema principal de la carta de Efesios es la unidad en el vínculo que es el amor. Pablo comienza hablando de nuestra posición, de como Cristo nos hizo cercanos a Él y luego a unir a judíos y gentiles porque los judíos los veían y trataban como perros a los gentiles, eso lo podemos ver cuando el Señor Jesucristo estaba en la tierra y los samaritanos y judíos no se llevaban entre sí, pero Pablo les decía: Cristo los unió, tienen que aprender a trabajar juntos, a vivir una vida digna. 

El Efesios 3:17-19 dice: para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. El Señor estableció la iglesia porque sabía que ibamos a tener dudas y no seríamos capaces de realizar muchas cosas, y aquí dice para que seáis capaces, en nuestra propia carne ¿cree que somos capaces de trabajar todos los hermanos en una misma dirección? No, porque somos carne, pecadores, cada quien piensa diferente, tenemos diferentes opiniones. 

Dice Efesios 4:1-4 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.Después de decirnos que tenemos que aprender a trabajar en equipos con todos, Pablo dice que tenemos que aprender a vivir como es digno y ¿cuál es la vocación a la que fuimos llamados? Santidad, comunión solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; ¿Qué es lo que nos une? Una esperanza, ¿cuál es esa esperanza? Algún día estar libres de este cuerpo de pecado. Pablo decía: “Lo que quiero hacer no lo hago sino lo que no quiero hacer eso hago.” Esa debe ser nuestra esperanza, decirle: “Señor, quiero servirte en toda santidad.” Esa es la esperanza, que vamos a ser glorificados, transformados completamente y si no anhelamos eso, estamos en grandes problemas.

Dice un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Fuera de esto, cualquiera puede tener otro punto de vista pero hay cosas esenciales que no podemos cambiar y si hay un hermano que quiere meter doctrina toda chueca, con esa persona no somos llamados a tener comunión porque está metiendo cosas que son diferentes a la nuestra y tenemos que tener cuidado. Si dicen que la salvación no es por gracia, ahí si expulsemos de la iglesia.

Luego dice que Él había constituidos apóstoles, profetas, pastores y maestros porque sinceramente es muy difícil convivir con otras personas que son pecadores igual que nosotros. La única verdad la tiene la Biblia. Muchas veces vamos a tener roces con los hermanos de la iglesia, pero eso era lo que el viejo hombre hacía, la carne es lo que quiere hacer, pero nuestra posición en Cristo es distinta: De ira a mansedumbre, templanza. Esa debe ser la diferencia que debe haber en nosotros. Aguantarnos esas cosas por las cuales a veces discutimos, cosas insignificantes que no tienen relevancia en el cielo, que si los ángeles cantan o no cantan, son cositas en que vamos a chocar con otros hermanos pero ahí es donde debemos mostrar nuestra nueva naturaleza en Cristo. Lo que nos une como cristianos es la fe en el Señor Jesucristo.

Dice Efesios 5:1-2 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Se nos dice aquí como es debemos vivir, comportarnos y responder  en situaciones incómodas dentro de la iglesia. Con situaciones incómodas me refiero a  problemas, choques con hermanos.

Cristo hizo su sacrificio sin pecado, pero antes de hacer su ofrenda, la salvación no solo consistió en el hecho de morir en el madero, tuvo que ser una vida perfecta para morir en el madero porque si Cristo hubiera pecado, su sacrificio ya no iba a ser efectivo en nosotros. En el momento que Cristo hizo su sacrificio, Dios Padre lo ve con agrado porque Él había vivido una vida sin mancha, había cumplido los mandamientos a la perfección, y si nosotros trabajamos y nos esforzamos pero no estamos bien con los hermanos ese sacrificio nunca va a llegar al Señor.

Mateo 5:21-26 dice:

21 “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 

22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. 

23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,  

No dice que si tú tienes algo contra tu hermano, dice que si hicimos algo que le ofendió al hermano y lo sabemos y aún así hacemos una ofrenda, el Señor no la va a recibir. Quizá estamos sirviendo en muchas áreas de la iglesia, llegamos hasta la noche y si hicimos todo ese trabajo, pero no arreglamos las cosas con alguna persona, de nada va a servir, y no es decir mejor no hagas nada, sino animar y mejor arreglemos las cosas para que ahora si nos cuente,porque nuestras obras van a ser pasadas por fuego. Dependiendo de lo que hayamos hecho vamos a recibir. Cuando la viuda entró al templo, no dio millones de pesos, echó dos blancas, todo su sustento. El asunto no es tanto lo que hagamos, sino el corazón. Así no tengamos mucho para apoyar en cada ministerio, pero el asunto es cómo está el corazón con las demás personas. Es triste que muchos vamos a llegar a la presencia del Señor con muchas cosas y va a ser echado al fuego, pero ¿con cuánto nos vamos a quedar? 

Muchas veces sabemos que ofendimos a personas, que hicimos algo más y a la carne no le va a gustar. Como jóvenes ofendemos a nuestros papás, pero ¿cuántas veces nos hemos acercado a nuestros papás a pedirle perdón?

Si tenemos algo contra alguien o alguien tiene algo contra nosotros arreglemoslo, porque si no todo lo que hagamos para el Señor, no se nos va a tomar en cuenta. Hay muchos que se cansan, le echan ganas, sacrifican dinero, pero de nada sirve si se está peleado con media iglesia, si tienen en su corazón ese rencor contra alguien. Por eso el Señor Jesucristo dice: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, ” Y si nos acordamos, el Espíritu Santo está ahí diciéndonos que arreglemos eso.

“deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 

No dice que si estamos mal, dejemos de hacer lo que estamos haciendo, sino tomar algunos minutos e ir arreglarlo y regresar y hacer lo que hacemos para el Señor para que nuestras obras sean contadas. Gracias a Dios, ya no vamos a perdernos en el infierno, pero imagínese cuando estemos en la reunión celestial y cada uno lleve sus coronas, lo que hemos hecho para el Señor,  y que uno lleve media corona y presentársela al Señor y decir: Desperdicié una vida porque me puse en una posición que no me correspondía y no quise perdonar.

Efesios 5:2 dice: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” Nuestras ofrendas, nuestros sacrificios tienen que ir a Dios con olor fragante, pero no llegan en olor fragante cuando tenemos algo contra un hermano. Que se nos quite esa mentalidad que tenemos del mundo de “yo perdono, pero nunca olvido.” Eso no es perdonar.

Mientras la iglesia sea más grande más choques vamos a tener con otras personas, pero uno de los dos tiene que ser el espiritual, uno de los dos tienen que dejarse guiar por el Espíritu Santo, tiene que ceder, ¿Quién va a ser? Quizá el otro hermano no se dio cuenta que nos ofendió y nosotros estamos amargados todo el año, y él ni siquiera lo hizo con esa intención, pero nosotros pensamos mal. 

Dice Efesios 4:30-32 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

En la carne no podemos perdonar, pero en Cristo sí. Si recordamos todo lo que el Señor nos ha perdonado, de dónde nos sacó y recordamos que tan misericordioso y benigno con nosotros nos va a ayudar a no ponernos en una posición que no nos corresponde, pensando que merecemos todo.

El capítulo 6 continúa hablando como podemos combatir situaciones externas, pero él comienza hablando de situaciones internas en la iglesia. Como cristianos tenemos que aprender a trabajar juntos. La iglesia se limita a hacer muchas cosas simplemente porque no sabemos perdonar porque dice la Biblia que el Señor le ha dado poder a la iglesia, todo lo que atare la iglesia en la tierra será atado en el cielo. Cuánto poder estamos perdiendo como iglesia por el hecho de no perdonar. Que el Señor nos ayude a perdonar ya sea con papás, hermanos o amigos.