La Presencia De Dios

1 Juan 1:3

Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

Todos tenemos metas en la vida y lo que siempre hacemos al inicio del año es ponernos metas como leer la Biblia, leer libros, hacer dietas, pero dejamos muchas veces lo más importante que hay en nuestra vida, que es Dios. ¿Cuántos podemos decir que tenemos una meta de orar más, de pasar más tiempo con Dios? ¿Cuántos podemos llegar a decir eso? No lo sé, es muy raro porque nuestra atención, nuestro corazón no está hacia Dios, eso es una razón, y se oye feo decir que nuestro corazón no es hacia Dios, porque si realmente estuviera hacia Dios, realmente lo haríamos y no precisamente hasta cuando lleguen problemas sino antes, para que cuando lleguen problemas sepamos qué hacer.

Tristemente, muchas veces no buscamos a Dios, podemos ir a la iglesia, pero eso no quiere decir que buscamos a Dios, no quiere decir que busquemos su presencia, es muy importante buscar la presencia de Dios.

Tal vez nos preguntamos ¿para qué nos va a servir la presencia de Dios? No sabemos cuántas bendiciones nos estamos perdiendo por no buscar la presencia de Dios, podemos estar en la iglesia fielmente, pero podemos estar con un corazón no dispuesto escuchando lo que Dios dice, creemos que se predica la palabra de Dios. Pero me temo que muchas veces muchos de nosotros no creemos que es la palabra de Dios lo que se predica. Si creyéramos que realmente se está predicando la palabra de Dios, creo que las primeras filas de la iglesia estarían llenas. Me entristece saber que muchas veces nuestro motivo de llegar temprano a la iglesia no es por ocupar las primeras bancas sino por decir “Me van a ganar el último lugar.” Parece algo ilógico, pero antes no era así, todos querían estar cerca del Señor Jesucristo. Por ejemplo, esa mujer que padecía de flujo de sangre quería tocar, estar cerca del Señor Jesucristo; aquel paralítico que sus amigos lo subieron, tenía que estar cerca del Señor Jesucristo para que le hiciera un milagro, tenían que estar cerca de la presencia de Dios.

En la escuela, ¿dónde se sentaban las personas que más causaban problemas? ¿en la parte de enfrente? No, eran los que estaban atrás, eran los que menos querían poner atención. Esa clase de jóvenes no querían ir a la escuela a poner atención, querían estar jugando, pasar tiempo con los amigos, lo que sea, menos poner atención al maestro y será que es lo que está pasando en la iglesia? Tristeza nos debería dar que si realmente creemos que es la palabra de Dios que se está predicando estaríamos en frente.

Dice 1 Timoteo 3:14-15 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,  para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.Si realmente entendiéramos que las instalaciones de la iglesia no son cualquier cosa, es la casa de Dios. Deberíamos entender que no es cualquier lugar, si a lo mejor está conformado por paredes, hay un techo, pero venimos a buscar la presencia de Dios. Si vas a la iglesia es porque quieres buscar la presencia de Dios.

Muchos queremos que Dios nos hable, pero vamos con un corazón indispuesto, preferimos estar pensado en otra cosa, en vez de lo que Dios quiere hablar a nuestra vida. Muchos de nosotros por causa de la dureza de nuestro corazón, no escuchamos a Dios, Dios quiere obrar en nuestra vida, quiere bendecirnos, transformarnos, pero tenemos un corazón duro hacía él. Las metas que podamos cumplir en este año no van a ser nada, si no buscamos su presencia. Algunas buenas metas que podemos tener son: Ser como Jesús, ser un ejemplo a los demás en su perdón, en su amor, en su compasión, hay que ser fieles a Dios, fieles en buscar su presencia, que este año sea más de buscar su presencia antes que cualquier cosa. Tal vez el año pasado no leímos tanto la Biblia, pues este año hay que leer un capítulo más, si leímos dos, hay que leer tres. Dios ve el corazón con que lo hacemos, tal vez batallamos para orar, leer, para venir a la iglesia, y sí, habrá tropiezos pero hay que pensar que un tropiezo no va a ser una pérdida total, no va a ser una caída, hay que levantarnos y seguir adelante, no mirar hacia atrás, sino adelante, proseguir a la meta como Pablo decía. Filipenses 3:12-14 dice: No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” 

Pablo decía: “Mi carrera es muy larga, pero ya no me enfoco en las cosas que han quedado atrás, en las cosas malas que hice, me enfoco en lo de adelante, en lo que puedo hacer por medio de Dios, en eso me enfoco.” Este año está continuando, pero ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a seguir hacia adelante o vamos a quedarnos atrás viendo todos los errores que hemos cometido? Si el año pasado no buscamos a Dios, este año sí, debemos buscarlo. Hay que buscar la presencia de Dios.

Filipenses 4:6-7 dice: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Aquí Pablo nos está animando a que debemos orar y orar sin cesar porque vamos a poder experimentar una comunión con Dios, bendecida por él. Yo estoy convencido que la diferencia en que Dios nos bendiga o no va a depender mucho de nuestra vida de oración, porque hemos visto obrar a Dios, hemos visto como obra en nuestra vida, cuando más necesitamos algo, cuando no sabemos qué hacer y con una oración derramada de nuestro espíritu humilde hacia Dios va a hacer toda la diferencia. Hemos pedido “Dios no tengo trabajo, mi esposa está enferma, ayúdame” y cuántas veces hemos visto a Dios obrar mandando maná a nuestras casas, obrando en nuestros trabajos y es Dios obrando en nuestra vida, pero solamente con una oración que hicimos delante de él.

Muchas veces Dios permite bendecirnos con hacer una oración, cuánto más no va a hacer si estamos delante de él día tras día. ¿Qué pasaría si un cristiano se pone fiel en sus rodillas? Ese cristiano transformaría el mundo eterno, sería un hombre de oración. El versículo 7 dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Cuántas veces podemos sentirlo, podemos sentir un abrazo de parte de nuestro Dios y decirnos que todo está bien, con solo una oración que hayamos hecho. Quizás en esas madrugadas, en esas noches que no podemos aguantar las lágrimas de no saber qué hacer, que nuestra vida está perdida y solamente con una oración hacia nuestro Dios y él puede cambiarlo todo. Cuántas veces hemos pasado por dificultades y hemos visto a Dios obrar en nuestra vida, pero no busquemos a Dios hasta cuando ya estemos metidos en un problema, es importante buscar a Dios desde antes, es importante buscar su presencia, hay bendiciones al buscar su presencia. Una de ellas es que vivimos con el gozo de que Dios puede escuchar nuestras peticiones.

Dice Juan 16:24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Jesús promete que al que pide se le dará, al que busca hallará y al que llama se le abrirá. En Lucas 11:9-10 dice: Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Y luego da un ejemplo:  ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?  ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Es una bendición saber que al buscar la presencia de Dios, él puede atender a nuestra oración, puede obrar en nuestra vida, pero es importante buscar la presencia de Dios en nuestras vidas.

No vemos obrar a Dios en nuestras vidas porque no oramos, si no cambiamos es porque no oramos. El mayor problema que tiene un cristiano es no orar. Dios dice que al que pide se le dará “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Necesitamos orar más, necesitamos buscar su presencia.

Es una bendición saber que cuando buscamos la presencia de Dios vamos a tener gozo. Dice 1 Juan 1:1-4 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);  lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. Dios nos creó y nos salvó para que gocemos la comunión que él ha tenido con su Hijo y con el Espíritu Santo. Hemos experimentado esto mismo que Juan experimentó porque hemos oído los milagros que Dios ha hecho, hemos oído muchas promesas que el Padre nos ha dejado, hemos visto a Dios obrar en nuestra vida. 

(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó)” Un día alguien tocó a nuestra puerta por la gracia de Dios y aceptamos a Cristo en nuestro corazón y a partir de ese momento hemos experimentado la gracia de Dios. Su presencia, el poder de Dios mediante su presencia y al final del versículo 4 Juan dice: “para que vuestro gozo sea cumplido.” En esto hay que tener gozo, en saber que Jesucristo está en nuestra vida, que sí, antes vivíamos en un mundo en donde no teníamos dirección, andábamos solos, perdidos en la vanidad, encadenados al pecado, pero Cristo nos libertó y ahora nos da una dirección y un camino nuevo. Tenemos una dirección clara que es servir a nuestro Dios, que es tener comunión con él, que es buscarlo porque le amamos a él porque él nos amó primero.

Otra cosa es que habrá gracia para toda prueba que pase en nuestra vida. Dice Hebreos 4:15-16 porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Dios nos entiende, que bendición es saber que su Hijo mismo habitó en esta tierra y dice la palabra de Dios que él experimentó todas las debilidades que el ser humano pudo haber tenido. Mucha gente dice “Dios, ¿por qué permitiste esto?” Dios tiene un perfecto plan para eso, porque él fue tentado en todo según nuestra semejanza pero sin pecado. Dios está en ese trono y espero que nos acerquemos confiadamente. 

Dios sí quiere que nos acerquemos, pero también quiere que le creamos. Hay que tener fe. Por eso el autor de Hebreos dice: Acerquémonos, pues, confiadamente confiando en que Dios puede obrar, que él puede darnos solución.

Vamos a tener gracia cuando pasen pruebas, pero también vamos a tener victoria cuando seamos tentados. Dice Mateo 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Somos débiles, y en nuestra debilidad es cuando más necesitamos de Dios. Muchos confíamos y decimos: “Vengo a la iglesia y oro” Pero no hay que confiarnos. Ninguno está exento de caer en pecado, por más que vengamos a la iglesia, por más que tratemos, hay carnalidad en nuestra vida. Por eso mucha gente entra con facilidad en pecar porque se olvida de orar. Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.Si somos débiles necesitamos más de nuestro Dios, de buscar su presencia.

El poder de Dios para vencer al diablo viene de la oración. Dice Efesios 6:10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. La oración es parte de las armas de nuestra milicia con las cuales destruiremos fortalezas espirituales. 2 Corintios 10:3-7 dice: Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. Si hay algo en lo que tenemos que fortalecernos es en la oración. 

Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. El mayor problema que tienen las personas que sufren ansiedad es la falta de oración. Dios en su palabra es claro, él nos da armas, nos da facilidades con las cuales podemos destruir fortalezas del diablo, pero muchas veces no le creemos a Dios, pensamos que tiene que ir con un psicólogo, si supiéramos que Dios puede aligerar nuestras cargas, que él puede darnos libertad mediante la oración estaríamos ahí. He conocido a personas que viven con ansiedad, con tantas preocupaciones, que lo último que hacen es buscar a Dios y prefieren encerrarse en ese mundo y no le creen a Dios, no creen que Dios puede obrar en sus vidas. Es necesario creerle a Dios. Cuando llevamos nuestras cargas y preocupaciones, Dios llena nuestras vidas con su paz, con la paz de Dios. Esa paz no la vamos a encontrar en este mundo, la vamos a encontrar solo buscan la presencia de Dios.

Este versículo lo deberíamos guardar en nuestros corazones Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Solamente él puede dar esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

Santiago 1:5 dice: Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Tendremos sabiduría si buscamos la presencia de Dios. Sabiduría para ver las circunstancias de la vida como Dios las ve, sabiduría para aplicar la palabra de Dios en todas las áreas de nuestra vida y sabiduría para responder con mansedumbre a todo conflicto humano.

Dicen los versículos 21-25 “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.” 

Dios nos dará sabiduría en cada cosa que hagamos, si tenemos que tomar una decisión, si hay problemas en nuestra vida hay que orar. Necesitamos orar cada momento de nuestra vida y debemos buscar siempre su presencia.

Te animo a que antes de cumplir cualquier meta, busquemos su presencia, y te aseguro que vas a experimentar una vida llena de bendiciones de Dios si tan solo buscan su presencia. Hay que buscar la presencia de Dios, la necesitamos día tras día.