Escuela Dominical: Ganancia de Almas | Parte 2

¿Por qué debemos ganar almas?

Porque las almas son importantes para Dios. Dice Marcos 8:36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Dios nos dice que el alma es mucho más importante que las riquezas, que la fama, que cualquier posición, etc.

1 Pedro 1:18-19 dice: sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, Debemos ganar almas porque el Señor Jesús pagó un alto precio, su sangre es mucho más valioso que el oro y la plata. 

Dice la Biblia en Marcos 13:10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.

¿Por qué es importante ganar almas? 

Porque nos es necesario. Si no salimos a predicar, es cierto que Dios puede usar a otra persona pero estamos perdiendo la bendición. Dios usó hasta a un burro, Jesús dijo: Si estos callaran las piedras hablarían. Dios se ha manifestado de muchas formas y el puede usar muchas cosas para que alguien sea salvo.

Dice 1 Corintios 9:16-17 “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.” 

Es importante ganar almas porque nos es impuesta necesidad. Es necesario, esto reafirma lo anterior, es un mandato. Si ganamos almas vamos a tener recompensa de Dios. Él en su infinito amor y misericordia nos da recompensa cuando le obedecemos. cuando ganamos almas tenemos una recompensa y si usted lo hace de mala gana la comisión le ha sido encomendada. Esto quiere decir que a Dios no le interesa si lo quiere hacer o no; usted lo tiene que hacer.

Mi papá me decía: “Tienes dos opciones: Obedecer de buena gana o de mala gana y con tres varazos.” ¿Que cree que era mejor? Obedecerlo con buena gana. Si obedecemos al mandato de ganar almas de buena gana, recompensa tendremos pero si no, la comisión sigue ahí.

Mateo 9:35-38 dice: Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Debemos ganar almas porque la mies es mucha. Es bien triste que el número de ganadores de almas es el 10% de las iglesias. Cuando Jesús sanó a los diez leprosos sólo uno regresó agradecido, y Jesús dijo: ¿Y los demás dónde están? Si usted está agradecido por la salvación debería ganar almas. Jesús le dijo al endemoniado gadareno “ve y dile a los tuyos cuán grandes cosas ha hecho el Señor contigo.”

Debemos ganar almas porque los obreros son pocos. Dios mismo sabía que los obreros iban a ser pocos. Tal vez haya gente salva, pero no todos trabajan en la obra del Señor. A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Ahí aparece una palabra imperativa rogad. Tenemos que salir a ganar almas y tenemos que rogar a Dios para que toque el corazón de ese hermano que no gana almas, que envíe obreros a su mies.

Debemos tener la misma compasión que el Señor tuvo cuando él veía las multitudes. Compasión es ser sensibles a lo que ellos están pasando, tener la sensibilidad de lo que ellos sufren. Es que vemos a alguien a un niño en la calle que no tiene zapatos y darle de comer, vestirlo; no es decir “¡Ay pobrecito!” Si no tenemos compasión de la gente que se está yendo al infierno, vamos a seguir iguales. 

Dice 2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Debemos ganar almas porque Dios quiere que nadie perezca.Si Dios está retardando su promesa a venir en su segunda venida es porque no quiere que la gente perezca, él quiere que la gente sea salva. Dios nos dejo con un propósito que  predicaremos el evangelio. 

Proversbios 11:30 dice: “El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.” El ganar almas nos hace más sabios. ¿Qué es ser sabio? La inteligencia es la capacidad que uno tiene para aprender las cosas y solucionarlas, pero la sabiduría es discernir que es bueno y malo, para tomar decisiones.

1 Corintios 9:19 dice:Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Debemos ganar almas para servir y ganar a muchos. Ese es nuestro motivo principal de ser cristianos. Dice Romanos 1:14A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.Somos deudores. Si usted no logra entender esto, si no comprendemos lo que Cristo hizo en la cruz por nosotros no vamos a poder ser agradecidos con él. Le debemos todo a Dios. Debemos ganar almas para su honra y gloria.

Ezequiel 33:1-9 dice:

1 “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 

2 Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, 

3 y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, 

4 cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. 

5 El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. 

6 Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.

7 A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 

8 Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. 

9 Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.”

Este es un ejemplo de lo que somos cuando ganamos almas. Somos pregoneros. Por ejemplo si tengo un familiar  y no es salvo y le presento el plan de salvación su sangre ya no va a ser demandada sobre mí, pero si no, voy a tener la sangre de él. Él va a pagar por su pecado en el infierno pero la sangre me va a ser demandada.

Dice 1 Corintios 9:14-19

14 “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. 

16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. 

18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. 

19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.”

Recuerdo de una hermana en Iguala, Guerrero. Ya era grande de edad y ella siempre era fiel a ganar almas y con una sonrisa llegaba a la iglesia. Su familia, gracias a Dios, es salva por la decisión que ella tomó. Lo que más me sorprendió es que nos dijo que llegó a ganar almas y llegó caminando desde donde vivía para salir a ganar almas, más de media hora caminando y nunca se quejó de que no tenía dinero para ganar almas, o que iba a estar en el sol. Ella tenía varias dificultades pero ella lo hacía pensando en que quería que su familia fuera salva y para que tuviera esa bendición. Cuando uno es salvo y sale a ganar almas, Dios ve ese amor y va obrando en ese familiar y va trabajando en él hasta el punto de que se convierta a Cristo porque Dios ve la fidelidad. Vamos a tener una recompensa de parte de Dios cuando hacemos las cosas con agrado y con alegría.

Dice Juan 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

¿Para qué ganar almas? Para llevar fruto y para que nuestra oración sea escuchada. Muchas veces nuestras oraciones son estorbadas por ciertas cosas. Si estamos mal con la esposa, primero hay que arreglar la situación para que nuestra oración sea escuchada. Si tenemos algo contra los hermanos para que nuestras oraciones sean escuchadas tenemos que arreglar eso. 

Una vez que obedecemos a Dios en el mandato de llevar fruto, de tener hijos espirituales,  dice la Biblia que Dios nos va a contestar nuestras oraciones.Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; Una recompensa que podemos ver es que nuestra oración sea contestada.