Escuela Dominical: La Paciencia

Santiago 1:1-3

1 “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.

2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 

3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”

La paciencia engloba muchas cosas. Paciencia a través de las pruebas, de la oración, con los hermanos, en las promesas de Dios. La paciencia es algo necesario en nuestra vida. Creo que la paciencia va de la mano con la fe porque nuestra confianza, nuestra esperanza está en Dios, todas las promesas que nos ha dicho, es nuestra confianza en que él lo va a hacer. Muchas veces fracasamos, pues somos seres humanos, y nuestra paciencia está al límite, nuestra paciencia de la esperanza de Dios es muy corta. 

La Palabra de Dios dice que el Señor Jesucristo fue a Nazaret y por la causa de la incredulidad de ellos no pudo hacer muchos milagros porque no tenían confianza en Él. Si vamos a querer milagros de parte de Dios en nuestras vidas, es necesario tener fe, tener paciencia en las promesas de Dios. Dios en su momento, nos va a contestar con un sí, pero muchas veces Dios va a decir que no, que aun no es el tiempo, y es ahí donde se va a ver nuestra paciencia, y ¿Cómo vamos a actuar? ¿Qué hacemos cuando Dios nos cumple algo que le pedimos?

La paciencia es determinante en nuestra vida para poder tomar decisiones. Muchas veces como propio testimonio, por causa de desesperación y ser impaciente, he tomado malas decisiones que por mi inmadurez y el ser impaciente me ha llevado a algo malo. A veces somos impacientes con nuestra propia familia, algunos padres actúan ásperamente con sus hijos, la mamá está enojada porque su paciencia no es tan grande y solo basta con que el niño haga algo y explote la mamá. La paciencia es fundamental en nuestras vidas.

La paciencia es la capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas con fortaleza sin quejarse ni rebelarse. La paciencia es sufrir.

He visto a personas que como no tienen esa fe en Dios, en su desesperación se quieren aventar en el ataúd de las personas porque no tiene una esperanza, no tienen algo por la cual ellos puedan vivir, pero vamos a ver con la Palabra de Dios porque es necesaria la paciencia.

1. La paciencia a través de las pruebas

En Santiago 1:1 dice: Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Los cristianos estaban siendo perseguidos y Santiago relata una carta y les anima diciendo.Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, Ellos estaban pasando por pruebas que nosotros no podemos entender, a lo mejor vemos noticias, cosas que están pasando en el Medio Oriente de cómo torturan a los cristianos y es lo mismo que estaban pasado aquellos cristianos y Santiago les anima a tener gozo y quizá podemos decir: ¿cómo iban a tener gozo si estaban siendo perseguidos, si los estaban matando? ¿Quién va a tener gozo en esos momentos? pero Santiago en el versículo 3 les dice; sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Cuando le pedimos a Dios paciencia, Dios va a mandar una prueba a nuestra vida porque cuando Dios prueba nuestra fe, va a haber como consecuencia algo y va a ser la paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.La paciencia va a determinar nuestro estado de ánimo. Nuestra paciencia y confianza en Dios va a determinarla. Estos cristianos estaban siendo azotados, encarcelados y matados pero Santiago les decía: “Gocense, esperen en Dios porque la prueba de vuestra fe va a producir paciencia, les va a dar gozo esperar en Dios.”

Es fácil tener paciencia cuando todo está bien en nuestra vida, cuando tenemos dinero, trabajo, los hijos están bien, el matrimonio está bien, pero es tan difícil tener paciencia cuando todo está mal, cuando hay escasez, cuando no hay trabajo, qué difícil es tener paciencia. Sin embargo, Dios nos dice que está probando nuestra fe, viendo que tan pacientes somos.

Dice Gálatas 5:22-26 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Una de las cosas del fruto del espíritu es la paciencia. Es fácil tener paciencia cuando todo está bien, pero cuando todo está mal es cuando nuestra confianza en Dios y la Palabra de Dios se va a ver reflejada en nuestra vida, se va a ver que tanta confianza vamos a tener en Dios y en su Palabra. La paciencia va a dar resultado si estamos caminando con Dios. No puede haber paciencia en nuestra vida porque la paciencia es un fruto del Espíritu, de que Él está morando y controlando nuestra vida, pero si no hay paciencia muy probablemente estamos alejados de Dios. Preguntémonos ¿será que estamos viviendo la palabra de Dios en nuestras vidas? La paciencia es un reflejo de que estamos caminando con Dios.

Isaías 40:31 dice: pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. En nuestro momento de debilidad y prueba lo que nos va a sostener es Dios, su palabra, la oración y la paciencia sabiendo que vamos a obtener algo de nuestro Dios. Hay que ser pacientes y esperar en cada prueba de nuestras vidas. Dios nos quiere enseñar algo, pero es necesario ser pacientes. 

pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;” El águila es un animal que generalmente está en los aires y cuando tienen que bajar a la tierra, solamente lo hace porque ve una presa, su necesidad de comer la hacer bajar, pero si ve un peligro vuelve a alzarse y es lo mismo con nuestra vida, que nuestro cazador no nos esté esperando y que nosotros estemos volando por los aires.

A través de la prueba va a dar resultado nuestra paciencia. Tenemos que estar más cerca de Jesús, de nuestro Salvador.

2. La paciencia en la oración

Salmos 40:1-5 dice:

1 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.

4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti.Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados.”

Una de las cosas en que somos pocos pacientes es a la hora de orar. Sabemos que nuestro Dios es un Padre amoroso y misericordioso y cuando le pedimos algo a Dios, buscamos de la manera que Dios nos lo pueda cumplir a la mañana siguiente, y Dios en su plan perfecto nos dice que no es el momento y por nuestra poca paciencia, hacemos cosas locamente.

Muchas veces Dios no nos cumple nuestra petición de oración, tal vez por su plan perfecto, pero también porque muchas veces no estamos cerca de Él. No vamos a poder aprender la paciencia si no estamos cerca de nuestro Dios. Buscamos a Dios solo cuando queremos algo. ¿Cómo esperamos que Dios pueda cumplir nuestras peticiones si lo buscamos una vez al mes, una vez a la semana y en muchos casos una vez al año?  Qué bendición es saber que Dios contesta la oración, pero no la contesta a nuestra voluntad sino a su voluntad.

Dice la Palabra de Dios en Romanos 12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; y Romanos 8:25 dice: Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Le animo a que cada día no deje de orar. Dios, a su momento, hará y cumplirá su promesa, pero es necesario que seamos pacientes y tener fe, que nuestra fe no se desvanezca, sigamos confiando en nuestro Dios, acerquémonos cada día.

Salmos 37:7-9 dice: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.”

Muchas veces también podemos llegar al punto de reprocharle cosas a Dios y decirle ¿por qué estás dejando que pase esto? Sin embargo, la Palabra de Dios dice: “Guarda silencio ante Jehová” porque nosotros no conocemos sus planes, nosotros vemos superficialmente, pero Dios ve el plano trazado para nuestra vida. Cuando más leemos la palabra de Dios, vamos a poder determinar lo que Dios espera de nosotros, pero si no la leemos, muy difícilmente vamos a poder conocer a Dios. Deberíamos anhelar saber lo que a Dios le gusta, lo que Él quiere para nosotros, pero muy pocas veces buscamos a Dios de todo nuestro corazón.

3. La paciencia en los hermanos

Efesios 4:1-6 dice: 

1 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 

2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 

3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 

4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 

5 un Señor, una fe, un bautismo, 

6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”

Tal vez nos hemos encontrado con pruebas a través de un hermano, pero lo importante es aprender a tener paciencia con cada uno de nosotros. Nosotros somos personas distintas, cada uno toma decisiones, tiene pensamientos, pero eso no quiere decir que por esas cosas tengamos que estar en pleito. Una de las cosas por las cuales tenemos pleitos es por no tener paciencia. Hay que tratar de no buscar culpables: “Es que el hermano es esto” “me hizo esto, es muy irritante.” Somos cristianos, y es ahí cuando tenemos que ir y pedir disculpas pero muchas veces no hacemos eso porque lo que nos hace falta es ser humildes y por eso no ofrecemos disculpas, hay orgullo en nuestras vidas y la Biblia dice “con toda humildad y mansedumbre” si hay algo que hicimos contra alguien, aceptemos el error, no digamos: “¡Ay! pues el hermano tuvo la culpa, él inició” ¡Ya basta de buscar culpables siempre! Sé que hay varias personas que hacen que perdamos la cordura, pero es responsabilidad de cada uno de nosotros cómo vamos a actuar, si como cristianos o como el mundo.

Dice Colosenses 3:12-17Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Si queremos llevarnos bien con nuestros hermanos en Cristo, necesitamos que la palabra de Dios more en nuestra vida, necesitamos estar más cerca de Dios, pero muchas veces estamos en pleito porque la paz de Dios no gobierna en nuestros corazones.

Un reflejo claro de que la Palabra de Dios mora en nuestra vida es en cómo tratamos a los demás. Nos damos cuenta cómo actúa un hermano, si sus palabras son edificantes, ásperas, nos alegran, pero uno también se da cuenta que en una persona no mora la palabra de Dios.

Santiago 1:19 dice: por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; Hay que aprender a tener paciencia con los hermanos. Tal vez nos van a ofender, pero esquivemos esas ofensas y así podremos vivir con la paz de Dios. Nuestra actitud, nuestra paciencia va a cambiar con los hermanos.

Dice Proverbios 19:11 “La cordura del hombre detiene su furor,Y su honra es pasar por alto la ofensa.”

Le animo a que sigamos creciendo en paciencia a través de las pruebas, de la oración y con los hermanos. Somos cristianos, comportémonos como tales, como quienes recibimos la palabra porque nadie va a dar mayor ejemplo más que nosotros en paciencia, en confiar en las promesas de Dios, pero si nos cuesta tener paciencia en las pruebas, en la oración, con los hermanos, ¿qué testimonio estamos dando? Hay que autoexaminarnos cada día y ver que tan paciente somos y si no, hay que atender eso y recuerde que la paciencia está ligada a nuestra comunión con Dios.