Estudio de 1 de Corintios

17 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 

18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 

19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 

20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 

21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. 

22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.

Vemos como el apóstol Pablo menciona que había divisiones y hablaba acerca de la obra del Señor, les decía Pablo a los hermanos de corinto que unos hacían como una pachanga y pensaban que la cena del Señor era embriagarse, y hacían una fiesta, pero ellos no lo comprendía, pero Pablo les menciona en esta carta que no estaba contento por lo que ellos hacían. “Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.” Pablo les estaba diciendo: “No es posible que se están reuniendo, hacen su pachanga y también tienen divisiones, tienen problemas.”

Muchas veces cuando tomamos la cena del Señor hay pleito y muchos no la toman porque hay divisiones. Pablo les enseña la ordenanza del Señor Jesucristo. Pablo les dice “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones” y en la iglesia siempre habrá problemas y eso es porque usted y yo somos pecadores, es normal que haya pleitos y divisiones, pero dice para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. Los que son de Cristo porque si realmente hay pleito en la iglesia, si somos cristianos, si somos hijos de Dios tenemos que perdonarnos, pero muchas veces hay pleito en la iglesia y parece que no somos aprobados porque seguimos con pleito. Por esto Pablo les dice que no los alababa porque hacían sus reuniones y tenían problemas entre ellos mismo. Muchas veces como hermanos en Cristo tenemos pleitos, discutimos y tenemos seis años, dos meses o un mes y no nos hablamos entre nosotros mismos. Yo no conozco si tiene pelitos, pero si usted los tiene hay que arreglar eso, tenemos que mostrar misericordia, pero decimos: “No te voy a perdonar, me la vas a pagar” Entonces, ¿Qué hijos de Dios somos? Si realmente somos hijos de Dios demostremos ese amor.

Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.  Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. A la cena del Señor también se le conoce ‘la copa’. En 1 corintios 10:16  dice: La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Por eso no debe haber divisiones entre los hermanos, debe haber una comunión, una armonía, podemos ver en 1 Corintios 10:21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.Los versículos 19 y 20 dicen: ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.” Entonces, el apóstol Pablo estaba diciendo que no podían estar con un pie en el mundo haciendo las cosas que hace el mundo y con un pie en las cosas de Dios. 

Vemos que la cena del Señor es un mandato, es una ordenanza de Dios. Dice 1 Corintios 11:2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. Pero dice el versículo 23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; Es una ordenanza. Hay dos ordenanzas que tenemos como cristianos, la primera es el bautismo y la segunda la cena del Señor.

¿Qué es lo que hacemos cuando participamos en la cena del Señor? Dicen los versículos 24 y 25 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Cuando participamos en la cena del Señor estamos recordando, lo estamos haciendo en memoria de Cristo, no es la transubstanciación. No es como cuando los católicos dan la hostia y dicen que es el cuerpo de Cristo, sino que simplemente recordamos al Señor Jesucristo, es un recordatorio de lo que Cristo hizo en nosotros. Dice el versículo 26 sí, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. Cuando participamos de la cena del Señor, anunciamos la muerte del Señor Jesucristo hasta cuando él venga por nosotros, por eso es un mandato que tenemos que estar recordando, recordar su sacrificio. Se le llama la cena del Señor y la cena es en la noche. 

Dice Mateo 26:17-29 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua. Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ese me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.  mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. Vemos que la cena del Señor es el pan y el fruto de la vid, no es el vino fermentado como en algunas iglesias lo usan, sino que es el jugo de uva y el pan es sin levadura.

Cuando los israelitas salieron de Egipto y la última plaga fue la muerte de los primogénitos y Dios le dijo a Moisés que tenían que matar a un cordero sin defecto y tenían que poner en el dintel de sus puertas la sangre para que no entrara el ángel de la muerte y no ponían abajo la sangre porque la sangre no se puede pisotear y vemos que eso representaba la liberación del pueblo de Israel. Para nosotros nuestra pascua es Jesucristo y gracias a Jesucristo somos libres de pecado, ese Cordero que fue inmolado por nosotros y eso representa la cena del Señor, la muerte de Cristo.

En la antigüedad ellos miraban la salvación, es por fe y se cumplió, tenían la mirada en el Cordero de Dios, ellos miraban hacia el futuro y nosotros miramos hacia el pasado, lo que Cristo hizo. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. Estamos recordando la venida del Señor Jesucristo y nosotros vamos a estar allá y eso se le conoce como las Bodas del Cordero, vamos a tener fiesta con nuestro Redentor, el Señor Jesucristo.

¿Y cuándo lo debemos hacer? Dice “las veces que hicieres”. Entonces eso quiere decir que no hay una manera de decir que es cada semana, cada quince días, cada mes, cada tres meses o seis meses, eso depende del pastor.

1 Corintios 11:24 dice: y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. El pan tiene que ser sin levadura, porque tiene que ser partido, y recordamos que Jesús fue partido por nuestros pecados. Dice el versículo 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Es en su sangre vertida y vemos en Mateo 26 que es la remisión de pecados, eso representa que ya no estamos condenados, gracias a Cristo. Nosotros merecemos el infierno, pero Cristo ya pagó. Él tomó nuestro lugar y eso debe regocijarnos. Mucha gente me ha dicho “¿Apoco nada más por hacer una oración ya soy salvo?” Si supieran todo lo que le costó a Cristo, le costó a él un sacrificio doloroso. Fue injuriado, escupido, le pusieron una corona de espinas, lo latigaron, fue un precio tan grande que él no tenía que hacerlo, pero lo hizo por nosotros. Simplemente Cristo quiere nuestro corazón, que le pidamos a él por fe, lo mismo que hicieron los israelitas. Cuando las serpientes mordían a los israelitas, Dios le dijo a Aarón que levantara una serpiente de bronce y solo con que miraran serían sanados, y nosotros con que miraramos la cruz de Cristo somos por su gracia, limpios de nuestros pecados, eso es una bendición, pero muchas veces no lo valoramos.

¿Quiénes deben participar en esta cena del Señor? ¿Quienes participaron de la Pascua con Jesús? Sus discípulos. entonces, una persona para participar de la cena del Señor debe ser salvo, creyente en Jesús, en su muerte, sepultura y resurrección. Eso es lo que simboliza el bautismo, la muerte, sepultura y resurrección para andar en vida nueva, es decir, muero para el pecado y vivo para Cristo. Por eso, para que uno tome la cena del Señor tiene que ser salvo, muchos que van a la iglesia católica no son salvos, no creen en la muerte, sepultura y resurrección y piensan que es por sus obras, o por guardar la ley, pero eso no tiene nada que ver, pero tienen que ser salvos y bautizados. Los discípulos lo hicieron y los de Corinto, pero los de Corintio lo estaban haciendo mal. 

1 Corintios 11:17-18 dice: Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Tenemos que tomar la cena del Señor cuando nos congregamos. Dice el versículo 26 “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.” Algunos dicen “Yo por eso no tomo la cena del Señor porque ando en pecado” Aquí se está refiriendo a que uno no pueda discernir bien lo que está haciendo. Por ejemplo al niño que le hacen la primera comunión y no saben lo que están haciendo, a esa manera se está refiriendo. Cada vez que tomamos la cena del Señor debemos tener en claro que somos salvos y hemos creído en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. 

Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.” Si estamos seguros de que creímos en Cristo Jesús podemos tomar de la cena del Señor, pero dice “pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.  Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.(1 Corintios 11:28-34)

Entonces, si uno tiene mucha sed o mucha hambre que coma y beba en su casa, tiene que haber un orden. Por eso alguien ora por lo que Jesucristo hizo por nosotros, luego comemos y después viene la copa que representa la sangre de cristo y después ora, y luego tomamos el fruto de la vid.

Dice la Biblia que nos debemos probar. Los hermanos de Corinto tenían división, entonces quiere decir que entre nosotros mismos nos debemos probar, ajustar cuentas con Dios, decirle “Dios, estoy mal, estoy en este pecado, estoy en fornicación, estoy mal con mi esposa, con mis hijos…”  Debemos examinarnos y por eso tenemos un tiempo para orar. Pero siempre cuando terminamos de orar, (porque Dios nos da la oportunidad de ir con él y nos perdona de toda maldad) ¿Por qué algunos no toman la cena del Señor? Porque están diciendo “Yo quiero seguir con mi pecado.” Por eso debemos arreglar cuentas con Dios, tenemos ese tiempo para pedirle perdón a Dios, pero nos quedamos sentados y le decimos a Dios que queremos seguir con nuestro pecado, por eso, debemos examinarnos y ponernos a cuenta con Cristo y me da tristeza ver a hermanos que son salvos y bautizados , pero no toman la cena del Señor, y digo ¿Cómo es posible si Dios me ha perdonado a mí cómo no va a perdonar al hermano también? 

Pero a veces no queremos participar de la cena del Señor y decimos “Voy a seguir con mi pecado, esa hermanita me cae mal. Mi esposa me la hizo…” Y estamos con ese orgullo que no nos deja tener comunión con Dios. La cena del Señor es para tener comunión con Cristo y cuando tenemos comunión con Cristo vamos a tener comunión con los hermanos, pero muchas veces no lo estamos haciendo. No la estamos tomando como realmente Cristo quiere que la hagamos, y me da tristeza eso. A veces la cena se toma cada tres meses y hay hermanos que no la toman y luego pasan otros tres meses y pasa el año y digo ¿cómo es posible? ¿el hermano quiere seguir con su pecado? Eso es lo que están diciendo. Cuando es cena del Señor hay que arreglar cuentas con Dios, por eso dice la palabra de Dios la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

Hay pastores que ven a sus miembros y dicen: “Ay estos hermanos,hay que hacerlo cada semana porque puro pleito, a ver si así ya aprenden.” Pero a veces ni así entienden. necesitamos estar en comunión para recordar que somos hijos de Dios y que debemos convivir sanamente, sin pleitos, sin discordia, arreglemos cuentas, Dios nos está dando una oportunidad y si usted tiene un pleito con un hermano arregla cuentas, si hay pelito con la esposa con los hijos arreglemos cuentas, dice la Biblia: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.(1 Juan 1:9; 2:1)